Aspectos Políticos

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Carta de Pedro P. Salcedo, 31/5/1927

Puno, 31 de mayo de 1927
Sr. Director de Amauta,
Una multitud de indígenas del distrito de Cabanillas, de la provincia de Lampa, se ha presentado a la Secretaría de esta Federación, para pedir que se haga presente ante la prensa de la capital, el hecho de que hace pocos días , atribuyéndosele a Silverio Cajia y a Mariano Cahuana, ser agentes o promotores de posibles sublevaciones, se ha allanado la casa del primero, por el subprefecto don Ernesto Latorre, el Gobernador David Vásquez, el Mayordomo de la hacienda Pinaya - de sangrientos recuerdos - llamado Gregorio Esmelmas, dos gendarmes i once personas armadas de fusiles, quienes encabezados por la autoridad citada, extrajeron la cantidad de doscientos treintiseis soles m.n., como si solo se cumpliera con los deberes de una santa investigación policiaria. La queja por parte del damnificado se ha presentado ante el Sr. Prefecto del Departamento. Los reclamantes quieren recordar al Sr. Francisco Torres Belón, que cayó en Onolulo, que el Sr. Latorre, subprefecto, parece tener mandamiento de prisión por un juicio que se le sigue. Se hace esta alusión por tratarse de una autoridad de Lampa, de que el referido Sr. Torres es diputado.
El Tiempo, en el editorial de la edición que apareció en esa capital, el 30 de abril del pte. año decía: "La impunidad de que tradicionalmente gozan las autoridades políticas, está haciendo daño enorme a la Patria. Está socavando traidoramente las firmes bases de nuestro patriotismo; está infiltrando en el alma de los pueblos el virus disolvente del escepticismo i de la falta de fe en nuestros destinos trascendentales."
"Mientras los crímenes i tropelías que a diario perpetran las malas autoridades , no sean severa i ejemplarmente castigadas, todo esfuerzo moralizador, todo intento de depuración será baldío i contraproducente".
Ojalá que los representantes se convenzan de esta verdad, para no insinuar nombres de compadres, ahijados o parientes, para ser favorecidos con un cargo que desgraciadamente deshonran.
Por lo que toca al robo que ha sufrido Cajia i a las persecuciones de son objeto, tanto él como Cahuana, protestamos enérgicamente, esperando que haya sanción.

Por la Federación de Campesinos.

Salcedo, Pedro P.

Carta de Lucas Oyague, 22/11/1928

Cuzco, 22 de noviembre de 1928
Señor José Carlos Mariátegui.-
Lima.
Mi querido e inolvidable José Carlos:
Tengo que comenzar por agradecerle el generoso envío de su carta y su libro. Si fuera usted un frívolo lo felicitaría por los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Pero no. Hay que felicitar al Perú, de que en estos momentos en que se van rifando todas las conciencias, se hace vil mercadería delas ideas y del intelectualismo, permanezca usted como el baluarte de la fe en mejor vida con pureza, que no todo se consigue de las arcas fiscales ni mendigando favores de los señores del poder. ya sea poder político o poder económico.
Si el Perú se salva de este naufragio es porque hay el hombre justo, es porque está usted. Yo lo puedo decir eso mejor que nadie. Y de ahí que en cuanta ocasión se me presenta por estos territorios donde no faltan tipos que pretenden opacar nobles figuras buscando como los perros los muladares y rastreando de los cementerios cosas muertas por pretéritas, yo grité como hay en Lima una figura cuya claridad espiritual y cuyo ejemplar camino por la vida, debe ser imitado.
Cada día, en todo momento me siento como nadie, cerca muy cerca de usted. Como han pasado los años. "El Tiempo". "La Razón". Europa. La exposición de don Pedro de Aliaga. "Información", luego la tragedia. Sin embargo no todo es dolor en la vida. Comenzando por la identificada comprensión de su hogar, cosa difícil de hallarse siempre, hasta el respeto que se me tiene en los puestos adversos como la admiración general a su vida y a su obra, significa querido José Carlos, que no se ha arado en el mar.-
Le doy las gracias por la nota que a puesto a favor de Luis Velasco Aragón. Eso es la sintétis de todo el artículo extenso. La nota refleja el espíritu del escrito que era lo que se quería.
El nuevo formato de "Amauta" es mucho más conveniente y permite coleccionar tan interesante revista histórica en forma muy manuable. El precio ha resistido un poco a las gentes, pero con la propaganda que estoy haciendo en "El Comercio" se va ganando el recelo del público.
Hoy no ha llegado mantequilla del valle, pero para el próximo correo le haré una remesa para mi compadre Sandro, que seguramente no me olvidará. Hoy le envío una libras de chocolate.
Ruegole presente a la señora Anita mis más afectuosos saludos y usted reciba un emocionado abrazo de su viejo amigo que siempre lo recuerda.
Lucas Oyague

Oyague, Lucas

Carta de Concha Romero James,1928-09-16

Santiago de Chile, 16 de setiembre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima, Perú.
Muy estimado señor Mariátegui,
Créame que no he olvidado el gratísimo rato que pasé en su casa a mi paso por Lima. Es uno de los mejores recuerdos que guardo de la hermosa Capital del Perú.
Le prometí, como Ud. recordará, escribirle a José Eustasio Rivera, pidiéndole que le mandara un ejemplar de su notable libro La Vorágine. Hace algunas semanas que tuve noticias que Rivera no había recibido la carta que le mandé de Lima, pero como le escribí de nuevo no dudo que dentro de algunos días tendrá Ud. en sus manos la novela que tanto le alabé. Vale la pena.
Ahora le voy a pedir un gran favor. Como Ud. recordará, le dije que mi esposo escribe para varios diarios y revistas norteamericanas entre ellos el New York Times, Current History, The Arts, Art and Archaelogy y otros. Me acaba de mandar un cable pidiéndome urgentemente que le consiga algunos libros sobre asuntos hispanoamericanos, pues se ha comprometido con el New York Times para escribir una serie de artículos sobre libros de autores latinoamericanos que tratan de los problemas que preocupan a estos pueblos, y de su vida literaria y artística. Se trata de libros verdaderamente serios y que reflejen las orientaciones de estos países —o falta de orientaciones si Ud. quiere— en materia de arte, educación, problemas políticos y sociales, relaciones internacionales, etc. Si Ud. puede recomendarme algunos libros sobre estos asuntos se lo agradeceré mucho. Y más le agradecería aún si Ud. y sus amigos escritores pudieran enviarle a mi esposo todos aquellos libros de que se puedan deshacer con facilidad y sin sacrificio alguno para que él les dé publicidad en los Estados Unidos.
Le diré que esta publicidad no es poca cosa. En el caso de La Vorágine, por ejemplo, a las cuantas semanas de haber publicado mi esposo su juicio crítico en el Times se agotaba la edición en Bogotá. La casa de Brentano en Nueva York pidió por cable a Bogotá todos los ejemplares que quedaban. Como resultado de este artículo Rivera recibió tantas propuestas de casas que querían publicar una edición inglesa, que al fin se tradujo la novela al inglés y ahora está por salir. Ya ve pues, que esto le puede convenir a todos. Le agradeceré que tome en cuenta esta proposición y que si no le es molesto colabore con nosotros en esta empresa. Y si en algo le podemos servir ya sea yo o mi esposo sabe que estamos enteramente a sus órdenes.
Le mando un cuento que me ha dado para Amauta la escritora chilena Amanda Labarca. Si no le gusta no hay compromiso de aceptarlo. Amanda es una excelente escritora, pero como cuentista yo no la conocía hasta ahora. Si no le llama la atención el cuento le puedo mandar otras cosas.
Le ruego que en caso de que Ud. o sus amigos decidan mandarle a mi esposo algunas obras, se comuniquen con él directamente. Su dirección es la siguiente: 2607 Sedgwick Avenue, Nueva York, N.Y. E.U. Y no hay que olvidar que lo que no puedan mandar lo pueden recomendar, dando el nombre de la casa donde se puede obtener.
No sé todavía cuándo podré salir de Chile. De aquí quiero ir a Bolivia y de Bolivia al Perú. Si puedo, iré antes a Buenos Aires. No dejaré de visitar el Cuzco, por supuesto. Para entonces le voy a suplicar que me ponga en contacto con algunas de las interesantes personas que Ud. conoce por esos rumbos y que se interesan en el problema del Indio. Parece que a fuerza de pedir favores lo voy a aburrir. Perdone tanta molestia, y si hay algo en que yo le pueda servir, ya sabe que nada me satisfará más.
Con finos recuerdos para la Señora de Mariátegui, y deseándole que su salud mejore cada día más, lo saluda afectuosamente,
Su amiga y segura servidora
Concha Romero James

¿Porqué no escribe Ud. algo a propósito de la reanudación de las relaciones chileno-peruanas para algún diario o revista chileno? Creo que recibirían algo de Ud. sobre eso o sobre cualquier otra cosa— ¡Hay que restablecer las relaciones intelectuales entre estos países!
Si quiere, yo les puedo abrir las puertas a los escritores peruanos, y puedo conseguir que algunos chilenos escriban para Uds. Siento que el cuento de Amanda no sea de lo mejor.

Romero James, Concha

Carta de Alberto Lasplaces, 18/9/1928

Montevideo, setiembre 18 de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado amigo y colega
Hace ya casi un año envié a Ud y a su "Amauta" mi libro de cuentos "El hombre que tuvo una idea" y aún no he tenido la satisfacción de que se me acusara recibo de él. ¿Es, acaso que Ud. no lo ha recibido? Me interesaría mucho saberlo. También le envié hace unos meses mi contestación a los conceptos vertidos por Gabriela Mistral en "Amauta"sobre educación dada por el Estado al ocuparse del libro de mi amigo Julio R. Barcos. Me extraña que mi artículo no haya merecido hospitalidad en las páginas de su revista a la que creía abierta a la discusión sincera y culta de los problemas sociales y educacionales. Puede, también, que no lo haya recibido Ud. En nuestro país la separación de la Iglesia y del Estado que rige desde 1917 ha hecho que la escuela laica realice una obra ideológica desde que está absolutamente prohibido en ella toda enseñanza que no tenga carácter estrictamente científico. En tal forma, indirectamente, nuestra escuela pública desarrolle una importante acción social de avance que se intensifica considerablemente teniendo en cuenta que frente a los 1200 primarias del Estado, las escuelas confesionales no pasas de 100 en todo el país. Yo opino que la propuesta de Gabriela dando libertad de enseñanza es una férrea como otra cualquiera de proteger la enseñanza católica pues el censo que ella [...] daría fatalmente la mayor parte de los recursos del Estado a la iglesia. Al contrario: para mí la salvación está en el monopolio de la escuela por el Estado, un ideal de "La Escuela Unica: que han hecho suyo los "Compañeros de L'Université Nouvelle" y que tan elocuentemente han defendido Herriot, Brissón en Francia.
Rogaríale que se incomodara en contestarme, que será una gran satisfacción para mi cantar con unas líneas suyas. Y dígame si he recibido o no mis envíos para volvérselos a hacer de inmediato en caso negativo. Quedo a sus ordenes en esta "Instituto Normal de Maestros" en donde desempeño la sub-dirección y donde desde hace años preparo maestros sin prejuicio que están [...] una gran obra. Pronto le enviaremos el Nº 21 de "La Cruz del Sur" revista que como Ud. sabe fundé y dirijo con unos cuantos compañeros de mucho talento.
Saludos afectuosos de su amigo.
Alberto Lasplaces
Mi dirección es " Instituto Normal de Maestros calle 18 de julio 2128-Montevideo

Lasplaces, Alberto

Carta de Emilio Vásquez S., 27/1/1929

llave, 27 de enero de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.
Querido compañero:
Hacia octubre del año pasado le dirigí una carta, en la cual le pedía la gracia de que me cuente Ud. entre los colaboradores de la causa social que con tal apostólica abnegación ha emprendido Ud., y que lleva a cabo con tanto éxito.
Me creo con el derecho de ser compañero suyo y de los que le ayudan, por considerarme un maestro de indios, que en la pampa y en el risco andinos, se esfuerza por sembrar en el campo fértil del alma rural, la simiente del actual movimiento social y de sus fines.
En este momento pugno por hacer entender la doctrina de su excelente libro 7 ensayos, no solamente a los que son indios sino también a tantos otros que no se consideran en la verdadera peruanidad revolucionaria. No obstante la marcada vigilancia que las autoridades ponen en todo y por todo lado, cuando se quiere hacer una cosa, como Ud. dice —no recuerdo en qué parte— se hace contra viento y marea. Es claro que los resultados no se pueden contemplar inmediatamente, pero sí, no tardan tampoco mucho.
Desde mi niñez advertí una aversión a la burguesía política, que en el seno de mi hogar se me tildó de un zamarro, que a la larga iba a parar por ser un alienado o por guerrillero de las pampas de mi pueblo natal: Puno. —Pero, he aquí, que no hay tal. Vi que la mejor manera de hacer campaña efectiva en favor de los indios, por considerarlos mis hermanos (yo también soy indio) era mediante la escuela, para lo cual me titulé Normalista. Hoy me tiene Ud. al frente de una escuela compuesta en su mayoría de elementos, cuando no blanquitos, mestizos e indios en su mayoría.
En el deseo de colaborar en Amauta (que me sirve de una especie de cartilla) le envío hoy, unos versos rurales que creo que los encontrará dignos de figurar entre las lecturas de nuestra pequeña grande revista.
Si su bondad quisiera aceptarme unos artículos sobre “pedagogía indígena le agradeceré infinito me anuncie su pronunciación sobre el particular.
Mediante el compañero Gamaliel Churata, pedí, para algunos amigos que quieren tener 7 ensayos... unos 5 ejemplares. Ruego a Ud. se sirva mandar se haga el despacho, por la oficina encargada de hacerlo.
Hasta otra oportunidad en que me sea dado saludarlo, acepte Ud. el cordial abrazo de
Emilio Vázquez S.

Vásquez, Emilio

Carta de Artemio Ocaña, 24/9/1922

Lima, 24 de setiembre de 1922
Señor J. C. Mariátegui
Querido amigo:
Hace algún tiempo que no tengo noticias de Ud. por consiguiente tampoco de Anita ni del piccolo Sandro Tiziano; ansío vivamente que todos Uds gocen de perfecta salud por esas tedescas ciudades que hoy visitan. Yo estoy bien de salud y con muchas perspectivas de mejorar mi situación económica, pues, tengo algunos proyectos a la vista, y creo que algunos de ellos , será una realidad en breve tiempo. Para entonces podré cancelar en parte la deuda que tengo contraída con Uds.; digo en parte, porque humanamente me sería imposible pagar aquella inmensa deuda de gratitud que debo a Uds., mis buenos y nunca olvidados amigos generosos.
Le he escrito varias cartas y hasta la fecha no tengo todavía respuesta. Tan solo he recibido algunas postales de diferentes ciudades tedescas.
Supongo que ya estará Ud. batiéndose con el alemán; lo mismo que mi comadre Anita.
Yo todavía siento la nostalgia de Europa y no pierdo la esperanza de regresar, pero regresar con mi dinero, porque con el del gobierno ya sé por experiencia cuánto se sufre.
Lima la misma, con sus chismes e intrigas de comadre.
El gobierno siempre firme, todas las pequeñas tentativas revolucionarias, se estrellan contra la roca inamovible que hoy representa el Gobierno de Leguía. El país ha progresado bastante en estos dos últimos años y hay grandes proyectos ferroviarios que en época no lejana dará un enorme impulso al progreso del país.
Sé que ayer ha llegado el Dr. Osores con su familia.
Don Pedro no ha cambiado nada es el mismo de siempre con las mismas costumbres y mañas de toda la vida. Es el mismo niño Goyito: flojo, renegón y conchudo. De regreso con genio y figura hasta la sepultura.
Cabral y señora me encargan se saludarlo; ya tienen una encantadora muñequita, se llama Pilar.
Querido Mariátegui, soy de Ud. como siempre su constante amigo y admirador.
Sin más por el momento se despide su atto y S?S
[Firma de Artemio Ocaña]
P.D. Mis más cariñosos recuerdos para mi comadre Anita y para el Piccolo Sandro.

Ocaña, Artemio

Carta de Jorge E. Nuñez Valdivia, 28/11/1926

Arequipa, noviembre 28 de 1926
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Lima,
Querido amigo y compañero:
Acabo de recibir su comunicación de 20 de los corrientes. Usted no puede comprender el entusiasmo de los muchachos de Studium, al leer su reveladora carta.
No me equivoqué , amigo Mariátegui, al escribir en mi artículo de "Pacha", que era Ud. uno de nuestros críticos. He admirado siempre su profundo espíritu. Goza Ud. de la preciosa facultad de penetrar en el quid de los problemas y de las corrientes.
Respecto a la tendencia nacionalista, no creo que no esté acorde con los ideales de la época. Deseo, anhelo, fervientemente, que la nueva juventud examine de cerca el nacionalismo. En verdad que no se trata de un nacionalismo imperialista. No, en ningún caso, no. el nacionalismo que proclamo no es esa índole. Al afecto, redacté hace algún tiempo, una especie de mensaje, para varios amigos del Perú y de fuera, a quienes interesaba los problemas sociológicos. Yo, como aprecio su personalidad, le remití una copia. Temeroso de que se haya extraviado, le adjunto una nueva copia. Le ruego darme su opinión. Considero, como usted lo indicó en sus artículos de "Mundial", que el problema capital de la nueva peruanidad es el problema indígena. También le adjunto una copia de un trabajito que estoy preparando. Le envío sólo un bosquejo inicial. Pienso integrarla con el estudio de las opiniones de Ud., de Valcárcel, De Albújar, Orrego, etc, etc, Por eso, le agradeceré enviarme sus puntos de vista, a fin de consignarlos en el referido trabajo.
Esta es la tendencia nacionalista que pretendo reforzar. Es imperialista?. No me parece. Mi nacionalismo no odia a ningún pueblo, ni a ningún hombre, porque, - como lo decía en un artículo, cada cual tiene su virtualidad, que puede cambiarse, si no está conforme con el ideal social, o debe ampararse, cuando está de acuerdo con el nuevo espíritu de la época. Me he preocupado siempre de los movimientos sociales. Es verdad que el espíritu de occidente está en decadencia. Ese espíritu debe ser arrojado de América. La técnica a que se refiere Ud. puede servir a América. Yo me refiero solo al espíritu. El Perú debe reformar su espíritu. Solo pueden intentarlo los honrados, los sinceros. Gusto de los nuevos problemas. Admiro las nuevas orientaciones; pero no estoy con el método proclamado por algunos exagerados. Lucha de clases?. Habrá sinceridad?. Me pregunto esto por la experiencia que se adquiere en algunas regiones del espíritu. Mientras no reformemos nuestro estúpido espíritu, mientras no esclarezcamos nuestro yo interno, toda revolución será ineficiente. Deseo que la juventud sea religiosa. Que tenga creencias. Que no pierda la fe. Cuando uno aniquila sus esperanzas y se encuentra solo en el tiempo, inicia su decadencia. Pero para esto pido, siempre lo he pedido, mucha sinceridad. Por eso lo aprecio y por eso lo admiro. No soy partidario de las guerras violentas y las luchas de clases. Porque tengo fe en la nueva juventud, en sus maestros y sus directores, es que deseo que no les guíe métodos de fuerza. Predicamos amor, solicitamos bondad. Bueno, muy bueno. Pero debemos practicar esos ritos y esas idealidades. Creemos, amigo Mariátegui, la escuela de la perfección interior. Salvará el materialismo decadentista. Hacer de cada hombre, un cristiano: sana labor de los jóvenes directores de masas juveniles y obreras. No perdamos nuestra esperanza. A menos a los hombres; la máxima labor del hombre es esparcir la bondad, predicar la unión de los hombres. Pero he apreciado el panorama peruano: su aspecto político, su problema económico, indígena, etc, me han convencido de realizar esa labor en nuestro medio. La historia peruana es un retazo de la historia mundial. No puede escindírsela. A eso va mi nacionalismo: resolver mi problema indígena; laborar por la independencia de la economía peruana. Es imperialista?. No lo sé. Es anti-humanista. No puedo apreciarlo. Solo sé que contribuiré al progreso de la nueva humanidad. Será algo. Pero algo, al fin. Quiere acompañarme en esa labor. En posteriores comunicaciones, concretaremos nuestro plan de acción. Formularemos acciones. Auspiciaremos idealidades. Observaremos nuestra realidad nacional y seremos verdaderos nacionalista.
No se olvide de su amigo.
Hasta pronto y en espera de sus noticias y producciones, con fuerte apretón de manos, se despide su cordial amigo
[Firma de Jorge E. Núñez Valdivia]
P.D. Me permito rogarle, me indique cual es el estado cultural actual del Centro "Ariel"; así como si tiene usted datos sobre la sinceridad de Augusto Villa de la Tapia y Sebastián Vega, Secretario y Presidente respectivamente, del Centro Ariel, fundado hace poco en Arequipa. Deseo conocer su posición intelectual a fin de auspiciar labor de "Ariel". Corren voces entre los amigos de Arequipa de su campaña política. Ud. conocerá su cariz intelectual. Gracias.
[Núñez]

Nuñez Valdivia, Jorge E.

Carta de Félix del Valle, 6/12/1926

Madrid, 6 de diciembre de 1926
Querido Mariátegui:
Antes que estas líneas, que llevan mi afecto, supongo en su poder un artículo. Lo envié a mis hermanas porque supongo más seguridad en la dirección. Es un artículo vago, yo no puedo concretar, pero lleno de insinuaciones que subrayaré después. La nota exaltando un gesto de Leguía, además de ser justa, es, sobre todo, conveniente para mí. Urge que yo permanezca en Europa siquiera un par de años más. Y Ud. sabe que sin la asistencia del gobierno es imposible.
Le felicito por Amauta. Está muy bien, aunque, en su parte literaria, recargada de esa novedad sudamericana que, para ser buena, tiene que ser consciente, forzuda, y no tomada o pegada. Hay que precisar más y ‘literatizar’ menos. Ah, ¡si todos fueran como Ud. y Falcón! Adoro la novedad, siempre que quien la traiga no la ostente a la manera de un nuevo rico, que, en el fondo, es lo que está pasando entre nuestros jóvenes escritores. He visto varios ‘casos’ muy de cerca, aquí, en España. No me es posible conseguirle firmas para su revista. Yo no estoy vinculado a muchos escritores. Apenas si soy amigo de unos pocos. Además, España es campo muerto, es un museo, aunque le digan a Ud. lo contrario. Es el defecto que noto en Falcón, exceso de españolismo. Supongo que será por agradecimiento. Es una valla ésta, de tal fuerza, que no se puede traspasar sin exponerse a quedar al intemperie. Los pobres, los que vivimos de nuestro trabajo, aunque se tengan los grandes méritos de Falcón, no podemos nunca ser totalmente libres. Yo, por ejemplo, quisiera escribir para Amauta cosas que no puedo decir sin peligro de que el garbanzo se aleje de mi estómago, órgano grosero y dictador de nuestro ser. Con todo, le envío a Ud. en el próximo correo otro artículo para su periódico. Verá Ud. que yo ––para mis ‘intereses’ lo mejor sería permanecer en silencio–– me siento enlazado a Ud. por una solidaridad espiritual que no concluirá sino con nuestras vidas. Con Falcón —nos escribimos constantemente— dialogábamos por carta sobre esta solidaridad entre Ud., él y yo. Somos los tres económicamente más pobres de nuestra generación y, sobre cualquier divergencia episódica, hay algo entre nosotros que ahora se cristaliza. Hemos sufrido más que gozado. El yunque ha sido el mismo para los tres. Impidamos que sea igual para los pobres que vienen detrás con los mismos humanos anhelos de bien de que nosotros estamos poseídos.
El año próximo, que deseo mucho mejor para Ud. y su familia que los anteriores, comenzaré alguna labor en España. Ud. sabe que estaba desentrenado. Notará la diferencia entre los primeros artículos y los que vayan después. Pero sólo haré un par de novelitas cortas y unos cuantos artículos. Labor de captación de público, sobre todo. La obra que quiero la haré después a base de estudios, serios y profundos. Le tendré al corriente de todo. Algunos intelectuales españoles me han pedido su libro y va de mano en mano el único ejemplar que tengo. No quiero abrumarle con la cantidad de elogios que verbalmente me han hecho de su libro. Me han agradado y satisfecho más que si fueran dirigidos a mí. En el Perú, por mucho que lo estimen, no saben todavía bien lo que Ud. significa. Son, los nuestros, medios gaseosos y sólo se mantienen a sus anchas los que no tienen una sola idea de nada.
Mándeme Ud. cuanto crea que pueda interesarme. Poca literatura. Voy perdiendo la afición a ella y, como no se sea un gran literato, creo que mejor es alistarse en filas más provechosas para la guerra social que hay que acometer resueltamente.
Si Ud. ve a Alfredo Piedra ––¿está en buenas relaciones con él?–– dígale que precisa que me sostenga dos años más en Europa. Estoy en el momento de aprovecharlos, recuperada mi salud. No le hable de ideas, sí de sentimientos ya que, en verdad, yo estoy muy reconocido a él. Ud. no sabe lo generoso que ha sido conmigo. Con discreción háblele de mí y de que, el mejor beneficio que puede hacerme, es el de asegurarme un par de años en Europa. José Carlos, esto, la seguridad, es muy serio. Ud. ya sabe a cuánto se expone uno sin ella.
Mi familia me escribe, elogiando su conducta, con motivo de la muerte de mi pobre vieja. Es Ud. el único amigo mío que se ha acordado que tenía familia. Yo les he contestado que no hay que extrañarse de ello, ya que Ud. es el único amigo ––dándole toda su fuerza al vocablo–– que yo tengo allí. Los demás son amigos del ‘suelto’ de periódico. ¡Pobrecitos! Mis hermanas no pueden comprender esto.
En fin, querido Mariátegui, con deseos de que su salud mejore, de que Ud. viva cada vez mejor, se despide, por hoy, quien tanto le quiere y extraña.
Félix del Valle
P. D. El segundo número de Amauta no lo he recibido. Fui a París a hacerme ver del estómago. Espero regresar pronto y allí sí puedo conseguirle firmas ilustres. Mientras no le avise mi nueva dirección envíeme todo a Madrid.

Valle, Félix del

Carta de J. Alberto Cuentas Zavala, 11/12/1926

Arequipa, 11 de diciembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Apreciado señor:
Los espíritus que vivimos en Provincias, alejados de los triunfos de la Capital y recogidos en el silencio secular de estas comarcas andinas, sólo nos congratulamos cuando hay una voz de alerta que sacude nuestra conciencia adormilada por las nostalgias de la raza y del ambiente. Y esta voz de alerta es la Revista Amauta que está bajo su dirección, con verdadero acierto y auscultando la voz del Mundo para orientar este país hacia el verdadero camino del triunfo libertario. Tal vez, en nosotros los soldados de este lado de los Andes, no encontrará, sino el aplauso a todo lo nuevo y a la nueva sensibilidad, que el suscrito sigue y vislumbra en U. no sólo al camarada, sino también de luchas en el periodismo de esta Nación, llamada Perú.
Escribía U. en El Tiempo y yo en El Eco de Puno. Desde estas columnas lo defendí ante el público de mi tierra natal de los ataques del militarismo, cuyo editorial le envío, no como presunción literaria, sino como el ultraje recordado y ya famoso en los anales de Lima periodística. Yo soy puneño. Y algo de su liberalidad y de su ambiente me acompaña a través de tantas luchas y decepciones. Sufrí el peso de la burocracia universitaria de San Marcos. Combatí sus errores, sus pasiones y su arcaísmo y espíritu antañón. Y los neófitos, me atacaron diciendo que conspiraba contra la autonomía Universitaria, como si autonomía significase reservar podredumbres anquilosadas de ese Instituto. Yo amigo, amigo de luchas y de ideales, aunque no seamos protocolarios, gusto de combatir las aguas estancadas y los arroyos putrefactos, y mucho más cuando esas aguas y arroyos llevan barquichuelos de papel estraza. Y esto había sido un error para los triunfos. Me atacaron también de Gobiernista, porque no seguí al rebaño seudo aristocrático de la Capital que macaneaba en las tribunas de la Universidad y en los tabladillos populares, como histriones de un Circo funambulesco que no tenía ni el chiste ni la gracia de nuestros verdaderos histriones políticos. Pero el Gobiernista no usufructuó ningún empleo de Gobierno, ni le dieron ninguna prebenda palaciega. Hasta ahora, en veintiocho años de vida de crecimiento no conozco el Presupuesto de Perú, ni sé qué aroma tendrán sus cheques circulares. Sin embargo mis contrincantes universitarios, que en ese entonces anatemizaban y calificaban a Leguía de tirano vulgar y vociferaban a calles y plazas en contra de su dictadura, al presente lucen la librea de diplomáticos en casi todas las ciudades de Extrangeris y son otros la canilla que sustenta el chaqué del Ministerio de Relaciones Exteriores. Figúrese, amigo estimado, qué diferentes son los planos de la vida, y si podemos esperar de estos sochantres una buena orquesta para la Regeneración del Perú. Muchos periódicos me cerraron las puertas y hubo UNO que siendo redactor —cuyo nombre dejo en silencio pero que lo diré muy alto en lo futuro— me despidió en nombre de su ancestral civilismo. Y ahora ese mismo periódico no halla la forma de halagar al mandatario peruano, sacándole en fotograbados en toda forma y calificándole de EL TRIUNFADOR: Vea como son las cosas de esa Capital.
No iré a Lima hasta que no lleve publicados mis libros: Cuentos Andinos cuyo prólogo me lo ha hecho mi estimado amigo Percy Gibson; Conferencias, prólogo del íntegro Mostajo; Versos cuyo Prólogo a U. solicito; Crónicas y Repiques; La Crisis Universitaria, en cuyo folleto dejaré para el porvenir algunas revelaciones definitivas sobre la conciencia de Nuestra vieja Universidad, como le llaman sus adoradores. Todo esto no se hace por falta de dinero. Pero vendrá.
Le envío algunos versos míos de mi libro ESTRELLAS para que leyéndolos me haga el bien de enviarme un prólogo para ellos. Esto será grato para mí y orgullo legítimo para quien busca seguir el ideal. Dicho libro se editará en la editorial Titicaca, porque pensamos hacer de ella, los jóvenes de Puno nuevo, el centro de nuestras operaciones para el porvenir. Tengo otros versos más, pero los motivos aunque diferentes se enlazan todos ellos con la factura con los enviados, pero si U. cree conveniente leerlos todos, se los enviaré. Escríbame a Arequipa 114, Puente Bolognesi.
J. Alberto Cuentas Z.

Cuentas Zavala, J. Alberto

Carta de Carlos Arbulú Miranda, 29/1/1927

[Chiclayo], a 29 de enero de 1927
Grande y buen compañero Mariátegui:
Están ya en mi poder los 120 ejemplares del número 5 de Amauta que de inmediato he puesto a la circulación. En correo pasado le he remitido en paquetes certificados 30 ejemplares sobrantes del número 2 y 30 del 3, debiendo enviarle los restantes del número 4. Recibí su última con mucho atraso, por la que me he enterado que ya ha recibido las dos remesas de dinero que le hice. Aún no me han entregado el valor adeudado los agentes, pero tan pronto lo reciba, le giraré inmediatamente. De su hermano no me ha venido ninguna carta relativa a la representación de Minerva. Cuento con un regular número de solicitantes de la Escena Contemporánea y con muchos para Kira Kiralina y espero sólo los envíos correspondientes. Creo que deben ser diez del primero y unos quince del segundo. La Librería Mendoza todavía no sale de El Nuevo Absoluto, pero conforme a su indicación le pediré el valor de la venta de su libro.
Le incluyo una copia de lo que hemos acordado para la fundación de una sección de “La Liga Antiimperialista de las Américas” que ya está en funciones y de la que soy Secretario General. Se ha publicado en El País y la he remitido a las revistas de vanguardia de México, Argentina, Cuba y Haití. Tengo la seguridad de contar con sus indicaciones y con su ayuda para el mejor éxito de nuestras campañas.
Augusto D. León le envía saludos sinceros y que le diga sino ha recibido una carta suya con un recorte de la protesta contra la conscripción militar suscrita por los más prominentes espíritus del mundo y con la adhesión de nosotros, así como también otros recortes de Haya de la Torre.
Armando Bazán estuvo en esta ciudad por pocas horas a su paso para Piura, pero me fue imposible verlo porque mientras él desembarcaba en Eten, yo lo esperaba en Pimentel, a bordo. Le estamos preparando el terreno para que las conferencias o recitales que nos va a ofrecer tengan éxito.
Nicanor de la Fuente tiene para usted sus recuerdos más cordiales. Le presenté a César Galarreta en una carta escrita con rapidez. Es un muchacho sincero y comprensivo de la serie de Orrego, Vallejo y Spelucín que en el terreno pedagógico está demostrando su competencia y su buena preparación.
Se piensa y se han dado ya los primeros pasos aquí para la organización de un pretenso Círculo de la Prensa. Como carecemos en verdad de periodistas y los que se llaman tales son servidores incondicionales de los políticos, me parece que es chocante el tal Círculo con la realidad actual y más aún con quienes lo van a integrar. Sin embargo, nosotros los dos o tres que estamos incluidos para esta organización haremos los esfuerzos convenientes para que se encuadre por donde debe encuadrarse ideológicamente. Me refiero a los dos o tres que comulgamos con las ideas de vanguardia.
Le remitiré un artículo sobre González Prada que no traduce nada nuevo, pero que lleva mi sinceridad y mi admiración.
Le abrazo cordialmente.
Carlos Arbulú Miranda

Arbulú Miranda, Carlos

Carta de Bernardino Vera Verástegui,7/2/1927

Huancayo, 7 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui.
Lima.
Señor:
Cinco números de Amauta, la mejor de las revistas que hasta acá han podido producir los trabajadores intelectuales del Perú, han llegado a mis manos; los he leído con interés y profunda simpatía y es Amauta la definición de una obra empezada, en favor de la redención de una raza que para ser juzgada como superior, no basta sino mirar, pero no con ojos de camello tuerto, su pasado glorioso.
Es en efecto la raza de los incas peruanos, la que después de haber campeado sobre las demás razas autóctonas de América, por la estructura de su espíritu artista y laborioso, sufre el atropello del vandalismo blanco, para representar hoy y desde hace mucho tiempo, el gran problema nacional, que los que vivieron antes que nosotros, por incapacidad moral, jamás siquiera intentaron su solución.
La juventud libre del Perú, la que apartándose de todos los detestables y asquerosos convencionalismos de nuestra vida social y política, se entrega al estudio y al trabajo igualmente libres, ella, y sólo esa juventud verdadera, de la cual me considero miembro, porque mis veinticuatro años de vida me hacen pensar como ella, es la única que tendrá que hacer labor de reconquista provechosa en el conjunto de este organismo enfermo. Y felizmente, para las esperanzas de nuestro empeño, esta juventud cuenta con el apoyo de un idealismo sano, y obra a impulsos de una doctrina, la cual es resultado de la recta orientación de su espíritu, al par que su conciencia, fuerza sublime de sus pasiones, se impone como una autoridad interna y determina su noble acción, acción hermosísima, pues, ella redimirá no sólo un pueblo, sino la misma humanidad, hoy por desgracia, pervertida y canalla.
La siembra intelectual de González Prada, el maestro muerto de la juventud nueva del Perú, pero cuya doctrina tendrá vida, aun por siempre, las orientaciones sociales, hasta ayer parecen desconocidas, de Mariano Lino Urquieta, político socialista de la tierra del Misti, la encarnación de esta sola doctrina de bien, ‘el socialismo’, en el apóstol de la juventud peruana, Víctor Raúl Haya de la Torre, a quien tuve la suerte de conocer en Lima, siendo aún estudiante, en los años de 1920, 21 y 22, y la continuación de la obra ya muy bien empezada, por hombres de su talla y los colaboradores de Amauta, señor Mariátegui, pronto tenían que hacer eco en el resto de la juventud que piensa y que posiblemente se encuentra repartida en todas las regiones del Perú, pero en menor cantidad.
Huancayo, pueblo en el cual vivo por razón del desempeño de mi cargo de educador, es aún todavía virgen en nuestro movimiento renovador, el mercantilismo comercial se impone, hay buena cantidad de gente con prestigios rancios y uno que otro joven universitario está escribiendo a mansalva, sobre el “romanticismo de Bernard Shaw”.
Tengo mucho gusto, señor Mariátegui, de ponerme a su disposición, tenga Ud. en mí, uno de los sinceros simpatizadores de Amauta, y si me autoriza, tendré el agrado de contarle sobre estas tierras, pues, aquí tenemos mucho tema de qué tratar.
Bernardino Vera Verástegui

Vera Verástegui, Bernardino

Carta de Manuel A. Seoane, 10/3/1927

Buenos Aires, 10 de marzo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi querido compañero:
Estoy encargado por Alfredo Palacios, que entiende así la división del trabajo, de redactar una carta de felicitación a Amauta, para que la firmen los intelectuales de avanzada argentinos. Me apresuro a comunicarle esta noticia, pues la idea ha de alegrarle hasta por la intención que lleva de borrar el mal efecto que causara la carta de los chocanistas. Palacios está evolucionando rápidamente, desencantándose de algunas ilusiones institucionales y colaboracionistas, por lo que, pronto, le enviaré algo de él o sobre él. Espero que la carta vaya antes de fin de mes. Procuraré que la trasmitan por telégrafo algunos corresponsales.
El ministro de México, que mereciera cierta expulsión del gobierno militar de Chile, hombre de izquierda, también admira Amauta y he pensado que una colaboración suya sería muy interesante. Igual cosa cabe decir de una hijita suya, poetisa, a la manera del Hai Kais, a quien he pedido algo, por intermedio de un amigo, para Amauta.
Este ministro, Rodolfo Ghioldi —también posible colaborador— y otras personas me han preguntado cómo se puede hacer para suscribirse.
Todo esto, colaboraciones, suscripciones, etc., me mueven a preguntarle si U. no tendría inconveniente en otorgarme la representación de Amauta, a fin de invocar un mayor título que el de la amistad. Sé que Herrera tiene alguna atribución, pero ignoro sus límites.
Le ruego que me conteste prontamente. En estos días le mando varias publicaciones, entre ellas la carta con que respondo a mi designación como miembro del grupo “Resurgimiento”. También irá un artículo sobre “Ubicación del presente momento social argentino” y otro sobre “Clasificación de la reforma estudiantil”.
Siempre a sus órdenes, cordialmente
M. Seoane
Bolívar 65 A o Paseo Colón 588 - Dto. 2-(1)
(1) También dirección de Cornejo Koster, con quien vivo. Vale.

Seoane, Manuel

Carta de Luis Carranza, 12/3/1927

Piura, 12 de marzo de 1927
Señor don José Carlos Mariátegui
Lima
Estimado colega y amigo:
Aprovecho del viaje de regreso a Lima, del corresponsal de El Tiempo, Carlos Chávez Sánchez, para agradecerle su colaboración en el número extraordinario del 1° de enero, y enviarle al mismo tiempo mi cálido aplauso, por su labor inteligente y constante en nuestro intrincado teatro, donde sólo el trabajo de desbroce, ha de requerir todavía muchos años y muchos conductores intelectuales como Ud.
He leído con agrado las primeras manifestaciones serias de indigenismo que llevan como bandera dos revistas: Amauta y La Sierra, pero pienso que si la labor en beneficio de nuestra población indígena, no es ayudada con esfuerzos más positivos, la obra de regeneración, ha de tardar todavía. Debería comenzarse por un acercamiento práctico, a los millares de indios que bajan todos los años desde sus montañas en busca de trabajo en la costa y a los que constituyen casi íntegramente a nuestro ejército. Es preciso crear para el indio protectores de verdad, en lugar de autoridades tiránicas e inhumanas, que tienen hoy todavía de nuestros indígenas, el mismo concepto que los gobernantes españoles de la época de Paulo III cuando se dudaba, si los indios pertenecían o no a la raza humana.
Existen en el Perú, muy pocos ejemplares de blancos puros, como existen muy pocos de indios puros o de otras razas. La fusión ha hecho su efecto después de 4 siglos de convivencia y no es inteligente abrigar hoy dudas que son desmentidas por sus mismos sostenedores, respecto de la capacidad progresista del indio.
Un solo hecho, el crecimiento de la población indígena, que disminuyó a 600.000 individuos según el último censo español en el Perú, y que alcanza hoy, según nuestros más moderados cálculos a 4 millones, sería suficiente argumento, para probar, que con menos malos tratos, el indio reacciona, ya que biológicamente debe considerarse el crecimiento vegetativo, indicio de mejor adaptación al medio.
Preguntaría, a quienes todavía dudan de las excelentes condiciones del indio, ¿qué sería del Perú, sin los millones de trabajadores agrícolas y mineros que sostienen la vida de la sierra y de la costa? — ¿qué sería de nosotros como nacionalidad, si no contásemos con la posibilidad de enfrentarlos para la defensa de nuestra independencia nacional? Y aun históricamente, no resiste paralelo, la creación de un gran Imperio, considerado hoy mismo como maravilla de organización, imitada en la actualidad por los partidos más extremos del mundo, con esta haraposa República, mutilada y avergonzada después de 4 siglos de régimen blanco.
Deseándole salud, que es todo lo que puede desearse hoy, queda a sus órdenes aquí, su
Atto. amigo y SS.
L. Carranza

Carranza, Luis

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 2/7/1927

2 de julio de [1927]
Grande y querido compañero Mariátegui:
Estoy seguro que mis cartas ni mi telegrama llegaron a su poder. Yo recibí el suyo sobre el asunto de Pantigoso cuando circulaban los rumores de su prisión. Inmediatamente dirigí un telegrama a Ramírez interrogando por la verdad. A correo siguiente escribí dos cartas, una dirigida a Ud. y otra al amigo que le indico. Si hasta ahora no ha llegado nada a su poder, es seguro que estará en manos de la Policía. Suponiéndolo, nada deslicé en esas comunicaciones que no fuera perfectamente inocente. Aseguraba a usted nuestra solidaridad en esa hora, como ahora lo hago con toda la sinceridad de que somos capaces los serranos o cerreros. Luego me ha venido su carta, que confirma todas mis suposiciones. Desde el primer momento, en efecto, pensé que nada podía ocurrirle, so pena de constatar un completo estrabismo del sentido común en el Gobierno. Nada le digo de los compañeros presos. A ellos todo nuestro afecto. No creo que se les cogiera en infraganti motín. Eso es tan idiota, sobre todo en revolucionarios modernos. En fin.
El noveno número de Amauta se pone recién hoy a la venta. Cuando llegó la noticia de su apresamiento, me aseguran los vendedores que fueron amenazados por la policía y yo en previsión de un incautamiento, suspendí la venta hasta hoy que el número circula con la simpatía y curiosidad de todos.— Dígnese usted decir al amigo Ramírez que dos correos más me dispensa para enviarle el giro del saldo que tengo con la revista. Otro tanto con la cuestión libros.
De cuanto tiene usted la amabilidad de comunicarme en relación a sus planes, nada me impresiona mejor que su idea de ir a Buenos Aires. Estoy completamente convencido que usted no debe esperar a que el Gobierno del país le impida seguir publicando Amauta, sino que debe usted alzar anclas con motivo de lo ocurrido y plantarse en esa capital, donde así como se acrecienta su figura de apóstol de una espiritualidad continental autóctona, irradia su obra en condiciones que luego la harán indestructible. Acaso, un designio magnético actúa en cuanto viene realizándose y usted tenga que sacrificar su bienestar para darse a la faena más trascendente e histórica que ha acometido hombre alguno de nuestra indoamérica. Por todo lo que luego venga, querido compañero, confío en usted, en sus elementos de vasco y de indio americano y no se olvide de estas verdades que hoy le digo inspirado por el más fervoroso americanismo. En la medida que le admiro le quiero y así quisiera que usted se acreciente en la adversidad de esta emergencia criolla y haga el raid a Buenos Aires, seguro de no ser superado por ahora.
Le abrazo a nombre de todos, de Alejandro, menos de Armaza, el cual es un pobre muchacho burgués, simulador y arribista, tan pobre de imaginación como de honradez y que si le ha pedido algo sólo merece que usted lo desprecie. Voy a referirle un solo detalle que lo pinta. Cuando ustedes me enviaron Amauta, salí personalmente a imponerlo y entonces este poeta de una raza que no existe se me enojó como un idiota por el hecho de que pretendí venderle un número de su revista, asegurando que él no compraba cojudeces. Estaba fresco del Buenos Aires frívolo y no se olvidaba de cierto limeñismo amariconado. Creo que sobra con lo dicho. En mi presencia luego compró un número de Mundo Argentino para castigarme. Basta, basta. No le referí antes esto porque no influenciara en cuanto al juicio que produjese respecto de ese libro en blanco con título rojo como dice Guillermo de Torre.
Una última declaración: estamos con usted incondicionalmente. Antes de irse a B.A. venga por los Andes.— Su compañero
Churata
Dígale a Blas que tenían que ser razones de peso las que me obligan a faltar con él hasta ahora— Pero que confío que esta semana le giraré con dirección a Uds.—
—ojalá esta carta llegue a sus manos— Si no... el polizonte o soplón que la viola reciba el desprecio del suscrito— Arturo Peralta-Puno.

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de Luis E. Valcárcel, 7/7/1927

Cuzco, 7 de julio de 1927
Querido amigo José Carlos:
Muy deseoso estuve de escribirle, pero la falta de dirección segura me impidió hacerlo.
No se imagina lo que sentí yo y lamentamos todos sus amigos por lo ocurrido. Huelga todo calificativo.
Mucho me alegra que ya esté usted en su hogar, rodeado de los suyos, y con el ánimo heroico de siempre.
Tengo la esperanza de que Amauta siga saliendo allí. Ojalá. Que no vaya el daño hasta alejar a U. del país.
Gracias por la noticia que me da sobre la salida de mi libro; temía que, con lo acontecido, sobreviniera alguna dificultad que lo frustrase. Aguardo en el correo entrante el envío que me anuncia de los pliegos y los números de la revista. Otra vez: mil gracias.
Lo felicito muy cordialmente por su gran carta a la prensa. Da usted una lección de entereza cívica y de probidad intelectual.
Salude muy cordialmente a su señora y a los buenos camaradas (Déme noticias de Cox y Basadre).
Lo abrazo fraternalmente.
Luis

Valcárcel, Luis E.

Carta de José A. Foncueva A.,1/1928

La Habana, enero de 1927 [1928]
Al camarada José Carlos Mariátegui:
Un grupo de escritores, estudiantes y artistas revolucionarios comenzará a editar, desde el próximo día 20, una revista de arte, literatura y doctrina, cuya revista dirigiré yo.
El nombre de la nueva publicación será indoamérika y nosotros tenemos el propósito de hacer de ella una cosa buena, para ello nos es absolutamente indispensable la colaboración de la vanguardia peruana, —tal vez la primera del continente— y especialmente la de usted, como mentor ideológico de esa juventud hermana.
Enterado por Emilio Roig de los propósitos suyos de reanudar la publicación de Amauta, le brindo mi humilde auxilio tanto para conseguir colaboración, como para allegar recursos económicos. En Cuba queremos a Amauta como cosa nuestra, y es por ello que yo tengo especial empeño en ayudar a su publicación, de acuerdo con mis fuerzas.
le agradecería mucho el interés que usted se tomara por indoamérika, toda vez que su concurso será sumamente útil para lograr nuestra idea de que indoamérika sea tribuna del pensamiento izquierdista universal en esta pobre antilla, esquilmada por el caudillaje y el imperialismo.
Adjunto le envío 3 ejemplares de nuestra revista El Estudiante, cuya publicación se suspendió a raíz de un proceso del que supongo usted tendrá noticias, por un supuesto delito de conspiración para la rebelión. El Estudiante fue la primera revista que protestó en Cuba de las arbitrariedades del civilismo contra el grupo de Amauta. en las paginas 5, 12, 14 y 17, podrá usted ver nuestras protestas y votos de adhesión a la obra gigantesca de la nueva generación peruana, generación abnegada y heroica, hermana de la de aquí en la lucha por la reivindicación social y política del continente nuestro.
Finalizo, no sin antes repetirle nuestros deseos de que usted nos auxilie mandándonos colaboración de la vanguardia peruana y aprovechar la ocasión para saludar en usted a los hombres nuevos del Perú y atentamente
José A. Foncueva

Foncueva, José A.

Carta de Esteban Pavletich, 15/7/1928

San Salvador, El Salvador, 15 de julio de 1928
Para José Carlos Mariátegui
en Lima - Perú.
Gran camarada:
Por dos ocasiones le he escrito desde el campamento aprovechando de una de ellas para enviarle el saludo prometido. —Lo hice a través del fino Froylán Turcios en original y copia— Grato me sería saber que llegó a su poder.—
Tuve deseos fervientes de escribirle desde Honduras— la inquietud e intranquilidad consecuentes a la persecución policial de que se me hizo objeto no lo permitieron.
Permaneceré en El Salvador el tiempo preciso para dar culminación a Sandino, para cuya edición —de serme económicamente posible— me trasladaré a Buenos Aires.—
No me olvide para sus cartas y no me olvide para Amauta, harto desconocida aquí.—
Fraternalmente
Esteban
c/o. Alberto Masferrer.
Calle Delgado 84.—
San Salvador.— El Salvador.—
(El nombre del remitente no es completo, solo se puede observar el nombre mas no el apellido)

Pavletich, Esteban

Carta de Tristán Marof, 6/8/1928

México, 6 de agosto de 1928
Mi querido compañero Mariátegui:
Su carta del 10 de julio la tengo en mi poder y la respondo inmediatamente con todo agrado. He sabido por algunos amigos suyos que se encontraba enfermo, y varias veces hemos lamentado su situación. Pero me alegra inmensamente la noticia que me da de que una operación feliz, tal vez, lo pondrá en condiciones mejores. Todo lo que sucede a Ud. —sus triunfos y sus dolencias nos preocupan— no por simple sentimentalismo, sino porque clavado allí en Lima, realiza una obra revolucionaria con visión clara y dentro de la realidad.
No he recibido las cartas del Mayor Helguera; posiblemente han quedado secuestradas por el amigo Roig o por algún otro. Ya sabe Ud. o se habrá dado cuenta que nuestros amigos cubanos —con rarísimas excepciones— no tienen un severo grado de responsabilidad. Solamente una carta con un recorte suyo me enviaron de La Habana a México.
Le escribo a Fernández de Castro, anunciándole que escribirá para El Diario de la Marina. Yo escribí algo sobre Ud. para el suplemento y no sé si habrá salido. Hasta me pagaron adelantado; posiblemente saldrá en números posteriores si hasta ahora no ha salido.
Me tiene Ud. instalado por el instante, en este hospitalario país, tan complejo y tan interesante. No es posible escribir sobre México una línea sin vivir aquí, sin relacionarse con los medios más diversos y sin tener un espíritu de observación agudo. Los que escriben sobre México, a distancia, podrán acertar tal vez en algunos aspectos pero no en todos. Frecuentemente tengo la diversión de leer polémicas sustentadas sobre México y no hago otra cosa que sonreír. México no se arreglará ni cambiará por los buenos o malos deseos de esos señores. Estando aquí, sintiendo su vibración y la fuerza de este país, se da uno cuenta que México tiene enorme dinamismo que lo emplea cuando conviene, en el momento que es preciso. Los que analizan la ‘revolución mexicana’ como una cosa definitiva, seguramente no se dan cuenta que ella no ha realizado sino su papel histórico frente al poder feudal resintiéndolo considerablemente. Pero por este mismo hecho, este país marcha a pasos precipitados a la ‘revolución social’ proletarizando todas sus masas campesinas y obreras. Por este mismo hecho, México se encuentra a la cabeza de los países nuestros, donde el privilegio, el latifundio como entidad política, el clero, dominan en forma absorbente. Nosotros tenemos que realizar una revolución muy parecida a la de México en 1910; tal vez nuestra revolución tenga mayores contenidos sociales, mayor visión de conjunto, pero esto mismo no es sino el resultado de experiencias obtenidas sobre México.
La polémica de Urquieta —pequeño burgués intelectual, y Meneses, con su dosis de sentimentalismo, no me demuestran sino una cosa: el error de no vivir en México, de no estar enterado de la evolución económica —único factor que precipita las revueltas. Calles y Obregón —este último asesinado en un momento lamentable— no significan otra cosa que la representación de la pequeña burguesía nacional que derrotó al régimen latifundista y porfiriano que dominó a México por el espacio de más de 30 años. Pero no es posible desconocer la obra de la revolución mexicana, la interrogante que ha abierto en todos los campos, y por último, sus esfuerzos para imponerse y luchar al frente de un enemigo tan poderoso como el capitalismo de Wall Street.
Por otra parte, nuestro deber revolucionario es defender todas las conquistas que se han obtenido con la revolución y seguir adelante.
Urquieta, no sólo es un confusionista consciente —esta es la impresión que tengo yo— sino que se está cuajando en el Altiplano, al lado de don Franz Tamayo, radical lírico y mensajista. Si usted puede influir en este amigo escríbale y muéstrese disgustado por su actitud tan lejana de la realidad.
Con el mayor gusto escribiré para su revista y le conseguiré colaboraciones de valía. Voy a hablarles a los señores Bohórquez, Molina Enríquez, Diego Rivera y otros. Estoy seguro que escribirán para Amauta y le prometo enviarle inmediatamente que tenga en mi poder los manuscritos.
He dado una serie de conferencias en la Universidad y ahora me tiene Ud. de Profesor de Historia Americana en la Facultad de Ciencias Sociales. Posiblemente estaré aquí unos cuantos meses más hasta que pueda viajar a B. Aires.
He charlado largamente con Haya antes de que parta a Guatemala. Algunos puntos de vista me agradan; tal vez estaríamos de acuerdo en todo si Haya a última hora no hubiera insistido en cierto reformismo. Esta actitud ha abierto cierta pugna entre comunistas y apristas. Desde luego una cosa lamentable en un período pre-revolucionario.
No tengo aún en mi poder los números de Amauta que me dice Ud. me remite. Emplee como siempre la dirección segura: Liverpool 119.
Un saludo a todos los compañeros de su revista; y Ud. y su señora, acepten el afecto cordial de su amigo y compañero que los estima de verdad.
T. Marof

Marof, Tristán

Carta de Baldomero Sanín Cano, 19/8/1928

Bogotá, 19 de agosto de 1928
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi distinguido amigo:
Mil gracias por su apreciable de 10 de julio que me ha llegado con algún atraso. Debo agradecerle también el envío de los números de Amauta que en su carta me anuncia y que estoy recorriendo con una apasionada curiosidad. Admiro esa publicación que le está prestando a nuestra causa americana y a las letras españolas del continente un servicio digno de gratitud y de encomio.
Le agradezco infinito que haya reproducido mi artículo de Universidad sobre la maligna práctica de combatir las ideas poniéndoles nombres inadecuados y odiosos. Me obligan todavía más sus palabras gentilísimas de introducción. Me será muy grato enviarle la colaboración que desea y me siento honrado en figurar en Amauta con las firmas que su excelente gusto reúne en esa publicación.
Puse en mano de Arciniegas su tarjeta y espero que él tendrá el mayor gusto en corresponder al canje propuesto por Ud.
Amauta, El Repertorio, Sagitario, México, 1928, Universidad y algunas otras publicaciones de índole semejante confortan el espíritu de los americanos libres por el testimonio que ofrecen de que hay un espíritu uniforme de amor a la libertad y una comprensión aguda de los peligros que la amenazan en varias formas, unas más sutiles que otras, a todo lo largo del continente. Esas revistas señalan igualmente un interés apasionado por la belleza de las formas literarias y por el arte en general. Es un estado de espíritu que adecuadamente dirigido podría realizar en beneficio de todos el ideal de unidad que todos acariciamos y que es ya una necesidad histórica, antes de ser una verdadera imposición práctica. Entenderá Ud. que no me refiero a la unidad política, sino a la de las almas, de las formas y de las tendencias. Un bloque espiritual es a veces más consistente y más eficaz en sus influencias que un bloque político.
Me despido con un apretón de manos muy cordial y soy siempre su amigo y admirador.
B. Sanín Cano

Sanín Cano, Baldomero

Carta de Alberto Hidalgo,21/12/1928

Buenos Aires, 21 de diciembre de 1928
Querido Mariátegui:
Hace unos días recibí, y ya los he leído, sus estupendos 7 ensayos. Algunas de sus páginas me eran ya familiares, y entre ellas he hallado algunas, las que a mí se refieren, que como ya se lo expresé en mi carta anterior, nunca sabré agradecerle bastante.
Siendo este libro el más importante que ha escrito usted, es también el mejor libro que me llega del Perú desde hace muchos años, y es por supuesto una de las obras fundamentales, una de las columnas básicas de las letras americanas. Le digo a usted más: le digo que este volumen le consagra como el más grande crítico hispánico de nuestro tiempo. Yo no hallo en América un solo escritor que pueda comparársele equitativamente. Cierto muchacho de Buenos Aires es un gran estilista. Ud. lo cita a menudo. Pero no tiene una sola idea respetable en la cabeza. Y además, así en lo moral como en lo ideológico, es un perfecto sinvergüenza. Es un alquilón de las ideas y de la conciencia. Se ha dicho por ahí que es él el mejor escritor de América, en el sentido del estilo. Yo creo que es muy bueno, pero no tanto porque al fin y al cabo es un escritor barroco, gongórico, fuera de la época. Ud. junta a un estilo sobrio, claro, preciso —el estilo verdaderamente moderno— un constante contacto con el sentido íntimo, profundo, de las cosas y de la vida. Ud. no pasa sobre las cosas sino que las araña para ver lo que se oculta bajo su epidermis.
Yo no estoy de acuerdo con muchos de sus postulados. Es más. Estoy en contra de ellos. Así por ejemplo usted es nacionalista, así en política como en arte. Ha caído usted en la trampa del comunismo ruso, hecho con fronteras y divisiones raciales. Pero como es tan grande su inteligencia, ha ejercido vasta influencia en aquel ambiente. Y yo creo que esa influencia ha sido, en el terreno del arte, simplemente perniciosa. Le digo esto después de haber visto los cuadros de Sabogal, a quien su ideología nacionalista— la de ud.—le ha tomado como presa de experimentación. El horrible fracaso de Sabogal en Buenos Aires, que él le habrá referido, se debió, lo creo firmemente, no a su instrumentación pictórica sino a su motivación subalterna, llena de partipris. No se pudo hacer nada por él aquí. La juventud de Buenos Aires, nuestra juventud, le ha menospreciado sinceramente, sin siquiera detenerse a estudiarlo. No le ha consagrado atención simplemente. Y él se vio a causa de esto obligado a entregarse al despreciable grupo de los hispanoamericanizantes y literatillos ‘incaicos’ que aquí forman barra, secundados por la Legación del Perú. Y en cuanto a lo literario, veo por los libros que me llegan del Perú que la mayoría de los mejor dotados se hallan borrachos de nacionalismo. Hay ya allí una poesía vernácula. Han hecho parcelas de poesía, parcelas con sus caciques y sus banderas. Esto es simplemente horrible. Y ud. es un poco culpable de ello, querido Mariátegui.
Si le digo estas cosas con tanta claridad, es porque sé que ud. va a comprender exactamente su significado, y no va a pensar que mi posición marque una disidencia con lo fundamental de sus campañas. Yo estoy con ustedes en Amauta y en sus ramificaciones sociales, con toda el alma. Y aun puedo asegurarle que si viviera o volviera al Perú, lo estaría en alma y cuerpo. Es decir ofreciendo también mi brazo.
Amauta, en su nueva forma, me parece muy bien, no obstante que el antiguo aspecto me parecía magnífico. El tamaño actual resulta acaso un poco burgués. No sé por qué las revistas de esa dimensión se me antojan innaccesibles al pueblo, al obrero especialmente. Éste las mira con un poco de prevención. Yo soy más partidario de las revistas breves y ágiles.
Habrá usted visto en mi último libro, que al incluir mi poema a Lenin, acepté una sugestión suya respecto a lo que primitivamente decía de la mujer. Esto le demostrará el alto aprecio que su mentalidad me inspira. Viéndolo a usted del tamaño que ha alcanzado y viendo a dos o tres muchachos, no sabe ud. cómo me siento de orgulloso de nuestra generación. Ud., Eguren, Valdelomar, Vallejo y Falcón son toda la época.
Le ruego que se sirva anotar mi nueva dirección: Belgrano 1705.
¿Pero cómo diablos ha hecho ud. para recordar mi chaqué arequipeño? A mi mujer le ha hecho esto una gracia enorme.
Salude a su gente, y reciba un cordial, más bien un cardíaco abrazo de su antiguo admirador y amigo, Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 11/1/1929

Puno, 11 de enero de 1929
Querido compañero Mariátegui:
Anduve lleno de múltiples atingencias en estos días, a punto de haberme visto privado casi siempre del tiempo necesario para atender a mi correspondencia.
Los primeros minutos los dedico a usted, para desearle un nuevo año repleto de esperanza y para agradecerle el obsequio de Siete Ensayos, cuya lectura, ciertamente, ha sido mi mejor regalo de estos días. Ya sé yo que es mucho lo que se tiene que aprender en sus enseñanzas y por ellos mismo es que anhelo una continuada bienandanza en su salud.
Algo que me ha llamado fuertemente la atención, es la prescindencia que hace de Alejandro al ajustar un momento de nuestra literatura. Veo que alcanza usted a Mamani y olvida por modo sorprendente el papel histórico de Ande en nuestras letras, y en nuestras letras cuando vienen a representar un síntoma político. Juzgo, en todo caso, que usted ha omitido involuntariamente la crítica de "Ande" y de su tendencia, ya suficientemente generalizada y valorizada para que sea posible olvidarla.
Desgraciadamente estoy en deuda con usted. Y ahora creo que se concluye mi paciencia. Los agentes de provincia toman a broma mis circulares, y me obligan esta vez más a cancelar yo sus deudas como ya la vez pasada ocurrió. Así, lamentando el fracaso de mis entusiasmos, tengo que optar por una resolución definitiva, que le ha de comunicar Martínez.
Un gran abrazo de su compañero y crea siempre en su admiración y cariño.
Churata

Nota: Le envío certificados libros que para usted mandan Pablo de Rocka y su mujer, Winet.-ale

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta a Artemia G. de Falcón, 18/2/1916

Huánuco, 18 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Recibí carta tuya y de Alicia por el último correo. Les agradezco el cariño que en ellas han puesto y les correspondo con la misma intensidad.

Por mi parte, sentí también muchísimo no estar al lado de ustedes el ocho. Este día que fue uno de los más tristes que he tenido aquí. Ya se los he dicho.

Espero, mediante los esfuerzos que hago por conseguirlo, poder remitirte las mensualidades el primero. Ahora, según se dice, el correo está pagando puntualmente los giros. Esto me facilita la remisión.

Yo estoy bien y no tan contento como al principio. Cada día me entristezco más estar lejos de ustedes. De otro lado, la situación aquí no es la misma. Una red de intrigas se teje hoy alrededor de la Prefectura y, aunque yo he quedado hasta ahora libre de sus acechanzas, no sería de extrañar que mañana me envolviera a mí también. Por el momento, me mortifica y disgustan semejantes maquiavelismo, porque van contra amigos a quienes estimo y guardo altas consideraciones. Cuando de mí se trate, entonces habrá oportunidades a proceder serenamente y con altivez, sabiendo siempre incólume la dignidad. Todavía no hay razón, ni motivos y por esto callo y espero alerta.

Tú no te mortifiques. Piensa que semejantes [...]. mejor los realizo yo que estoy sobre el propio terreno de de atracciones.

Hazle presente a Juan mi deseo porque modifique su conducta. Bastante me la ha ofrecido en cartas anteriores y me hago la ilusión de que lo cumpla en lo sucesivo. Ya es grande y no le falta discernimiento para comprender lo que le conviene.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y a Juan.

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 24/1/1924

Londres, 24 de enero de 1924

Querida madre:

Te adjunto un artículo para Mundial. Supongo que habrán publicado los anteriores y que te los habrán pagado puntualmente. Yo no descuidaré mandarte los dos que debo escribir cada mes.

No hagas caso de lo que te digan sobre mi situación en Europa. Nadie la conoce mejor que yo y si algo me ocurriera, a ti sería la primera que se lo diría. Aquí no se vive como en el Perú. No se deporta así no más a nadie ni yo doy motivo para que lo hagan conmigo. Eso que te ha dicho Mariátegui es una tontería. Está perfectamente tranquila y creo que en cuanto pueda, creo que no será más allá del año próximo, iré a Lima, aunque no sea más que a pasar uno o dos meses contigo.

En estos días he leído en los diarios que han estallado cuatro bombas ante el palacio de gobierno. También dicen que han apresado a más de doscientas personas. No sé si entre estás estará Mariátegui y Valle y si uno de los periódicos que han suspendido es la revista que ellos se proponían publicar. Espero nuevas noticias.

Me parece una tontería de Alicia querer tomar una casa de alquiler superior a nuestros recursos. Es necesario que se convenza, ella y todos mis hermanos, de que nosotros somos muy pobres y debemos vivir de acuerdo con nuestra pobreza. Busca en el día un departamento barato y limpio, que cueste lo que puedas pagar, y múdate. Es preferible vivir en una casa pobre y tranquila a aparentar estúpidamente una situación que en realidad no es la nuestra. Estas cosas no debía ni decírtelas. Espero que ninguno de mis hermanos insistirá en su propósito.

Todavía no ha llegado el café.
Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo muy cariñosos para ti.

César.

Averigua en el correo por mis cartas, porque después de la fecha que tú dices yo te [he] escrito varias veces, certificadas o no. Me resisto a creer que se roben las cartas que te dirijo. Pero si ocurre así, tomaré inmediatamente las medidas necesarias para evitarlo. Dime enseguida lo que haya en este asunto.

Falcón, César

Carta de Baldomero Sanín Cano, 21/3/1929

Bogotá, 21 de marzo de 1929
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima
Mi excelente amigo:
Estoy en deuda con Ud. No puede figurarse el placer tan grande que me ha proporcionado la lectura de su invaluable volumen de Siete ensayos de Interpretación de la Nacionalidad Peruana. A más de ser un análisis fecundo de la vida de ese pueblo tan interesante, tan lleno de alternativas, es una obra de justicia del punto de vista americano y del de la moral universal. Es una vindicación razonada, “Materialista”, como Ud. dice, y antirromántica de una clase social y de un principio. El caso del Perú que Ud. describe y desmenuza con tan agudo sentido histórico y con tan estrecho contacto con las realidades es el de algunos departamentos de Colombia. Para los pocos que aquí nos ocupamos en el estudio de esos problemas su libro es un derrotero, a trechos es una revelación.
Movido por los mismos sentimientos de equidad que Ud., tampoco soy criollista en el sentido estrecho que los literatos y algunos filósofos americanos (libreamericanos) le dan a este concepto. Mi educación oficial, tuve que rehacerla al comprender lo falso e incompleto de su contenido al llegar a la edad madura. Si a esa edad no hubiera pasado 16 años de mi vida en Europa, tratando de rectificar las nociones recibidas en la escuela y en los colegios y de corregir la experiencia de muchos años de lucha en este país, yo sería un ente todavía más incompleto de lo que soy. Me siento como Ud. occidental, aunque profundamente “libreamericano”.
Son muy atinados sus juicios literarios, de los cuales hay algunos que aprecio sin conocer la obra de los autores a quienes se refieren. Los que tratan de autores que me son conocidos me parecen muy bien fundados. En todos ellos la doctrina es amplia, desinteresada del punto de vista literario y bellamente expresada. La expresión es la virtud predominante del libro: hay una claridad, un desembarazo, una sencillez que cautivan al lector y le dan realce al pensamiento. Su bella manera de escribir justifica aquella definición de Oskar Loerke: “Der Geist des Stoffs heisst Form”.
Recibí también los números de Amauta y de Labor que ha tenido la gentileza de enviarme. La obra que Ud. realiza en esas dos publicaciones impone admiración y respeto por la tenacidad del empeño y por la fe de que dan testimonio en la exposición de la doctrina. Reciban Ud. y sus colaboradores el aplauso más sincero, nacido de mi deseo y de mi incapacidad de imitarlos. Mi país pasa en estos momentos por un período de achatamiento en lo ideal, que debe asemejarse mucho a la represión causada en el Perú, según Ud. la analiza, por la fiebre del guano y del salitre. Media una diferencia. Aquel estado provenía en su patria de una prosperidad efectiva que resultó efímera, el estado actual de Colombia es más peligroso porque se funda en una esperanza: ha sido designado con gran precisión en mi sentir con el título de “prosperidad a debe”. La frase de Jaurès citada por Ud. acerca de la incertidumbre de la prosperidad industrial en estos días de adelanto inesperado en la técnica, es para nosotros una amenaza.
Su libro es una obra libreamericana de valor incontestable por la enseñanza que contiene y es, por la forma, de una eficacia cautivadora. Reciba mis felicitaciones y crea en la amistad y en la admiración de
B. Sanín Cano

Sanín Cano, Baldomero

Carta de Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 15/4/1929

San Francisco, 15 de abril de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido y recordado compañero:
Sentí de veras no haberle podido ver cuando estuve de paso por ésa. Cierto día en que fui a su casa, un simpático pequeñuelo —creo que sería Sandro— salió a mi encuentro, indicándome que Ud. en ese momento se encontraba muy ocupado, atendiendo a algunas personas.
Preocupaciones de todo orden, a cual más duras y aplanantes, me impidieron luego volverlo a buscar. Enseguida partí para esta ciudad saxoamericana donde el proceso de mi vida adquiere un viso álgido. No he tenido, pues, la suerte de cumplir uno de mis más vivos deseos al llegar a Lima: presentarle el testimonio de mi admiración personal y darle un fuerte, un cordial abrazo. Pero juzgue mi afecto, compañero, a través del que ahora le envío con estas líneas, hilvanadas apenas las faenas de esta aplastante vida yankee me dejan un respiro.
Después de algunos contrasuelazos y volatines, he caído en El Imparcial, semanario de habla hispana en San Fco. Figúrese una publicación de mentalidad específicamente burguesa e ingenuidad provinciana, pero sin el arresto limpio, fuerte e inteligente de nuestro provincialismo, por ejemplo. Desde el primer momento traté de hacerlo virar hacia la izquierda, aunque fuese lubricando sólo un tanto los ejes de orientación; pero lamentablemente el cartaginés del propietario echó por tierra mis planes. En comentarios rapidísimos, sin embargo, he lanzado algunas flechas incendiarias y por cualquier resquicio soplaré mi pólvora.
La posición del periódico es estratégica: defensa de los intereses de las colonias de habla castellana —españoles e hispano-americanos; en su mayor parte mexicanos estos últimos— frente a la hostilidad rubia; pero ni el hebdomadario sabe ni quiere sacar partido de su situación ni aquellas colonias tienen la menor consistencia solidaria.
Entiendo que aquí hay alrededor de 20,000 mexicanos; y créame Ud., compañero, actúan y se mueven en tal forma, piensan de tal manera que son capaces de socavar la fe del hombre mejor templado. La pasión política y disgregación de conciencia son tales, que allá donde se juntan dos mexicanos hay una revolución cargada de dinamita. Tal vez sea la energía desviada de la raza destinada a fecundas creaciones con abonos de sangre; pero mientras se corta las arterias, el Tío del Mundo se nutre de sangre azteca y ríe a caquinos de la opereta democrática, de los miles de generales presidenciables, de las cien revoluciones por minuto, etc., etc.
Y aquí se conocen datos ciertos de que todos esos que se presentan con la aureola apostólica antiimperialista, caen secretamente de rodillas ante la Secretaría de Estado yankee implorando ayuda y misericordia.
A título de referencia aquí le presento dos casos: poco antes de que yo llegase, Vasconcelos ofreció una conferencia, creo que en el Liberty Theatre situado en Broadway, centro de concentración latina. Se imaginará Ud. que una imponente multitud de nuestra raza acudió a escuchar al líder. ¡Admírese, compañero! El público estuvo compuesto escasamente por doscientas personas. De éstas la mayor parte fueron suramericanos; y de éstos —consuela decirlo— la mayor parte fueron peruanos.
Poco antes de producirse la revolución de los Escobar, Aguirre, etc., un buen día apareció en el Examiner —uno de los tantos órganos del cínico Hearst— un artículo en que señalaba la necesidad imperiosa y urgente de “adquirir” la Baja California, sobre todo por razones estratégicas, tanto para la defensa del Canal de Panamá como de los estados saxoamericanos del Pacífico. Como aquí se siguen paso a paso los planes de Inglaterra, no hay duda de que The Low California pasará a la Unión Saxoamericana el día menos pensado, y todavía con el asentimiento de muchos, muchísimos mexicanos. ¡Y lo de Sandino y lo del Canal de Nicaragua! Vea Ud.: he conversado con muchos nicaragüenses y el 99% opina que Sandino no es más que un vulgar salteador de caminos...
Hay para jamás acabar. Cuando esté más tranquilo, ordenaré mis notas y tendré el gusto de mandarle algunos artículos sobre estos puntos, para Amauta. Poseo ya extensas observaciones sobre la vida yankee que sucesivamente le haré conocer.
No me traje más que un número de Amauta, del cual me estoy valiendo para hacer conocer el mérito y orientación de la revista entre mucha gente de ésta; poniendo de relieve, al mismo tiempo, la destacada y beneficiosa labor intelectual de Ud. Le quedaría reconocido si, por lo pronto, me enviase, con la dirección que más abajo le indico, siquiera un ejemplar de cada número. Al mismo tiempo me interesa conocer y hacer conocer en ésta su libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. ¿Podría Ud. mandármelo?
Luego le enviaré algunos poemas míos para que me haga la merced de publicarlos. Felizmente acá recibo Repertorio Americano y esto me salva un tanto de la mediocridad y estulticia ambiente.
Ya ve, compañero, que mantiénese firme mi solidaridad ideológica y espiritual con el grupo de Amauta —Espero que no olvide que estoy en acecho captador de muchos aspectos de problemas que nos preocupan. Nuestra conexión es, pues, de verdadera importancia para la causa en que militamos. Saludos a todos los compañeros.
Lo abraza fraternalmente
Luis A. Rodrigo
Mi dirección:
Luis A. Rodríguez O.
1027 Pacific Street.
San Fco.. de Cal.
U.S.A.

Rodríguez O. Luis A. (Luis de Rodrigo)

Carta de Fidedigno Cuellar, 8/8/1929

Bogotá, 8 de agosto de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui.
Lima. Perú.
Muy estimado compañero:
Mi cariñoso saludo.
Me he retardado en escribirle, como le prometí, por las múltiples tareas que he tenido que cumplir a mi llegada a ésta y en las regiones colombianas de tránsito. Mientras estuve ausente nada se adelantó en la organización sindical, porque las masas están de-sesperadas unas, otras profundamente fanatizadas y atemorizadas. Unos pocos convencidos, estamos persistiendo en la organización y dentro de poco sabremos los resultados.
Allá le remito una copia del informe que presenté en el Congreso de Montevideo y un ligero ensayo de efusión a Rusia.
Cuando iba para Uruguay, me impuse del magnífico informe elaborado por usted, el cual fue de lo más completo e ilustrativo que seguramente se presentó allí. Los otros compañeros de delegación colombiana, también presentaron otro informe más detallado que vino a complementar las deficiencias del mío; aquél era más que todo de carácter estadístico y el mío de índole semi-histórica.
La situación proletaria actual de Colombia, es demasiado escabrosa; se halla un tanto interesante la política burguesa, especialmente la específica que pertenece al partido que gobierna, la cual se halla dividida por los asuntos presidenciales y corroída por el desbarajuste administrativo y el peculado que menudea por doquiera. La rama liberal se halla en un estado lamentable de pusilanimidad y de miedo al movimiento proletario, al cual califican las burguesías de bandolerismo, pillaje, bolchevismo &.
Como es posible que esta carta sea revisada en los correos, no puedo extenderme sobre ciertos aspectos y por si acaso, la correspondencia para mí puede rotularla así: Señorita Cecilia Lombo, Bogotá, carrera 8 No. 135. En mis próximas, le referiré más extenso el panorama actual del movimiento en Colombia. Mándeme periódicos y revistas. Esperando sus órdenes, me es grato cumplirlas, con saludos sindicales,
Fidedigno Cuéllar

Cuellar, Fidedigno

Carta de Ramón Alzamora Ríos, 17/10/1929

Santiago, 17 de octubre de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima
Estimado amigo:
Pronto le escribiré sobre la verdadera situación del país. Estoy estudiando en el terreno las cosas, apartándome de toda versión de amigos y compañeros.
Le incluyo el reportaje que fue [...] El Mercurio de Valparaíso y que reprodujo el de Santiago. Además, le remito la carta particular que nos envía un muchacho empleado de Arica, en la cual se refiere a un artículo suyo publicando en la revista Mundial.
Hasta la fecha no nos ha presentado a la Cámara. Debe hacerlo en la primera sesión de reapertura, que posiblemente sea el [...] del presente.
Lo abraza su compañero.
R. Alzamora.
P.D. Saludos para el comp. Martínez de la Torre.
Dirección: Ramón Montero
Calle Cuevas No 1139
Santiago.

Alzamora Ríos, Ramón

Carta de Blanca Luz Brum, 18/10/[1929]

México, 18 de octubre [de 1929]
Mariateguísimo!
¡qué bien Malanca! él es el único espíritu que se anime en esta tierra cochina, de hombres torvos, lujuriosos y egoístas!... querido qué bluff es México! Diego expulsado, Morón expulsado, de la Plaza expulsado, Bac. expulsado. y así todo, caca y pura caca che!
Aquí no nacerá nunca un Mariátegui, ni un Paiva ni una Blanca Luz.
Pancho Villa sí, y otros bandidos.
Y luego tienden a morir acorralados y asfixiados dentro de su mexicanismo recalcitrante.
Odian a los sudamericanos nos tienen una envidia tremenda. El Partido es un antro de alcahuetería y divisionismo, nadie le guarda la espalda a nadie, la historia de México es una triste historia de sucesivas traiciones y “madrugadas” a quien le “madruga” a quien, y eso llaman valor y desprecio por la vida.... ajena, digo yo.
No existe el hombre, existe el macho. No existe la mujer, existe la hembra.
Hembra y Macho que se disputan a balazos la hedionda conquista del sexo.
Voilá México.
¿Sabe lo que son los charros? Bueno son los tipos más ridículos y caricaturescos de la realidad mexicana. Los Domingos salen a pasear a caballo por los parques de Chapultepec, con sus charreterías de plata, sus tejanas, todo bordado ricamente en oro, y un caballo fino y 6 pistolas, se pasean como pavos reales, llenos de fatuidad, alardeando de una hombría que no tienen, y eso es México ante América puro estampido de pistola y nada.
Pena de gente cochina porque el cielo, las montañas todo el paisaje es grandioso indigno de los hombres. Parece una jaula maravillosa, llena de zopilotes y lechuzas.
Yo saldré prontísimo para París.
¿Por Dios cuándo nos veremos?
Hace años que no recibo Amautas. Recibí los retratitos de Eguren a quien abrazo y a Nomi también le escribí una carta larga. Escríbame pronto antes que me vaya. Ahora tengo en Malanca puesta la más grande y pura de mis emociones.
Abrazos larguísimos. Besos a Anita
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Antonio Caballero Cabarcas, 23/11/1929

Cartagena, 23 de noviembre de 1929
Al camarada José Carlos Mariátegui.
Lima (Perú).
Querido camarada:
Estos renglones fraternales y entusiastas, os llevan un férvido saludo clasista que tiene toda la fragancia de la sinceridad Revolucionaria.
Con una rapidez vertiginosa, al volar de la máquina, edifico —si no es forzada la expresión— estas líneas.
Con motivo de los pronunciamientos Revolucionarios de los últimos días de agosto postrero, la burguesía gobernante se empeñó en que yo tenía responsabilidad en la dirección intelectual de aquellos movimientos insurreccionales, y, con tal fundamento fui encarcelado. La cárcel es centro de amor y de coraje. Es centro de amor, de vibración, porque allí se aprende a conocer los dolores torturantes de todos los martirizados. Y es centro de coraje, porque se aprende a odiar esta sociedad de los bandidos mandarines y de los verdugos explotadores. Las persecuciones de que he sido objeto, han tenido la virtualidad fecunda de intensificar en mí el espíritu de lucha y de Revolución.
Estoy en libertad mediante fianza carcelera. He recibido Siete ensayos de Interpretación de la realidad peruana, con vuestra galante y delicada dedicatoria. E igualmente he recibido a Amauta. Hoy he principiado a hojear vuestro libro Siete ensayos de Interpretación de la realidad peruana, y —a primera vista— he advertido que es una obra de alto valor social.
Soy estudiante. Acabo de perder el año de estudio por haberse verificado los exámenes durante mi cautiverio. Desde la cárcel no dejé de lanzar proclamas y de redactar manifiestos. En el presidio se creó un ambiente de simpatía, y, si no se me excarcela, la cárcel habría sido muy pronto un centro de vibración Revolucionaria.
Ya he comenzado la labor de reorganización de los sindicatos obreros, y, pronto tendré formado un excelente censo de suscriptores de Amauta. Con el elemento intelectual y su congénere el elemento estudiantil no se cuenta aquí para nada. Los estudiantes e intelectuales cartageneros están más envilecidos que las rameras y los chulos de prostíbulos. Esos elementos son enemigos mortales de las ideas comunistas.
Os encarezco conseguirme en esa ciudad un ejemplar de la obra de John Reed titulada Cómo subieron los bolcheviques al poder. La espero, certificada, a vuelta de correo. También, si podéis, espero me remitáis Senda Roja de Álvarez del Vayo. La policía política de Cartagena, me decomisó mi biblioteca no escapándose ni mis libros de estudio. Espero los libros que os pido a vuelta de correo.
El camarada Bernardo Rejtman vino ayer de Calamar —población situada a orillas del Magdalena y unida a esta ciudad por ferrocarril— a conferenciar conmigo. Hablamos largamente sobre vuestra personalidad de escritor vanguardista. Me recomendó deciros que os envía un cordial abrazo.
No dejéis de remitirme, con las certificaciones indispensables, los números de Amauta dados a publicidad últimamente.
Os ruego darme los nombres de los estudiantes Revolucionarios de esa ciudad.para establecer relaciones intelectuales.
Espero vuestras letras a vuelta de correo. Pronto escribiré algo para Amauta.
Con saludos proletarios,
Antonio Caballero Cabarcas

Caballero Cabarcas, Antonio

Carta de Samuel Glusberg, 28/2/1930

Buenos Aires, 28 de febrero de 1930
Mi querido Mariátegui:
En verdad, me estaba ya inquietando su silencio tan prolongado. Por suerte, su carta del 9 me entera de que nada grave le ha sucedido. Me alegro. Después de los sucesos policíacos en vísperas de la llegada de Waldo a Lima, estoy siempre a la espera de cualquier arbitrariedad. Aquí también las cosas se están poniendo mal. Pero es solamente entre los políticos criollos de todo color el fandango... Un hombre libre puede vivir tranquilamente, al margen.
Interrumpido por su silencio y por las vacaciones no he preparado aún el festival que le anuncié. Pero me pondré a la obra en seguida. Lástima que el carnaval que empieza el domingo me robe una semana. Pero creo que para los últimos días de marzo podré realizarlo. Para esto, claro, usaré L.V.L. Si todo sale bien, como espero Ud. tendrá en abril el dinero para los pasajes.
Creo que para su mejor recepción en Bs. As. convendría repetir el método empleado en la recepción de Waldo. Primero: publicación de un número de L.V.L. dedicado a la literatura peruana y en particular a su labor de ensayista. Segundo publicación de su libro El alma matinal. Por mi parte espero poder hacer el número peruano. Luis Alberto Sánchez me escribió que él estaba por mandar a los muchachos de 1930 un montón de colaboraciones peruanas. Le pediré pues a ellos que me faciliten pruebas de página para que dichas colaboraciones aparezcan simultáneamente en Buenos Aires, con la declaración expresa de su procedencia. De gente de aquí: Lugones, Quiroga, Soto, Borges, Franco, Tiempo, Martínez Estrada, Gerchunoff, Uribe etc. puedo conseguir también algunas notas de interés y sobre todo de simpatía. Así que bastaría contar con unas cuantas colaboraciones representativas del Perú: de Luis Alberto Sánchez, Martín Adán, Jorge Basadre, Vallejo, Eguren, Orrego, López Albújar y Valcárcel. O algunos más. Le he escrito a este propósito a Sánchez y aguardo su contestación. Usted podría adelantarme el prólogo del libro si es que piensa ponerle uno.
Cuanto a la edición argentina del libro, desgraciadamente yo no estoy en condiciones de hacerla con premura. Primero porque no cuento ahora con ninguna imprenta y segundo porque no queda casi tiempo material para recibir los originales, mandarle pruebas etc. Sin embargo, conviene que el libro llegue con Ud. a Buenos Aires y que lleve el sello de Babel. Dígame si Ud. puede hacerlo imprimir en Lima en el formato de Amauta o un poquito recortado —igual a Nuestra América— Haga Ud. una edición de 1000 ejemplares, 500 con el marbete de Babel que puedo enviarle y 500 o más con el de Amauta para Lima. A la vuelta de unos meses— dos o tres— estaré en condiciones de girarle a su imprenta lo que me corresponda pagar por los 500 ejemplares, más los derechos de autor. Le parece viable la combinación peruano-porteña? Esto es importante que lo resuelva en el acto y lo ejecute sin pérdida de tiempo.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras le mando un abrazo fraternal.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Ernesto Reyna, 13/3/1930

Huarmey, 13 de marzo de 1930
Sr.
José Carlos Mariátegui.
Lima
Muy estimado compañero:
Como le decía personalmente, no he recibido las cartas que me anunciaba haberme enviado. El compañero Sal y Rosas pasó de largo, dejándome una tarjeta explicatoria, la distancia del pueblo al puerto fue el motivo, de no haberme buscado. Le contesto a Huaraz, reclamando el dibujo de Sabogal, que para mí es un recuerdo valioso, por tratarse del original de un pintor de la talla de Sabogal, y haber servido para la carátula de mi libro primicial.— Juan Luna, me dicen que se encuentra enfermo en Supe, y que por esa causa no ha podido entregarme la carta que me remitía Ud. por su conducto. En mi anterior del 20 de diciembre que se ha extraviado, y que la supongo en manos de la Policía Secreta, le decía que estaba organizando nuestro partido en ésta. Entre otras cosas le decía lo siguiente: “Hay que terminar con la inmoralidad política, que como un cáncer ha estado royendo los organismos burgueses. Las masas tienen un instintivo recelo al Gobierno: Desde González Prada hasta el último ciudadano, dicen: “los que gobiernan son unos ladrones”. Ante esta marca de fábrica de la rapacidad burguesa, y divisa heráldica de la aristocracia, la Dictadura del Proletariado debe poner en sus actos, no sólo una honradez acrisolada, sino ir hasta el heroico desprendimiento. Sobrios como espartanos, pobres como filósofos. Ofrendando su vida y riqueza a la República. —Como parte del programa de gobierno se debería sentar lo siguiente: “El enjuiciamiento de todos los anteriores gobiernos burgueses, y confiscación, de hecho, de la mitad de sus riquezas.— 2.-Prohibición absoluta de mover sus capitales del país, y de ellos mismos, de retirarse a despilfarrar sus energías y capital en el extranjero. Obligarlos a trabajar y poner en movimiento el Capital, so pena de íntegra confiscación por el Estado, y reclusión personal en sanatorio de vagos. —El partido por su parte se impondría: 1.— Los Gobernantes no podrán disfrutar cuantiosas fortunas.— El Estado dará al Gobernante lo necesario para una vida confortable.— Toda la fortuna particular de los Gobernantes será propiedad del Estado.— El Estado velará por la familia de los gobernantes y asegurará su futuro. 2.—Serán prohíbidos, los banquetes y fiestas miliunochescas de los Gobiernos burgueses.-Las fiestas del Proletariado serán sobrias y bellas, con la modestia de una república pobre. 3.-Todo fausto y gala será prohíbido por vanidad, y sí, se protegerá la belleza en sus múltiples formas.— También le decía que como un plan del Partido en el caso problemático, que se levantase en armas contra el actual gobierno, un representante de la casta oligárquica, pardista o militarista, luchar moralmente contra ellos, por ofrecer el Gobierno de Leguía mayor seguridad para el país. Pero, si del seno del Partido, surgiese el poder (sin mácula, ni traición) irnos contra todos los poderes constituidos.
Salude cordialmente al grupo de Washington Izquierda, y Ud. reciba un afectuoso saludo de su leal amigo
Ernesto Reyna
Siendo escritor por temperamento, no me puedo sustraer a la atracción de la literatura. Le incluyo un escrito, trata de las lagunas de Llanganuco, que están al pie del Huascarán, estas lagunas fueron motivo pictórico de Teófilo Castillo.
R.

Reyna, Ernesto

Carta de José A. Foncueva,20/9/1928

Habana, 20 de setiembre de 1928
Al compañero José Carlos Mariátegui.
Lima. Perú.
Estimado compañero:
Esta es la tercera carta que le dirijo. Las dos anteriores no han obtenido respuesta, por lo que supongo que habrán sido interceptadas por la policía peruana o por la policía cubana. Esto último no tendría nada de extraño, pues aquí la desfachatez de la dictadura llega hasta declarar por medio de sus periódicos oficiosos que la correspondencia privada de los elementos revolucionarios cubanos es sometida a la censura.
Los paquetes correspondientes a los números 14 y 15 de Amauta le han sido devueltos a ustedes. Yo me apersoné en la Administración de Correos a reclamarlos y se me dijo que estaban allí, pero que no se me habían entregado, ni se me entregarían, por existir una circular del Secretario de Comunicaciones, disponiendo que se impida la circulación de toda publicación revolucionaria. El encargado del Departamento de Certificados me informó que los paquetes le habían sido devueltos, con fecha 30 de agosto.
Los próximos envíos, así como el nuevo de los números 14 y 15, deberá usted hacerlo a Teresa Fominaya, San Anastasio 12, Víbora, Habana. Es necesario, para que no sean interceptados por los censores, que no traigan la etiqueta de Amauta.
El compañero Enrique Delahoza, co-director de Atuei, fue detenido y encarcelado a virtud de una querella del Presidente de la República, que estimó injurioso para su persona un artículo publicado en el número 6, recientemente aparecido y remitido a ustedes, a Sagástegui 669.
La querella presidencial fue posteriormente ratificada, procesándose a Delahoza, que quedó en libertad provisional.
La Sección Cubana del Apra viene trabajando activamente. Buena fe de ello puede dar Atuei, que es hoy el único periódico de oposición que hay en Cuba, y a la vez el más temido por la dictadura.
Con motivo de la detención de Delahoza, se solicitó del Grupo Minorista —al cual pertenecemos— que lanzara un manifiesto defendiendo a nuestro compañero y abogando por el respeto a la libertad de prensa. Pero el Grupo Minorista, que a pesar de sus poses revolucionarias es en el fondo un cenáculo reaccionario y burgués, se negó rotundamente a ello, por boca del Roig de Leuchsenring que ustedes por fortuna no conocen objetivamente y de José Antonio Fernández Castro, instrumento consciente y voluntario de un diario gubernamental y fascista para catequizar a los escritores jóvenes y captarlos para las filas cortesanas.
Nosotros, hasta hoy, hemos pertenecido al Grupo Minorista por puro interés político, pero a consecuencia de su actitud cobarde, hemos roto definitivamente con sus componentes. Y en el próximo número de Atuei los desenmascararemos ante la opinión de América, relatando su indiferencia en el caso de la persecución contra los compañeros peruanos, y su miedo lamentable cuando se nos sometió a un proceso que en los primeros tiempos asumió caracteres alarmantes.
Actualmente, el Grupo Minorista ha traicionado los ideales que proclamó suyos en los días de su fundación. La tiranía se ha entronizado en Cuba, el Grupo Minorista lejos de combatirla se ha preocupado mucho de no encender sus iras, y en ciertas ocasiones, hasta de halagarla. La Conferencia Panamericana que a cuatro años de distancia de su realización condenaron escandalosamente, prometiendo una protesta ruidosa en los momentos de su celebración, pasó entre miradas indiferentes, banquetes a tipos de la envergadura moral de Donoso y Zaldumbide, panegiristas de las dictaduras del coronelote Ibáñez y de Isidro Ayora, aplausos de Roig a Sánchez de Bustamante, su maestro y pontífice máximo de la mascarada imperialista y actitudes de neutralidad para esquivar las persecuciones policíacas. La valiente protesta de Atuei, contenida en un mensaje dirigido a los delegados latinoamericanos, ocasionó el secuestro de nuestra revista, cuyos directores fueron amenazados indirecta y veladamente. Y el Grupo Minorista optó por el silencio, que no compromete.
Los compañeros y yo le felicitamos por su notita en Amauta contra la cochina boutade de Giménez Caballero que sancionaran los conservadores, españolizantes, jesuitas y apolíticos editores de 1928. Hacía falta darles a estos excelentes amigos una vapuleada inteligente como la que usted merecidamente les ha dado. Nosotros ya hemos denunciado en múltiples ocasiones, desde las columnas de Atuei y de los periódicos y revistas en que colaboramos, el reaccionarismo disfrazado y la hipocresía seudovanguardista de “los 5”, que ahora sólo son 4, por la defección de Tallet, el que más valía del grupo. Pero el público suponía que nuestra actitud se debía exclusivamente a una rivalidad administrativa, de publicación a publicación. Amauta los convencerá de la razón que nos asistía, cuando los censurábamos.
Todos los compañeros me encargan le salude, y yo uno mi saludo a los de ellos,
José A. Foncueva

Foncueva, José A.

Carta a Samuel Glusberg, 30/4/1927

Lima, 30 de abril de 1927
Señor don Samuel Glusberg
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
Le ruego excusarme el retardo de estas líneas. Quise contestar sin demora su grato mensaje de amistad y simpatía. Pero hace algún tiempo que me veo forzado a descuidar casi completamente mi correspondencia. Tengo una salud inestable. Salvé hace tres años de la muerte a costa de una amputación y hasta ahora sufro las consecuencias de esa crisis que me dejó mutilado y enfermo. Por fortuna, desde hace pocos meses, voy mejorando. Mi trabajo es, sin embargo, superior todavía a mis fuerzas.
He recibido los libros que me envió Ud. Le agradezco el obsequio. Tengo en gran estima a sus autores, Horacio Quiroga y Sanín Cano. Sobre ambos dirá algo Amauta la revista que dirijo y que regularmente le enviamos.
Estoy políticamente en el polo opuesto de Lugones. Soy revolucionario. Pero creo que entre hombres de pensamiento neto y posición definida es fácil entenderse y apreciarse, aun combatiéndose. Sobre todo, combatiéndose. Con el sector político con el que no me entenderé nunca es el otro: el del reformismo mediocre, el del socialismo domesticado, el de la democracia farisea. Además si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. La acepto, en bloque, con todos sus horrores, sin reservas cobardes. En Lugones he admirado siempre al artista, al pensador que se expresa sin equívoco y sin oportunismo. Ideológicamente estamos en campos adversos. Me aflige que él refuerce con su nombre y con su acción a los conservadores. Aunque siempre es una ventaja encontrarse con adversarios de su estatura.
Le adjunto copia de un artículo que publiqué sobre Rahab de Waldo Frank. Con el último número de Amauta va el artículo que escribí para el Boletín Bibliográfico de la Universidad de Lima. Fue reproducido por Repertorio Americano y otros periódicos
Si puedo servirle para la difusión de las obras de su editorial en Lima, mande en mí como guste. Podemos establecer el intercambio con los libros que edita Minerva.
Amauta le ofrece sus páginas.
Y yo me complazco en suscribirme de Ud. con los más devotos sentimientos afmo. compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Miguel Ángel Urquieta, 21/6/1927

Lima, 21 de junio de 1927
Querido Urquieta:
Hasta aquí ha llegado el eco de su fraterno grito de protesta. Gracias, querido compañero. La solidaridad de Ud. y de otros ausentes es el mejor testimonio de que los que ayer combatimos estamos cumpliendo nuestro deber. Nos acecha de fuera y de dentro el odio de la cobarde canalla civilista. El repugnante Comercio ha aprovechado esta miserable ocasión para dedicarnos las más pérfidas puñaladas. Pero esta es también la prueba de que cumplimos nuestro deber. Nada nos inquietaría más que un gesto de simpatía de los deportados o emigrados civilistas. Sería señal de que equivocábamos la ruta.
Todos los periódicos han hecho caso al bluff policial. El más encarnizado y purulento ha sido El Comercio. Sin embargo este balín se va desinflando solo poco a poco. Si hubiera un solo periódico que aceptara una cabal rectificación, no quedaría de él nada en un minuto.
A mí no se me ha interrogado siquiera. Habría sido ridículo un interrogatorio. Todos saben, la policía la primera, que se puede hablar de propagandas de ideas revolucionarias pero que es difícil hablar de un complot comunista. Horas después de haber entrado en el sexto día de prisión, me devolvieron a mi casa en vista de mi estado de salid y de que era imposible atenderme en el hospital militar donde al siguiente día había declarado la huelga de hambre.
No desespero de conseguir la reaparición de Amauta en Lima. Pero si no lo lograra, Amauta saldría fuera. Tengo tomada la resolución de marchar a Buenos Aires. Venderé muebles, libros, todo lo que tenga y me pondré en viaje. En Buenos Aires estableceré la Sociedad Editora Amauta.
No he tenido respuesta de Ud. a mi última de hace más o menos mes y medio.
Cordialmente lo abrazo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 30/9/1927

Lima, 30 de setiembre de 1927
Señor D.
Samuel Glusberg
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
A mi regreso de Chosica, pueblecito del centro a donde fui a convalecer de un ataque de reumatismo articular, he encontrado su grata carta del 26 de julio, que ha escapado de ser interceptada seguramente por venir certificada, porque después de los últimos sucesos mi correspondencia está sujeta a constante interceptación.
Le debo el más profundo reconocimiento por el telegrama que, con la adhesión de ilustres compañeros, dirigió Ud. al presidente Leguía. Y le ruego transmitir a cada uno de los firmantes las protestas de mi gratitud y mi amistad. Estuve preso en el Hospital Militar seis días, vencidos los cuales se me devolvió a mi casa con la advertencia de que continuaba a la disposición de la policía.
La burda farsa del ‘complot comunista’ se desacreditó en breve tiempo, no obstante la colaboración de la prensa en su mantenimiento. Las publicaciones rectificatorias hechas fuera han penetrado en buen número y, hasta en copias a máquinas han circulado profusamente, influyendo en la formación del juicio público. Trataré de reanudar en Lima la publicación de Amauta. Si no pudiera conseguir la reconsideración de su clausura, me dedicaré a preparar mi viaje a Buenos Aires para establecer ahí la revista, que tiene extensa base de circulación americana, y seguro éxito en el Perú, donde la considerable importación de revistas argentinas consiente introducirla en gran escala, aun en el caso de que se prohíba su entrada. Me sería absolutamente imposible permanecer sofocado aquí material e intelectualmente. Mi presencia en el Perú debe tener un objeto. Si lo pierde, nada la justifica.
Le he mandado por correo certificado dos libros de Minerva: el mío y el Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez. En estos días le enviaré Tempestad en los Andes de Luis E. Valcárcel. El de Panait Istrati está traducido por otras editoriales. Se hizo además un pequeño tiraje del cual quedan muy pocos ejemplares. Le agradezco el anuncio de las ediciones que corresponderé apenas reaparezca Amauta.
Deploro no poder complacerle en la traducción de Holiday de Waldo Frank. Mi conocimiento del inglés es muy limitado para intentar la traducción de una obra literaria. Sólo me atrevo a asumir la responsabilidad de los idiomas que domino perfectamente como el del francés y del italiano. Recibí el ejemplar de la novela; lo guardo a su disposición. En Buenos Aires no será difícil encontrar quien haga una buena versión.
No sé si antes del 26 de julio y después de la carta que le contesté en abril, me haya escrito Ud. otra vez. Diríjame su correspondencia bajo sobre rotulado Anna María Chiappe, Washington izquierda 544. Le he remitido los últimos números de Amauta del 5 al 9.
Con devotos sentimientos de amistad, le estrecha la mano cordialmente su afectísimo compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Roig de Leuchseuring, 10/10/1927

Lima, 10 de octubre de 1927
Señor
Emilio Roig de Leuchsenring.
La Habana.
Muy estimado compañero:
Algo tardíamente, por una ausencia de Lima, a que me obligó mi salud, he leído el No. de julio de Social. Por él me he enterado del telegrama enviado generosamente por Ud. y otros compañeros del grupo Minoritario, reclamando mi libertad y la de los demás intelectuales presos. Tanto este telegrama, como las nobles palabras del editorial de su revista comprometen mi gratitud y la de mis camaradas de Amauta.
Me preparo a reanudar la publicación de mi revista. La solidaridad alerta de los buenos intelectuales de América me ayuda a reivindicar mi derecho a mantener Amauta. Y hoy más que nunca quiero que sea una tribuna americana. Y reclamo, por esto, el intercambio de originales entre los grupos vanguardistas de La Habana y Lima.
Deseo que tenga Ud. la representación de Amauta en La Habana. Podemos establecer, si Ud. Io desea, el intercambio de una cantidad equivalente de ejemplares de Social y Amauta.
Le adjunto para su revista un artículo mío y algunos poemas inéditos de Armando Bazán, poeta de vanguardia que acaba de ser puesto en libertad después de cuatro meses de prisión en la Isla de San Lorenzo.
Me interesa conseguir el No. de Social en que se publicó mi artículo sobre el poeta Eguren. ¿Le sería posible enviármelo?
Le ruego transmitir mi agradecimiento al maestro Varona y a todos los firmantes del telegrama al presidente Leguía por su generosa actitud; y con los más devotos sentimientos me repito su afectísimo amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui
P.D.- Envíeme sus noticias con esta dirección: Librería Minerva, Sagástegui 669.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Enrique Bustamante y Ballivián, 15/10/1927

Lima, 15 de octubre de 1927.
Señor Enrique Bustamante y Ballivián
Montevideo.
Mi querido Bustamante:
No le sorprenderá a Ud. el que sólo hoy conteste su carta del 30 de mayo y le acuso recibo de Odas Vulgares, en cuanto se entere de que en los últimos meses, después de los días agitados de mi prisión y la persecución de mis amigos, estuve muy enfermo primero, y ausente de Lima después. En busca de clima y Sol, tuve que pasar una temporada en Chosica, sometido a un tratamiento que me imponía ante todo absoluto reposo. He tenido, por esto, que desatender mi correspondencia; y ahora me tocaría hacer frente a un enorme trabajo epistolar si la censura postal no hubiese resuelto aligerarme esta fatiga mediante el secuestro de casi todas las cartas e impresos llegados para mí de junio a la fecha.
El descomunal bluff del complot comunista se ha desvanecido, en tanto. De suerte que, apenas restablecido, he podido abordar el problema de la reorganización de Amauta dentro de ambiente más sereno. Yo me lo había planteado desde el primer momento en los siguientes inflexibles términos: o se me consentía continuar Amauta en Lima o yo tomaba el camino del destierro para establecerla en Buenos Aires. La rigidez de este dilema no procede naturalmente de que yo considere indispensable para la salud del Perú ni para la misión de su vanguardia la salida de Amauta, sino de que identifico momentáneamente con esta obra las posibilidades y el sentido mismo de mi trabajo intelectual en el Perú. A parte de que, personalmente, considero imposible vivir dentro de una atmósfera física y espiritualmente sofocante. La justificación de mi permanencia aquí, la encuentro enteramente en mi trabajo.
Por fortuna, parece que el presidente se da cuenta de que las razones que pueden abogar por la supresión de Amauta son de un orden subalterno al lado de las que amparan mi derecho o mejor mi reivindicación. Y así tengo ya casi absolutamente conseguida la reconsideración de la precipitada orden de clausura. Amauta reaparecerá en noviembre.
Con su carta del 30 de mayo, recibí un cheque por Lp.6.4.00. Con el N° 10 de Amauta quedará constituida la Sociedad Editora a la cual Ud. ha querido suscribirse con dos acciones, cuya primera cuota está abonada. No tengo que decirle cuánto agradezco su cooperación. Como está anunciado, al mismo tiempo que la revista la Sociedad editará una serie de libros. Le envío "Tempestad en los Andes" de Valcarcel. Le seguirá la selección de la obra completa de Eguren. Mandaré "Amauta" a la librería de Maximino García indicada por Ud. Dígame si debo enviar ahí también los libros o si es preferible establecer el intercambio con el "El Palacio del Libro".
El ejemplar de "Odas vulgares" desapareció del escritorio en los días de mi prisión. Le ruego repetir envío, porque no había llegado sino a ojear algunas páginas. Creo que está en ese libro lo mas característico de su labor poética, dentro de nuestra literatura. Quiero leerlo atentamente para fijar mi juicio.
Mi salud ha mejorado bastante y espero que la buena estación me permita una actividad apreciable. Publicaré dos libros: "10 ensayos de la realidad peruana" y "Polémica revolucionaria".
Espero obtener también garantías completas para mi correspondencia personal. Entre tanto diríjame sus noticias a "Librería Minerva" Sagástegui 669 o a Amalia Vda. de Mariátegui. Sagástegui 663.
Muy cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Miguel Ángel Urquieta, 29/1/1928

Lima, 29 de enero de 1928
Querido Urquieta:
Contesto su grata carta del 10 del corriente, por la que me entero de que desde antes de mi operación y la supresión de Amauta carecía Ud de noticias mías. A pesar de una crisis en mi salud y de un periodo de redoblado trabajo que fue su consecuencia, no he dejado en este tiempo de escribir. A poco de salir del Hospital, le escribí una carta agradeciéndole su valiente actitud de solidaridad y comunicándole mi propósito de marchas a Buenos Aires, para reanudar allí la publicación de Amauta si no se me permitía continuarla en Lima. Más tarde, de regreso de Chosica, le puse una postal. La carta, según me informa la administración, fue expedida certificada, con otra carta del administrador. Entre otros reclamos presentaré al correo este por perdida de correspondencia certificada que no creo sea el último.
Sobre mi correspondencia ha pesado durante un semestre una constante interceptación que no ha cesado sino en vista de que, por este medio, no se secuestra sino mi correspondencia [...] o la administrativa de Amauta también de deben haber influido mis reiteradas reclamaciones.
En el nro. 11 de Amauta que saldrá dentro de dos días publico su mensaje a la Convención de Maestros de Buenos Aires. No estoy de acuerdo - y Ud. ya debía calcularlo- con su juicio sobre la dictadura de México. Ud. sabe que mi posición no es [...]. Siento que, por escribirle demasiado de prisa, en momentos en que la reorganización de Amauta me impone mucho trabajo extraordinario, no me sea posible tratar extensamente el punto.
La administración me dijo haberle ya escrito olvidando incluirle un papel que ahora me encarga acompañarle.
Lo recuerdo siempre con gran afecto y leal estimación y agradezco su solícito concurso de Amauta.
Y fraternalmente lo abrazo.
José Carlos Mariátegui
Escríbame a Sandro Mariátegui, Washington Izquierda 544-970.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 7/11/1928

Lima, 7 de noviembre de 1928
Estimado compañero:
Recibo en este momento sus últimas líneas. Me apresuro a contestarle, enviándole un libro que acaba de aparecer en las ediciones de Amauta, en el cual recojo, organizados, algunos de mis trabajos sobre el Perú.
No olvido mi compromiso con Ud. El libro que daré a Babel se titula Defensa del Marxismo porque incluiré en él un ensayo que concluye en el próximo número de Amauta, y que revisaré antes de enviarle. Como segunda parte va un largo ensayo: “Teoría y Práctica de la Reacción”, crítica de las mistelas neo-tomistas y fascistas. El subtítulo de la obra será siempre “Polémica Revolucionaria”.
Tengo casi listo otro libro: El Alma Matinal y otras estaciones del hombre de hoy, ideas y emociones de la época. Comprende, por ejemplo, mi “Esquema de una Explicación de Chaplin” (Amauta No. 18).
Trabajo en otros dos libros: Ideología y Política en el Perú (comprometido para las ediciones de Historia Nueva) e Invitación a la Vida Heroica.
Le mando los dos últimos números de Amauta. Y en breve le enviaré algunas carillas para La Vida Literaria que anunciaré en Amauta y por cuya resurrección lo felicito.
Me acerco a una operación destinada a ponerme en condiciones de marchar con un aparato ortopédico. Si tiene el éxito previsto, es posible que dentro de seis meses visite Buenos Aires.
Muy pronto le expediré los originales de mi libro. Puede Ud. ya darle sitio en su programa editorial. ¿Se imprimirá en España o Buenos Aires? Mejor sería hacerlo en Buenos Aires para ganar tiempo.
Muy afectuosamente lo saluda, en espera de sus apreciadas noticias, su amigo y compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 23/10/1929

Lima, 23 de octubre de 1929.
Querido compañero Samuel Glusberg:
No he tenido respuesta de su última, mi acuso de recibo de mis envíos para "La Vida Literaria". Lo supongo acaparado por la presencia de Waldo Frank en Buenos Aires. He recibido el Nº de setiembre de "L.V.L", en el que leo mi artículo sobre "Rahab". Se han deslizado dos errores; pero esto nos pasa a todos, autores y editores, en la revisión de las pruebas.
Le hemos enviado el libro de Eguren. Con el ejemplar dedicado a Ud. otro para Waldo Frank. Creo que en ese libro hay algunos poemas de gran originalidad. Ojalá señalara Ud. a Eguren a la atención del público, en las páginas de L.V.L con ocasión de la salida de su libro, que reune la mayor parte de su obra.
Le acompaño copia de una carta de Waldo Frank. Como son frecuentes las fallas postales, es conveniente usar la precaución del envío de una copia de toda carta de interés. Ignoramos el itinerario de Frank. Suponemos que pasara todavía algún tiempo en Buenos Aires y que, luego, visitará Chile o Bolivia. Hágale saber que recibirá la invitación de los escritores y artistas del Perú por cable. Una invitación libre, sin etiqueta ni compromiso de institución alguna; pero que suscribirán varios catedráticos, los mejores, de la Facultad de Letras, Mejor así.
Talvez alcance este correo el No. 26 de "Amauta". Se ha demorado un poco, por las dificultades que últimamente han estorbado nuestro trabajo. Nos han prohibido la publicación de "Labor", que desde agosto había comenzado a aparecer nuevamente como quincenario. Teníamos un número listo, cuando se nos notificó su clausura. Esto nos cuesta la perdida de todo lo que habíamos asegurado su economía con una buena cifra de circulación. - Me parece imposible que en este ambiente pueda yo seguir trabajando mucho tiempo. Por fortuna, mi salud va bien.
Que Frank nos avise, enseguida, su itinerario. Como mi dirección no es segura, que escriba a Luis Alberto Sánchez, Pacae 960, Lima. A mi puede escribirme bajo sobre al Dr. Hugo Pesce, Casilla 1207, Lima.
¿Envía Ud. L.V.L a "El Mercurio Peruano" y la "La Nueva Revista Peruana" En el penúltimo número de "El Mercurio" se ha reproducido, con otros, su artículo sobre "7 ensayos"
Muy cordialmente le estrecha la mano en espera de sus noticias, su devotísimo amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a R. Pineda, 25/11/1929

Lima, 25 de noviembre de 1929
Sr. D. R. Pineda, Director de Policía.
Pte.
Señor Director:
Han transcurrido ocho días del allanamiento y registro de mi domicilio por la policía de investigaciones y seis del retiro de los agentes encargados de custodiarme, que hasta la orden dada por Ud. con fecha 20 para que se me dejara en libertad me mantuvieron secuestrado con todos los míos.
No se me ha restituido, sin embargo, hasta hoy, uno solo de los papeles, libros y revistas de que la policía se incautara en mis habitaciones y en la oficina de Amauta en la noche del lunes 18.
El funcionario de policía que dirigió el registro, Dr. Vergara, me aseguró al practicar esta operación que todo me sería devuelto. Pero ni aun aquello que habría sido fácil examinar en poco tiempo, como mis tarjetas de visita, mis colecciones de fotografías artísticas, mis legajos de recortes y originales y los archivadores de la Sociedad Editora Amauta me ha sido restituido hasta la fecha.
Los libros y revistas secuestrados corresponden a mi biblioteca personal o a las existencias de la Oficina del Libro de la Sociedad Editora Amauta, representante de las editoriales Cenit de Madrid, Europa-América de París y otras.
De mi correspondencia forma parte una colección de honrosos autógrafos de ilustres escritores y poetas que yo conservo con gran aprecio.
Me dirijo a su despacho a fin de que se sirva ordenar que todos estos papeles, libros y revistas, que en las oficinas de investigaciones corren peligro de extraviarse o confundirse con papeles ajenos, me sean entregados a la brevedad posible.
De Ud. atentamente.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Joaquín García Monge, 26/11/1929

Lima, 26 de noviembre de 1929
Sr. don Joaquín García Monge.
San José de Costa Rica.
Muy querido amigo y compañero:
Por singular fortuna, su gratísima carta del 30 de octubre no ha corrido la misma suerte del resto de mi correspondencia, secuestrada en mi domicilio el lunes 18 con mis originales, recortes y muchas revistas y libros. Desde las 7 y 45 p.m. del 18 hasta las 3 y 30 p.m. del 20 mi casa permaneció ocupada por la policía. Yo y mi familia estuvimos detenidos e incomunicados. En tanto, se hacían en la ciudad muchísimas otras detenciones y se registraban varias casas. La persecución estaba especialmente dirigida contra los judíos —en su mayor parte rumanos de nacionalidad y pequeños comerciantes de profesión— por no sé qué absurda sospecha de que constituyen una organización de agitadores. Pero tengo entendido que la han determinado inmediatamente la nota del No. 26 de Amauta sobre la clausura de Labor y el deseo de ofrecer una satisfacción a la Cerro de Pasco Copper Corporation por la reciente huelga de Morococha. La represión del anti-imperialismo ha entrado en gran dosis en esta ofensiva policial.— La mayor parte de los detenidos han sido ya puestos en libertad. Siguen en un cuartel de policía, entre otros, Miguel Adler, director de Repertorio Hebreo, principal víctima de este primer gesto anti-semita de la policía del Perú, y E. Saldías, obrero textil, que representó a varias organizaciones obreras en la Conferencia Sindical de Montevideo.
Se me ha hecho decir que no se me molestará y que Amauta puede seguir apareciendo; y en este momento se me avisa que se me devolverán mis papeles. Pero ya sé a qué atenerme respecto a estas garantías. Tengo la impresión de que no podré permanecer en el Perú mucho tiempo. Mi primera determinación fue pedir mis pasaportes para Buenos Aires. Luego, he vuelto a mi decisión de hace dos años, después de otra agresión: la de combatir por mis ideas en el Perú mientras sea en algún modo posible. Tengo derecho a un poco de descanso y a un período de tranquilidad. Pero no quiero que se piense que abandono el campo. El rol, del deportado o exilado es más fácil; pero a mí me ha atraído siempre lo difícil.
No es de mi gusto la actitud de protesta patética y, como le escribo a un amigo de Buenos Aires, nunca he especulado sobre mis dramas. Por esto le ruego reservar el texto de esta carta. De su contenido, claro está, sobre todo en lo que se refiere a la per- [...]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Mario Nerval, 11/12/1929

Lima, 11 de diciembre de 1929
Estimado amigo y compañero Mario Nerval:
No he tenido acuse de recibo de Ud. de mi última de hace varias semanas, contestando a una carta suya. Pero si no le he escrito no ha sido por esto sino por mis extraordinarias ocupaciones y porque M. lo ha mantenido al corriente de los sucesos.
Le lleva estas líneas Federico Sal y Rosas, amigo y colaborador de Amauta en Huarás, que ha sufrido prisión de varios días, con otros compañeros de esa localidad, a raíz de la última movilización policial contra nosotros. Como de ésta puede ocurrir que no tenga Ud. noticia exacta, le adjunto copia de una carta que escribí a un amigo el 22 del pasado.
Todos los presos, según mis noticias, están en libertad. Ignoro solamente la condición de un compañero de Chepén. El bluff no ha prosperado; pero es seguro que se prepara el aprovechamiento de sus elementos en una próxima oportunidad.
No hace falta agregar que Amauta, mientras yo esté aquí, seguirá saliendo. Su prestigio internacional, por otra parte, la defiende. Pero se trata de sofocarla aterrorizando a sus propagadores y simpatizantes. A la clausura sensacional, se prefiere el estrangulamiento silencioso.
Sal y Rosas trabajaba por la constitución en Huarás de un centro de estudios sociales. No se le puede acusar de otra cosa. Pero estar en correspondencia conmigo es suficiente para perseguir o molestar a una persona. Muchas veces las cartas, inocentes siempre enviadas a mi dirección, no me llegan; pero van a revelar a la policía a las personas de que puedo servirme para la “ejecución de mis designios”. Esto ha ocurrido por ejemplo con el señor Alejandro Destre Sierra de Huarás, acusado de haberme escrito, a pesar de que nunca he recibido de él una línea.
Ya le escribiré más detalladamente para que entere Ud. de las cosas a los amigos.
Cordialmente lo abraza, reclamando sus noticias, su afmo. amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 21/11/1929

Lima, 21 de noviembre de 1929
Sr. Samuel Glusberg.
Buenos Aires.
Estimado amigo y compañero:
No tengo a la vista su última, tan interesante y grata, por haberme sido secuestrada el lunes último a las 8 p.m. con toda mi correspondencia privada y la administrativa de Amauta. A esa hora, o algunos minutos antes, charlaba yo en mi estudio con Héctor Ruiz Díaz, el pianista argentino, y Ricardo Vegas García, corresponsal de La Nación de Buenos Aires, sobre la venida de Waldo Frank. Ruiz Díaz y Vegas García, a nombre de la Sociedad Arte y Cultura, me proponían la colaboración con el grupo de invitantes que suscribía nuestro cable y carta para la organización del programa de conferencias de Frank en Lima. Su deseo era que Frank ofreciera algunas conferencias a la recién fundada Sociedad Arte y Cultura, inaugurando su temporada. Yo les decía que a mi juicio no había inconveniente para que Frank accediera a esto tan luego como llegara a Lima. Vegas me decía que la Sociedad de Arte y Cultura podía financiar el viaje de Frank. No habíamos avanzado mucho en esta conversación cuando se presentó en mi casa, aparatosamente, la policía. Varios agentes encabezados por uno de los jefes de Investigaciones penetró en mi estudio. Se me notificó de que había orden de detenerme y registrar mi domicilio. A Vegas García y Ruiz Díaz se les dijo que estaban también presos. Ambos protestaron y yo insistí en que Ruiz Díaz era un conocido artista extranjero. Nada valió. Fueron conducidos a la comisaría próxima donde se les retuvo hasta el día siguiente. Había orden estricta de que se detuviera a todas las personas que se encontraban en mi casa. - Mientras esto ocurría en mi biblioteca, otros agentes entraban violentamente en el interior de la casa con revolver en mano intimidando rendición a los muchachos, sirvientas y a un jovencito que copiaba a máquina un ejercicio escolar. - Siguió el registro. Como quince agentes ocupaban las habitaciones registrando los muebles. Varios mas se estacionaban en la entrada. En la calle, policía uniformada completaba el personal en operaciones. La pesquisa no perdonó ningún mueble. Se me extrajo de los bolsillos mi vieja cartera, antigua compañera de viajes y penurias, y todos mis papeles. De mi sillón de ruedas, se sacó entre otros papeles el cable de Waldo Frank y las copias de la carta y el cable de invitación, publicados ese día por la prensa.- Hasta las 2 y 1/2 duró la cosa. Tuve que hacer enormes esfuerzos para impedir que se llevaran mi biblioteca. No pude impedir que se incautaran de mi correspondencia, la de "Amauta", los libros administrativos, recortes de mis artículos, originales y apuntes, libros y revistas y hasta fotografías artísticas. - Quedé informado de que estaba preso e incomunicado en mi casa. 8 policías recibieron encargo de custodiarme y se instalaron en una habitación interior y en el hall, entrando y saliendo ruidosamente. Toda mi familia veló. Había el peligro de que esta gente introdujera armas o cualquier cosa con el objeto de comprometerme y denunciarme en la prensa, sin que yo pudiera rectificar, porque los periódicos no publican en estos casos sino lo que tiene el Vo. Bo. policial.
No quiero hacerle una descripción patética. Me es profundamente antipático este genero. No tengo costumbre de quejarme. La última vez que estuve preso, - cuando la clausura de Amauta - me abstuve de toda actitud dramática. Llamé el caso en el artículo de reaparición de "Amauta" un accidente del trabajo. No le añadiré, pues a esta sumaria descripción, que ya temo empiece a tomar un color de queja, sino que la ocupación de mi casa y el secuestro de mi persona y de todos los míos, niños y sirvientas se prolongaron hasta ayer. 8 vigilantes custodiaban mi casa, durmiendo en el hall y el saloncito. Toda persona que llamaba a la puerta era detenida. - En esta forma, fueron detenidos el pintor Ricardo E. Florez, el escritor José Diez Canseco, tres estudiantes del Seminario de Cultura Peruana, el secretario-administrador de Amauta y estudiantes de letras Navarro Madrid, un mensajero de la revista, la escultura Carmen Saco y el joven pintor Jorge del Prado. - Se que han hecho mas o menos 180 prisiones. - Los agentes se jactaban de una gran movilización. A la misma hora habían allanado y ocupado treinta domicilios.- Entre los presos se encuentran Adler y su novia Nomi Milstein; y la persecución tiene un curioso carácter anti-semita.
Ha habido, según parece, orden de prisión de todos los vendedores ambulantes judíos, de sus proveedores y de otras personas. Se sospecha absurdamente que constituyen una organización de agitadores. Como son en su mayor parte de nacionalidad rumana, no tienen en Lima agente consular ni diplomático que los proteja. - Todo inverosímil y desatentado. El gobierno que acaba de imponer a los obreros de las minas de Morococha, después de una huelga, la renuncia del aumento que exigían, defiende probablemente los intereses de la gran compañía minera del Centro Cerro de Pasco Copper Corporation. Se aprovecha del raid contra los organizadores obreros, para hostilizar a los artistas y escritores de vanguardia que me ayudan a mantener "Amauta".-
Solo el escándalo que en los más diversos elementos causó la noticia de mi prisión y la de todos los míos en mi casa - divulgada por las personas del barrio- y la intervención de algunas personas influyentes ha podido librarme de una situación insostenible.- Pero los calabozos siguen llenos de presos.
Probablemente, había la intención de afirmar que en mi casa se había sorprendido una gran reunión de conspiradores. Contra lo de costumbre, pues recibo de 6 a 8 y a esa hora se hace en mi estudio animada tertulia, no se encontraban conmigo sino dos personas tan extrañas a toda propaganda subversiva como Vegas García y Ruiz Díaz. Se que a Ruiz Díaz se le han dado excusas. Estaba excitadísimo, según me dicen, por haber pasado una mala noche en la comisaría sin explicación ni motivo alguno.- Se trata, también, de crear el vacío a mi alrededor aterrorizando a la gente que se me acerque. Se trata, como ya creo haberle dicho alguna vez, de sofocarme en silencio.- Mi propósito de salir del Perú con mi mujer y mis niños se afirma antes estos hechos. No puedo permanecer aquí. No me quedaré sino el tiempo necesario para preparar mi viaje. Saldré del Perú como pueda.- Si se me rehusaran los pasaportes, desde ahora comprometo a todos mis amigos para que denuncien mi situación, así como para que gestionen el viso de las legaciones.
Le expido esta carta, escrita apresuradamente sin releerla. Puede Ud. hacer de su contenido el mas amplio uso; pero reserve el texto mismo. Detesto la actitud planidera. No he especulado nunca sobre mis dramas.
A Waldo Frank escríbale que se le espera ansiosamente en Lima, en el Perú. Supongo que recibiría Ud. después del cable la carta de invitación despachada por correo aéreo. La última no debe haber alcanzado a Frank en Buenos Aires; pero Ud. se la habrá expedido sin duda a Santiago.- Que Frank avise su salida a Sánchez.
Perdone esta larga lata y reciba un cordial abrazo de su devotísimo amigo y compañero
José Carlos.

P.D.- Escrita esta carta, recibo noticia de que se ha empezado a poner en libertad a los detenidos. Pero Adler y Nomi continúan presos con otros muchas. El ballón se va desinflando, más no se desinflara del todo mientras no se escoja, entre los perseguidos, algunos candidatos a la deportación o a la isla. V.

José Carlos Mariátegui La Chira