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Dedicatoria de Emilio Matteis

Dedicatoria de Emilio Matteis:
Al amigo y escritor José Carlos Mariátegui, con toda la estimación y el aprecio de
Emilio de Matteis
Génova, 4/4/1930

Matteis, Emilio

Carta de Enrique Bustamante y Ballivián, 3/11/1926

Montevideo, 3 de noviembre de 1926
Mi querido Mariátegui:
Por Vegas acabo de recibir dos números de Amauta y uno de Libros y revistas, y El Nuevo Absoluto de Iberico, lo que me demuestra sus actividades en Minerva, y lo que es mejor, noticias de su buena salud.
Esperaba para escribirle tener algunos juicios sobre La Escena Contemporánea y la liquidación de la venta. Desgraciadamente ya estoy en Montevideo y no han salido todavía los juicios lo que se debe al ambiente cerrado de prensa que hay en el Brasil––estado de sitio, censura y agudo malestar político que pasará con la nueva presidencia. Con todo creo que pronto he de recibir algo. Lo que sí le aseguro es que ha sido bien leído y bien gustado aun entre los del otro extremo.
Como eso de los libreros es siempre un lío, yo me dediqué a colocarlos personalmente. Con ésta va un cheque –– Banco Perú y Londres— 142227 por Lp. 3.6.00, importe de los veinte ejemplares. Los pocos que no han salido, dos o tres, están abonados en mi cuenta y yo me los cobro con libros que pido a Río. Para los envíos próximos hasta que yo regrese a Río, puede usted dirigirle diez ejemplares a Gonzalo Ulloa que él verá forma de colocarlos en las librerías. Ya la editorial tiene algunos lectores selectos, pocos pero buenos.
Creo que no necesito decirle que me considere suscriptor de Amauta y de todos los libros que edite, menos las traducciones del francés, porque los originales se encuentran aquí muy fácilmente. Yo procuraré enviarle notas muy sintéticas sobre libros de estas dos orillas del Plata, y del Brasil.
He hablado con Máximo García, un buen librero y editor y está interesado en colocar libros en Lima. No sé cómo vaya el asunto de su librería porque si va bien se podría establecer el canje recibiendo usted libros uruguayos que yo seleccionaría en cambio de los de Minerva. También creo que se puede mandar algunos ejemplares de Amauta. Usted dirá lo que le parezca y en la forma que lo pueda servir. Eso sí, es necesario que aproveche el tiempo porque no sé hasta cuándo me quedaré en Montevideo ––calculo que hasta Marzo.
En este correo va una colección de Terra Roxa e otras Terras, revista de vanguardia de San Pablo, Brasil y un número de Cruz del Sur, id. id. de Montevideo. Convendría establecer canje con ambas. Va también un libro de Ribeiro Couto, uno de los poetas avanzados de Brasil, aunque no de la extrema.
Lo saluda con todo afecto su compañero y amigo
Enrique
Va también un libro para Bazán. Suplícole que se lo entregue.

Bustamante y Ballivián, Enrique

Carta de Omar Estrella, 30/11/1926

La Paz, 30 de noviembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima- Perú.
Compañero:
Simpatizante con la preciosa revista de su cargo, Amauta, cuyas tendencias reflejan hoy el ideal moderno de todas las juventudes conscientes de América, y entusiasta por la vigorosa campaña revolucionaria que se va realizando desde sus líneas en esa patria hermana, tengo a bien escribirle estos renglones que consultan el pensamiento de los demás compañeros de la Unión Latino-Americana de ésta, con el fin de hacer notoria nuestra unificación idealista, nuestra simpatía por esa juventud que sacrifica sus intereses personales en pro de un interés colectivo y de un bien continental, y nuestro aplauso sincero por los merecidos triunfos que día a día conquistan sus ideales en el alma de la raza.
En vista de que las juventudes de hoy, avanzan ligadas por la fuerza de un solo ideal, de una sola tendencia, nosotros sentimos acá la necesidad de comunicarnos mutuamente y hacer conocer nuestros sentimientos colectivos a los hermanos de todos los pueblos, para que, llegado el momento, formemos la sola voz, el solo acento que haga vacilar las bases de la antigua civilización, cuya ignorancia llena de podredumbre, obstruye con sus semillas de pasadismo el avance vigoroso de la vanguardia revolucionaria actual.
Es tiempo ya, de que todas las juventudes organizadas de América, alcen al unísono su voz enérgica de protesta contra la tiranía y el despotismo de las viejas clases burocráticas; es tiempo de que su brazo demoledor se cierna sobre la patria mezquina de los patrioteros, y construya sobre sus ruinas la Patria grande, inmensa, sin fronteras, sin intereses y sin odios nacionalistas.
Unámonos pues, y de ese modo, engrosaremos y fortaleceremos la más sacra y humanitaria cruzada del siglo presente.
Omar Estrella
Nota.- A continuación, le envío un ‘poema’ para Amauta. Por intermedio suyo, un abrazo fraternal a todos los compañeros de la vanguardia. Mi dirección: La Paz, Casilla 65.
poema
dolor que de puntillas
cruza mi propio sendero
esta noche han anclado todas las naves en mi recuerdo
y tus marineros gritando su dolor
se lanzaron a mi propio sendero
y aplacaron su sed con el licor de mi propio tormento
CAMPAÑERO DOLIENTE
tocaste mucho tiempo mis campanas de tedio
velero anochecido en todos mis mares
emoción amarrada a todos mis puertos
FUISTE
labrador incansable en todas mis eras
y abriste
un surco en mi existencia a todas las esperanzas de la vida
fuiste sol -–mucho tiempo–- y soleaste el paisaje
de un futuro mejor en el alma del tiempo.

Estrella, Omar

Carta de Alberto Hidalgo, 26/12/1926

Buenos Aires, 26 de diciembre de 1926
Querido Mariátegui:
Aquí tiene Ud. la carta que le prometí. Muchas gracias por la suya. Veo, y lo lamento, que ha juzgado Ud. mi poema a Lenin con ideología de comunista. Es un error al que me veo comúnmente ligado, pues son varios los que me han hecho el reparo de la melena garçon y el seno Salomé. Mi intención fue otra. En todo el poema, creo que ello es visible, hay un fervor de admiración por Lenin —a quien yo amo porque después de haber estudiado a fondo su vida, he visto que no es sino un anárquico, no un anarquista, o mejor, un anarquista en permanente lucha con sus instintos tiránicos: fue siempre un caudillo —y hay también un tono de burla por algunas de sus obras, especialmente por el comunismo. En fin, esto es cosa de larga conversación.
Aquí le mando mi contribución a su empresa. Va un artículo y un poema rigurosamente inéditos. Sólo han sido leídos, hace tiempo, en la revista oral. Le ruego que el poema no lo publique hasta que no pueda disponer de una página entera para él. El asunto de las pausas me interesa grandemente. Haga Ud. que se conserve entre verso y verso, tal como lo indica el original, un espacio acomodado a la posibilidad. También me gustaría que se hiciera en letra negrita. Hay quien opina que eso es lo mejor que yo he escrito. De ahí quizá el afán con que lo he mantenido inédito, no obstante el acoso de solicitaciones. Pero por Amauta, por Ud., por el Perú... Tengo un ardoroso deseo de conocer a la gente nueva de allí. Veo que hay, que empieza a haber una juventud inquieta, si bien muy mal orientada. No tolere, Mariátegui, que so pretexto de modernidad, se haga y diga disparates. ¡Guerra al disparate, guerra a la imagen simplemente visual! He visto también algo de injusticia. Veo que se atribuye a alguien que no soy yo el haber tirado la primera piedra. ¿Y las fechas estampadas en las carátulas de mis libros? ¿Y mi campaña aquí? ¿Y la juventud de Buenos Aires que ha crecido a mi lado? ¿Por qué, Mariátegui, tanta injusticia? ¿Antipatía personal?
He pedido colaboración para Amauta, y puedo asegurarle que en un otro correo, tendrá Ud. allí lo mejor de la Argentina.
Aplausos por su obra, por su revista, por su espíritu, y que si la distancia y los años de ausencia nos han separado, la distancia y la ausencia mismas oreen nuestra vieja amistad, tonificada de recuerdos.
Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Carta de José Eulogio Garrido, 13/12/1926

Trujillo, 13 de diciembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Distinguido señor:
He debido escribirle desde hace mucho tiempo. Tuvo Ud. la gentileza de enviarme su interesante libro La Escena Contemporánea y yo no cumplí con avisarle recibo, por más que lo deseé mucho y aun me prometí glosarlo. Pero también padezco de la fea enfermedad criolla de la desidia. Ni es otra la causa.
Había leído ya en Variedades gran parte de los artículos que componen su libro pero eso no obstó para que leyera ávidamente su libro. Posee Ud. tan en alto grado el don captador de los fenómenos sociales y políticos y es tan diestra su mano en expresarlos que de tiempo atrás era uno de sus lectores y lo sigo siendo.
El señor Labó ha venido a decirme en nombre de Ud. que esperaba mi colaboración para Amauta. He visto la revista y me ha parecido un acierto singularísimo.
Ya quizás Ud. conoce mi tendencia literaria. Le envío ahora unos poemitas inéditos. Ud. los leerá y resolverá. Si la resolución es en el sentido de publicarlos, contésteme, pues no es ése el todo. Hay más y no sería conveniente truncarlo. Podría aparecer el resto en el número siguiente. Ud. dirá. En caso contrario se servirá devolverme el original.
Me es grato ponerme a sus órdenes.
Puede Ud. contar con un amigo sincero.
J. E. Garrido

Garrido Espinoza, José Eulogio

Carta de Emilio Frugoni, 1/4/1927

Montevideo, 1 de abril de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui - Lima
Estimado compañero:
Lector asiduo de "Amauta" que tiene Ud. la amabilidad de hacerme llegar, quiero retribuirle en parte el placer que me proporciona su lectura - simpática y valiente revista, a Jé! -- enviándole unos versos de un libro "La epopeya de la ciudad" próximo a ver la luz.
Claro está que es Ud., en la que se refiere a su publicación en "Amauta", dueño absoluto de la suerte de tales versos, y no me ofenderé porque me los arroje al canasto.
Lo que en realidad deseo es demostrarle la simpatía con que leo esa revista que llama a la intelectualidad del Perú por la calidad literaria de mi material y la avanzada orientación ideológica que la preside, si bien no comparto su posición comunista o bolchevique pues pertenezco al ministerio de los "socialistas parlamentarios" que Ud. fustiga en su mensaje - interesantísimo documento - al Congreso Obrero.
Reciba, diferencia de matices, aparte, el cordial apretón de manos de su admirador y compañero.
Emilio Frugoni.

Frugoni, Emilio

Carta de Guillermo Mercado, [1928]

A José Carlos Mariátegui:
Lima
Compañero:
Solo hoy puedo escribirle después de muchos meses de silencio. Que quiere, amigo, si la escuela, hoy en día, el envío de mi libro me tienen muy atareado.
He visto el último "Amauta" está lindo el número, pero extraño el anterior formatun.
El nuevo compañero que le hace entrega de esta carta le dará noticias más cercanas mías. Sobre todo de mi trabajos actuales.
Agradéscole, igual que el espíritu de la revista el comentario inteligente que hace de mi libro. Ya escribiré al querido Varallanos.
Hoy solo le saludo con la lealtad y afecto de siempre, tenga en mí siempre al compañero trabajador que a diario estira sus músculos porque el pueblo salga de la escuela.
Un abrazo.
Guillermo Mercado

Mercado, Guillermo

Carta de Angel M. Paredes, 5/4/1927

Quito, 5 de abril de 1927
Sr. Dn.
José Carlos Mariátegui
Lima
Muy considerado Sr.:
Me ha cabido el honor de recibir una benévola invitación suya para colaborar en la Revista Amauta que con tanto acierto dirige Ud. Mis mayores reconocimientos por tal distinción.
Con vivo interés sigo la marcha avanzadísima de la cultura peruana tan floreciente hoy, como lo demuestran el notable número de hombres ilustres, Revistas y asociaciones de ese país. Sin embargo su Revista ha adquirido lugar preferente por el interés y selección de los trabajos y por la profusión y buen gusto de las ilustraciones; por eso, recibo como grande favor la invitación a la que me he referido; pero por el momento, U. se servirá perdonarme que no haga uso de ella porque toda mi atención intelectual está absorbida por los trabajos de mi cátedra universitaria, y sobre todo, por el intenso afán que me consume de publicar una obra sobre la conciencia social que estoy al terminarla.
Tengo el pesar de informarle que sólo me han llegado dos números de Amauta, el III y el VI.
Su comunicación para mi hermano Ricardo Paredes no ha podido aún llegar a manos de él por hallarse ausente de Quito, en la población de Portoviejo, adonde la envié.
Ruégole considerarme como su verdadero amigo que cumplirá con grata satisfacción sus órdenes.
Ángel M. Paredes

Paredes, Angel M.

Carta de J. Oscar Cosco Montaldo,5/7/1928

Montevideo, 5 de julio de 1928
Sr. Director de Amauta
Dr. José Carlos Mariátegui
Lima, Perú
Distinguido señor:
Acabo de recibir de mi amigo, el ilustre mexicano D. José Vasconcelos, la carta que adjunto, publicada ya por uno de los diarios más importantes de esta capital. Como Vasconcelos que, antes que nada, es un hombre valiente, me ha pedido me encargue de dar difusión a dicha carta, cumplo con este deber de amistad aun cuando, personalmente, no comparta yo algunas de sus opiniones.
Y considerando que la publicación que Ud. tan dignamente dirige ha prestado siempre gran interés a los problemas de nuestra América, me tomo la libertad de solicitarle la publicación de dicha carta.
Sin otro motivo, queda desde ya agradecido a su gentileza y lo saluda con su más distinguida consideración.
S.S.S.
J. O. Cosco Montaldo
P.S: "Le agradecería asimismo tuviese la gentileza de publicar el artículo refutación - y del que he suprimido una acápite que llevaba mi firma - que le remito - artículo que podría ir - se me ocurre, a continuación de la carta de Vasconcelos o en el número siguiente de la Revista. Dejo librado a su criterio la elección de títulos. [...]"

Cosco Montaldo, J. Oscar

Carta de Juan María Merino Vigil, 7/3/1928

Piura, 7 de Marzo de 1928
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Mi querido compañero y amigos
No le he podido escribir por muchos motivos; ahora lo hago con mucho gusto. Adjunto va un giro contra el Royal Bank of Canada y a su orden por cien soles que usted se servirá mandar cobrar y pagar con ello mis dos acciones de Amauta.
He recibido todo lo que usted ha tenido la fineza de enviarme. Muchas gracias. En Ayabaca no hay seres pensantes y apenas si leen los periódicos locales. Amauta es una locura, ni siquiera les parece chistoso. He regalado algunos de los números de Amauta aunque sin esperanza alguna. Aquí en Piura si tiene a una gran acogida . He hablado con muchas personas y es muy elogiada Amauta. Aquí ven con mucha simpatía la campaña contra Estados Unidos y por este solo lado tienen las gentes alguna sensibilidad.
Muy bien su artículo sobre Gonzales Prada; me parece que esta vez se ha expresado con mas justeza que la tarde que sobre él discutimos en su casa. Yo quiero escribir sobre él pero me hacen falta sus libros le ruego hacerlos buscar en Lima y decirme cuanto valen todos para enviarle su valor a fin de que usted me haga el favor de mandármelos.
Le envió colaboración para Amauta muy pronto le enviaré artículos.
Le ruego saludar muy atentamente a su respetable familia para usted un abrazo de su amigo.
Juan M. Merino Vigil

Merino Vigil, Juan María

Carta de César Miró, 13/8/1928

Buenos Aires, 13 de agosto de 1928
mi querido josé carlos mariátegui:
le adjunto un artículo, intento de polémica con nuestra “recalcitrante burguesia”, como la llama blanca luz. me encantaría que lo publicase ud. en amauta. esto levantaría un poco de comentarios alrededor de el comercio, y terminaría de independizarme de mis “gloriosos” antepasados, examínelo y desde luego suprímale lo que le parezca conveniente. es quizás un poco exaltado, pero es muy sincero. yo creo que esto es lo esencial para un revolucionario de quien todavía puede dudarse. el artículo elegido como víctima, pertenece a nuestro conocido ismael aspíllaga anderson, y fue publicado en la edición de la mañana del comercio del 21 de julio pasado. es digno de leerse. muy cínico y muy imbécil. más que todo él me ha servido sólo de pretexto. hacía tanto tiempo que quería hacer una verdadera profesión de fe! en fin. sabe que tengo 21 años y muchas ganas de agarrarme a puñetazos con todos nuestros intelectuales “fifís” ...
lo abraza hasta muy pronto
su hermano
César Alfredo
un saludo cariñoso a anita en mi nombre y en el de blanca luz, muchos besos a sus hijos. No olvide enviarnos noticias.
[...]

Miró, César (César Alfredo Miró Quesada)

Carta de Luis Carranza, 20/8/1928

Piura, 20 de agosto de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Mi distinguido amigo:
Conforme ofrecí a Ud. en mi carta anterior, aprovecho un momento de reposo para mandarle ese articulito, que titulo Indo-Hispanismo y creo encaja bien dentro de la índole de Amauta.
Aunque no conservo copia de las cartas particulares que escribo, me parece recordar que dejé sin contestación en mi última una interrogación suya, referente a mi índole doctrinaria en materia política. Tiene Ud. razón al juzgar mi idea de “mejor salario al indio”, como liberalismo más que socialismo. Creo que el liberalismo ha sido y es en algunos países como el nuestro, un escalón hacia el socialismo. Es verdad que históricamente, las conquistas hacia una mejor comprensión de la justicia, se han hecho revolucionariamente y no por evoluciones lentas, pero, ¿no cree Ud. que por lo menos debemos intentar ese camino? El hombre es indudablemente un animal religioso y lo prueba el existir ciento de millones de prosélitos en el cristianismo, budismo, mahometismo, mientras que, en doctrinas políticas, existen casi tantas divisiones como hombres.
Deseo que al recibo de esta carta, sus males físicos hayan desaparecido. Este vaso dentro del cual vivimos un rato de nuestra existencia, es el que goza de menos libertad, podemos modificarlo un poco, pero siempre será mucho menos de lo que deseamos.
Su afectísimo amigo.
L. Carranza

Carranza, Luis

Carta de Emilio Vásquez S., 27/1/1929

llave, 27 de enero de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.
Querido compañero:
Hacia octubre del año pasado le dirigí una carta, en la cual le pedía la gracia de que me cuente Ud. entre los colaboradores de la causa social que con tal apostólica abnegación ha emprendido Ud., y que lleva a cabo con tanto éxito.
Me creo con el derecho de ser compañero suyo y de los que le ayudan, por considerarme un maestro de indios, que en la pampa y en el risco andinos, se esfuerza por sembrar en el campo fértil del alma rural, la simiente del actual movimiento social y de sus fines.
En este momento pugno por hacer entender la doctrina de su excelente libro 7 ensayos, no solamente a los que son indios sino también a tantos otros que no se consideran en la verdadera peruanidad revolucionaria. No obstante la marcada vigilancia que las autoridades ponen en todo y por todo lado, cuando se quiere hacer una cosa, como Ud. dice —no recuerdo en qué parte— se hace contra viento y marea. Es claro que los resultados no se pueden contemplar inmediatamente, pero sí, no tardan tampoco mucho.
Desde mi niñez advertí una aversión a la burguesía política, que en el seno de mi hogar se me tildó de un zamarro, que a la larga iba a parar por ser un alienado o por guerrillero de las pampas de mi pueblo natal: Puno. —Pero, he aquí, que no hay tal. Vi que la mejor manera de hacer campaña efectiva en favor de los indios, por considerarlos mis hermanos (yo también soy indio) era mediante la escuela, para lo cual me titulé Normalista. Hoy me tiene Ud. al frente de una escuela compuesta en su mayoría de elementos, cuando no blanquitos, mestizos e indios en su mayoría.
En el deseo de colaborar en Amauta (que me sirve de una especie de cartilla) le envío hoy, unos versos rurales que creo que los encontrará dignos de figurar entre las lecturas de nuestra pequeña grande revista.
Si su bondad quisiera aceptarme unos artículos sobre “pedagogía indígena le agradeceré infinito me anuncie su pronunciación sobre el particular.
Mediante el compañero Gamaliel Churata, pedí, para algunos amigos que quieren tener 7 ensayos... unos 5 ejemplares. Ruego a Ud. se sirva mandar se haga el despacho, por la oficina encargada de hacerlo.
Hasta otra oportunidad en que me sea dado saludarlo, acepte Ud. el cordial abrazo de
Emilio Vázquez S.

Vásquez, Emilio

Tarjeta de Carlos Manuel Cox, 1926

[1926]
Caro José Carlos:
Le adjunto el reportaje que le he hecho a Luis E. Valcárcel. Espero enviarle más cosas para Amauta. He recibido, y está en venta el 3° N°. La policía me está fastidiando y no sé si los visite antes del tiempo que me proponía hacerlo.
Si no, haré un viaje al Cusco, de donde espero sacar muchas sugestiones. A Castillo le escribo por este mismo correo, bajo la dirección de Alania.— Lo abraza afectuosamente su amigo y compañero
Carlos Manuel

Cox, Carlos Manuel

Carta de José Ruiz Huidobro, 13/5/1927

Huaraz, 13 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy señor mío:
Apelo nuevamente a su gentileza para rogarle quiera Ud. una acogida en "Amauta" al poema "Día Serrano" que le incluyo. Hasta hoy en "Amauta", no obstento su nutrido material

Ruiz Huidobro, José

Carta de Luis Carranza, 12/5/1927

Piura, 12 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Mi estimado amigo y cofrade:
Recibí recién su muy estimada del 25 de abril, que me apresuro a contestar. Crea Ud. que para mí uno de sus mayores éxitos, consiste precisamente en la poca salud de que se goza y que no obstante, trabaja Ud. intelectualmente, más que ningún otro escritor limeño. Este es un ejemplo y una excepción en los hábitos de pereza, de que adolecemos los criollos generalmente. No necesita Ud. excusarse.
Estoy en todo conforme, con su concepto sobre el indigenismo, que me expresa en su referida carta, y creo como Ud. que tenemos todavía intelectual y sentimentalmente, conceptos muy errados, sobre nuestro valor y el concepto de moralidad. Cuestión de tradición y de ambiente, que precisa combatir mesuradamente, porque de los falsos conceptos se derivan muchos fracasos que en aquéllos tienen sus raíces. Los debates en el Perú son muy difíciles de establecer dentro del ambiente de cultura en que deben enmarcarse, y muy pocas veces, dejan de degenerar en polémica personalista, mal evidente.
Su obra editora de Amauta, merece toda mi estimación y de mi parte, haré lo que aquí sea posible, por conseguirle cooperación eficaz. Anoto el error en el valor de las acciones.
No creo que mis trabajos de índole exclusivamente periodística y adaptados sólo al medio, puedan contribuir a la campaña de Amauta, no obstante ser uno de los más acerbos partidarios, de la culturización del indio, pero, como no deseo, que atribuya Ud. esto a una excusa, le envío mi pensamiento actual sobre tal asunto, en el articulillo incluso, autorizándole desde luego, para hacer de él lo que mejor le parezca.
He hablado con López Albújar y me dice, que sus ocupaciones judiciales, no le permiten por ahora intervenir en la cuestión indigenista, pero que tiene la mejor intención de hacerlo. En cuanto a Castro Pozo, ya sabrá Ud. a la hora que ésta llegue a sus manos, que él las tiene atadas.
Muy agradecido por todos sus conceptos para su amigo y compañero, le saluda fraternalmente, su
Afmo. amigo
L. Carranza

Carranza, Luis

Carta a Carlos V. Chávez Sánchez, 27/11/1925

Lima, 27 de noviembre de 1925
Señor Carlos V. Chávez Sánchez
Piura
Muy estimado amigo y compañero:
Fabio Camacho, dilectísimo compañero, le entregará estas líneas. Con él le envío, también, mi libro que acaba de aparecer. Le presento y recomiendo a Fabio como a uno de mis mejores amigos.
Ya estará Ud. enterado de lo que se propone la Editorial Minerva fundada por mi hermano: la edición de un libro mensual nacional o extranjero. Entre los primeros irán El Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez, Tempestad en la Sierra de Luis E. Valcárcel, La Aldea Encantada de Abraham Valdelomar, una selección de cuentos de Manuel Beingolea, un libro de Antenor Orrego, Corazón Payaso de Guillén, una novela de Falcón y traducciones especiales para Minerva de libros de Istrati, Romain Rolland, Gorki y otros. ––Le he escrito a López Albújar pidiéndole la segunda serie de Cuentos Andinos. Y hay muchos otros libros en vista.
Escribo al doctor Carranza proponiéndole que la librería de El Tiempo represente en Piura las ediciones de Minerva. Pero hace falta una representación activa. Cuento, seguramente, con el valioso concurso de Ud. ¿No es cierto?
Por lo pronto, me urge saber cuántos ejemplares de La Escena Contemporánea puedo hacer remitir.
He recibido sus recortes. Los he leído atentamente. Y, por supuesto, no me siento tocado por la muy justa crítica al desdén de los intelectuales limeños por las provincias. Creo tener muchos de mis mejores amigos en provincias.
En espera de sus noticias, le envía su más cordial apretón de manos su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Anuncio Quincena Pro-Amauta

[Transcripción Literal]
Quincena Pro-Amauta.
“AMAUTA” apela, por segunda vez, para resolver los problemas de su economía, es decir de su subsistencia, a la solidaridad de sus amigos y simpatizantes de Lima, provincias y el extranjero. Las dificultades con que una revista como “AMAUTA” debe luchar, no han sido en el año último menores que en el anterior. Las cifras de circulación de la revista se han mantenido, a pesar de haber suspendido la Administración el servicio de algunas agencias infidentes. “AMAUT A” recibe incesantemente nuevos pedidos de ciudades de Europa y América, que acreditan su éxito intelectual. Los críticos que comentan con interés y elogio nuestra obra, se suelen asombrar de que en este continente de las revistas efímeras, se mantenga una revista de la filiación de “AMAUT A”. Todo esto es un gran estímulo para seguir adelante, con acrecentada confianza en la simpatía que nos circunda y sostiene. Pero el concurso vigilante de los amigos entusiastas no compensa, en nuestra economía, las fallas de los agentes negligentes. No nos es posible, además, desarrollar nuestro programa editorial por no haber sido suscritas todas las acciones de nuestra Sociedad Editora- Tenemos aún un buen porcentaje de acciones disponibles, en parte suscritas en el período de organización de la Sociedad, pero no pagadas. En el curso de 1929, hemos sufrido, por otra parte, el quebranto financiero de la clausura del quincenario “Labor’', fundado para extender la obra de “AMAUTA”. Los memoriales de numerosas organizaciones obreras y campesinas, no han obtenido la reconsideración de la interdicción de “Labor”. Hemos perdido así lo que habíamos gastado en el lanzamiento y difusión de este periódico, que precisamente con el No. 10 empezaba a estabilizarse económicamente. Las innumerables cartas que de todos los centros de trabajo de la República recibimos basta ahora solicitando números de “Labor” o inquiriendo por su suerte, nos demuestra que no nos equivocamos al crear este periódico. “Labor” habría llegado a ser un soporte financiero de “AMAUT A”. Su supresión cuesta, pues, a nuestra economía, con el gravamen de algunas obligaciones extraordinarias, la pérdida de un seguro renglón de ingresos.
Para hacer frente a nuestras actuales obligaciones, y desenvolver nuestro programa editorial, hacemos un llamamiento a todos nuestros amigos, agentes y suscritores para una “QUINCENA PRO-“AMAUTA”. Durante quince días deben realizar una activa campaña a favor de “AMAUTA”, organizando colectas, reclutando suscriciones, difundiendo nuestros libros. En algunas ciudades, es posible sin duda efectuar veladas o espectáculos a beneficio de “AMAUTA”. [...]

Sociedad Editora Amauta

Carta a Carlos Arbulú Miranda, 29/9/1928

Lima, 29 de setiembre de 1928
Querido Arbulú Miranda:
He querido escribirle más de una vez en las últimas semanas, después de su carta del 30 de julio, pero no he conseguido escapar a las exigencias del trabajo extraordinario que me imponen la corrección de las últimas pruebas de mi libro en prensa, la revisión de los originales del que debo enviar a Buenos Aires, etc. Sólo hoy, en la calle ya el No. 17 de Amauta, que recibirá Ud. con la presente, si ésta alcanza también el primer correo, dispongo de tiempo para dedicar algunos momentos a mi correspondencia.
Hemos transformado como Ud. verá el formato de Amauta por razones técnicas y de presentación, aprovechando la oportunidad del comienzo de un nuevo año de existencia. Este formato es más coleccionable y su armadura mucho más fácil que la del formato antiguo. No sé aún si mantendremos el volumen de 108 páginas de este número de aniversario y, por consiguiente, su precio de 60 cts.; pero creo que a los lectores de Amauta no les parecerá excesivo un aumento a cambio del cual reciben un volumen tan nutrido.
El editorial se refiere, por una parte, al vanguardismo genérico e indefinido de los oportunistas habituales y, por otra parte, a cierta desviación que ha intentado propagarse en nuestras propias filas, a propósito del Apra. Yo he tenido con Haya primero y con el grupo de México después un largo debate, en el cual he sostenido con abundantes y claras razones que el Apra, como su mismo título lo dice, no debía ser un partido sino una alianza y he desaprobado posteriormente la propaganda con la cual se pretendía presentar la candidatura de Haya. He encontrado a los amigos de México reacios a rendirse a estas razones que, en cambio, han sido totalmente aceptadas por quienes aquí están más cerca de nosotros y, últimamente, por los compañeros de Buenos Aires, según carta de la cual le enviaré copia. Ravines y Bazán, de París, también se muestran de acuerdo conmigo. Como antecedente de este debate —que por mi parte he procurado mantener dentro de los límites de una correspondencia estrictamente privada, para no dar pábulo a insidias divisionistas—, le acompaño dos cartas, una mía y otra que acordamos suscribir yo y varios compañeros, pero que en breve resultó insuficiente ante la prisa conque el grupo de México había avanzado en el sentido condenado abiertamente por nosotros. Deseo que Ud. se forme juicio completo de este debate, lo mismo que los compañeros más íntimos de Chiclayo. —Un joven de Nueva York, Rojas Zevallos, al parecer muy indiscreto, se ha dirigido a mí en términos impertinentes, quejándose de mi desacuerdo con Haya. Este señor, que no sé qué papel se asigna en el Apra, es totalmente ajeno al socialismo y reduce todo a una oposición de caudillos. Naturalmente con personas que así piensan nada tengo de común. Ante sus desviaciones reivindico mi posición de socialista, más revolucionaria siempre que cualquier invención latinoamericana.
Pronto recibirá Ud. mi libro, cuyos últimos pliegos se imprimen en estos días.
Sus poemas aparecerán en el próximo número demorados por plétora de material poético en las cajas.
En espera de sus noticias, cordialmente lo abraza su amigo y compañero.

José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Carlos Américo Amaya, 25/11/1925

La Plata, 25 de noviembre [de 1925]
Señor José Carlos Mariátegui:
Mi querido amigo:
Recibo su carta fecha 5 del cte. Estoy dispuesto a ayudarlo desde aquí en lo que pueda. A más de las Editoriales que Ud. menciona, puede dirigirse a Pedro García El Ateneo, calle Florida 371 Buenos Aires; Juan Roldán, Librería La Facultad, calle Florida 359 Buenos Aires; Jesús Menéndez, calle B. de Irigoyen 186 Buenos Aires. Ahora a La Plata puede enviar libros en consignación a las siguientes personas: Larregle y Cía., Librería Estrella, calle 51 entre 7 y 8; Martín García, Librería La Normal, calle 7 entre 55 y 56; Librería Garat, calle 7 entre 48 y 49. Estas son las más importantes de aquí. Yo me encargaré de hacerles que les rindan cuentas. Redacte un aviso de su editorial que se lo publicaremos, sin cargo, en Sagitario. Le enviaré algunas notas para Vanguardia; desde ya le advierto que mi prosa no es de combate; mis aficiones intelectuales se inclinan hacia la ciencia de Kant. Espero su ensayo sobre B. Russell. Tengo especialísimo interés de que me consiga pronto los trabajos de Valcárcel y Eugenio Garro sobre arte incásico; no deje de enviarme las fotografías de cerámica indígena.
En lo sucesivo irán 15 ejemplares de Sagitario a lo de Rego y 10 a la librería de su hermano. Ambas liquidaciones deberá reservarse Vd. Le diré al Director de Renovación que le envíe el periódico; así mismo le haré mandar Acción Universitaria.
No bien aparezca su libro envíemelo para ocuparnos de él. En la semana próxima va Sagitario. Aparecen dos notas suyas en este número. Ah, me olvidaba de una cosa. En Madrid, por cualquier asunto, puede dirigirse, en mi nombre, a Ángel Dotor, Secretario de la Editorial Mundo Latino, calle Fernando el Católico. 31,1º.
Cuando me envíe los trabajos de Valcárcel y Garro, mándeme las fotografías de ellos.
Termino esta carta desordenada.
Lo abraza muy cordialmente
Amaya

Amaya, Carlos Américo

Carta de Antenor Orrego, 29/12/1925

Trujillo, 29 de diciembre de 1925
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
De nuevo he pecado por mi negligencia epistolar incurable. Pero sé que U. ha de perdonármelo. He recibido su libro. Lo estoy leyendo con la atención, seriedad y afección intelectual que merece. Por fin en el país los escritores comienzan a salir de esa frivolidad despreocupada, de esa necia banalidad ególatra al uso; de ese antieticismo artístico que es incapaz de construir nada y que los convertía en vistosos escaparates literarios.
La labor me es simpática, precisamente, por su contenido ético, por su significación social y humana, por la valerosa seriedad con que se ha colocado U. en un país de guignol en el que jamás se oye vibrar la noble pasión del hombre que se entrega a una fe. Tengo la seguridad que su obra se ha de proyectar–– se está proyectando ya–– benéficamente en nuestro país en los núcleos más puros que no tienen compromiso con el pasado, es decir, con la mentira. Porque ésta es nuestra mayor tragedia nacional. El pasado nada nos ha dejado, nada que sea susceptible de asumir cierta positiva continuidad histórica. En los demás pueblos chocan pasiones contrapuestas, pero sinceras y fervorosas. En el nuestro sólo chocan intereses materiales, sólo hay fantasmas de todo; es la máxima mentira, la mentira absoluta y auténtica, porque todo está mixtificado y desvitalizado.
Claro está que no coincido con algunos de sus personales puntos de vista. Y es lógico porque nuestras pupilas no pueden tener una idéntica y absoluta acomodación visual para mirar las cosas; pero, siento que en lo fundamental, en lo que respecta al pensamiento contemporáneo y a la acción que precisa realizar en nuestro país estamos colocados en una misma perspectiva mental e histórica. Mi sentido histórico y el suyo no parece sino que para llegar a su actual temperatura ética, se hubieran propuesto los mismos problemas y los hubieran resuelto con el mismo diapasón moral e intelectual; ambos sentimos agudamente, con idéntica sensibilidad exasperada, nuestras responsabilidades históricas, sociales y éticas. Su libro es algo de lo más serio, trabado y constructivo que se haya producido entre nosotros. Las nuevas generaciones han de agradecérselo. Tengo el propósito de escribir en El Norte un artículo reposado, donde trataré de fijar con toda la penetración, lealtad y acuidad ideológica de que modestamente soy capaz, la posición suya dentro de las nuevas generaciones nacionales. Espero lograrlo en la medida que lo deseo.
Para la difusión de su libro en el norte de la república le ofrecemos las columnas de nuestro diario. Envíeme avisos, artículos y todo lo que se ha producido o se produzca alrededor de él. Ya sabe U. que El Norte está adscrito a determinada atmósfera moral y espiritual del país y para servirla en todos sus aspectos, es que ha sido fundado. Es un hogar nuestro, tanto mío como suyo y de los demás espíritus libres que trabajan por el advenimiento de una realidad renovada y humanamente más noble y justiciera.
Le agradezco la acogida de uno de mis libros en la editorial Minerva. Habría querido enviarle el que considero más fundamental de los tres, Helios, que es un ensayo para una filosofía o interpretación del pensamiento. Por desgracia, aunque está terminado ya, no estoy satisfecho aún con su trabazón o construcción interna. Estoy harto temeroso de que mi autocrítica no sepa ubicarlo en su verdadera posición ideológica; de que mi amor propio o, simplemente, mi entusiasmo de creador le impriman una acentuación mental que rebase su estructura literal, su horizonte o realidad expresiva. Nunca he tenido más escrúpulos intelectuales que frente a este libro. Necesito, pues, reposarlo, tratar de proyectarme fuera de él antes de decidirme a imprimirlo.
Pero le ofrezco mandarle Panoramas, que es la recopilación de algunos ensayos y artículos publicados, unos, e inéditos, otros. El libro alcanzará, a lo sumo unas 150 a 200 páginas de formato corriente. Si le parece bien avíseme para darle los últimos toques y remitírselo.
Su libro ha interesado aquí bastante por los pedidos que se nos hacen; pero necesita mayor propaganda. Mándenos artículos y avisos. Alcides le informará detalladamente.
Estoy deseoso de hacer un viaje a Lima y conocerle personalmente. Espero que pronto se realice.
Le estrecho cordialmente
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Juana de Ibarbourou, 14/3/1926

Montevideo, 14 de marzo de 1926
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima
Muy señor mío
Ante todo quiero explicarle el porqué de mi demora en acusarle recibo de su interesantísimo libro La Escena Contemporánea. Me llamó la atención apenas rasgué la tapa y lo abrí al azar. Comprendí enseguida que no es el suyo uno de esos libros para los cuales hay que sumar todos los días pequeñas dosis de voluntad a fin de leerlos, y yo he estado debilitada y en largo reposo, después de un angustiante período en que en vez de enferma fui dolorosa enfermera.
Ahora sí ya he vuelto a mis queridas actividades y es lo primero que he leído después del largo ayuno. No me había equivocado. La escena contemporánea es un cinematógrafo magnífico por cuya pantalla pasan los más interesantes problemas de la actualidad. Cada capítulo constituye un verdadero ensayo sobre un hombre o un hecho culminante. He aquí uno de los que más me han gustado: “D’Annunzio y el Fascismo”. Pero, todo el libro es admirable de equilibrio, de documentación, de visualidad clara y segura, de riqueza de léxico, de elegancia de exposición.
Ahora, lo he pasado a un viejo señor, que es un gran amigo mío, un hombre de gran cultura y un crítico muy sagaz. En mis pequeñas tertulias, leí dos o tres de sus capítulos y este señor (D. Miguel A. Marrupe) se manifestó interesado por conocerlo todo. Él le escribirá. Si a Ud. le fuera posible enviarle un ejemplar, estoy seguro que le daría un placer muy vivo. Su dirección es 8 de Octubre, 3655, Unión-Montevideo.
Tengo en su libro un pequeño tesoro que formará parte de la biblioteca de mi hijo. ¡Con qué interés estudiará él en sus páginas, dentro de 6 o 7 años (tiene 12, y es muy lector ya) los problemas de este período del 1900, que Ud. tan magistralmente ha estudiado a su vez!
Crea en mi admiración y acepte mi amistad.
Es de Ud. muy atenta y S.S.
Juana de Ibarbourou

Ibarbourou, Juana dé

Carta de César Atahualpa Rodríguez, 5/4/1926

Arequipa, 5 de abril de 1926
Sr. Dn. José Carlos Mariátegui
Estimado amigo:
Después de muchas dificultades he logrado vender quince ejemplares de su libro La Escena Contemporánea, que según instrucciones de U. tomé a mi cargo de la Librería León Albareda. El resto de su envío lo ha agotado también la mencionada Librería.
En pago de esos quince ejemplares, y del que recibió la Biblioteca Pública, le remito el cheque Nº 21451 a cargo del Banco Italiano por la suma de veintiocho soles y ochenta centavos (16 ejemplares a S/. 1.80). Le ruego que me mande un recibo por la suma indicada y avise al Sr. Albareda, para que me devuelva el recibo que le tengo dado por los libros vendidos.
No he querido pedirle liquidación al Sr. Albareda, por no estar autorizado para eso, ni saber el número de ejemplares que le remitieron ni la comisión que ofrecieron pagarle. Creo que si le escribe U., en el próximo correo tendrá el resto del dinero.
En lo sucesivo, mándeme U. directamente los libros que quiera que le coloque, indicándome con exactitud el precio a que debo venderlos, calculando portes y demás gastos. Ya sabe U. que sus cosas literarias las veo como mías. Es U. el único amigo a quien le sirvo de esta manera, violentando mi congénita pereza.
No piense U. en contar con suscripciones para los libros que arroja su Editorial Minerva. En este pueblo hay que vender el libro por la fuerza. El comprador no aventura diez centavos si no ve antes lo que va a comprar; y con el libro, necesita, además, del discurso explicatorio. De cada edición puede U. mandarme quince ejemplares, quizá pueda venderlos; sin perjuicio, por supuesto, de que haga U. sus envíos a las Librerías.
Le escribo desde la cama. He estado veinte días con fiebres gástricas. Recién estoy en el tercer día de convalecencia. Esta mañana acabaron de pagarme el último ejemplar de La Escena Contemporánea. También hay que vender al crédito.
A propósito de su libro: creo, sin temor de equivocarme, que después de la obra de González Prada, es lo que más vale en la literatura nacional. Aquí, entre la gente de letras, ha gustado mucho. Ninguno ha escrito todavía una prosa tan llena de juventud, tan caliente y tan briosa, y sin embargo tan bien encarrilada. Ninguno, tampoco, piensa con la seguridad de U. sus juicios breves y rotundos, tienen la certeza del balazo que perforó la fama del blanco; dan la sensación de haber terminado el encanto de quedarse largamente flotando en la imaginación.
Espero que este su poder de análisis y de crítica por lo alto, lo emplee muy en breve, en un libro sobre las peripecias de nuestra vida criolla; balanceándole sus desatinos y pulseándola por el lado de su incultura. No un libro de sociología. Un libro cinematográfico, casi como La Escena Contemporánea.
Esto que escribo a vuela pluma, no le da ni la más somera idea de lo que pienso sobre su obra. Me reservo a pensar con calma en lo que significa La Escena Contemporánea para la cultura patria.
Disculpe en la forma que le escribo. Vivo en el campo y estoy enfermo. Los útiles serios de escritorio los tengo en la Biblioteca Pública.
Con el afecto de siempre
César A. Rodríguez
Cuando reciba la letra, escríbame aun cuando sea telegráficamente, avisándome.

Rodríguez, César A.

Carta de Roberto Latorre, 16/4/1926

Cusco, 16 de abril de 1926
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido compañero:
A pesar de sincera promesa de volver a casa de usted en los días que permanecía en esa ciudad, se me hizo imposible realizar ese deseo. Mi condición económica estrecha me señaló caminos que me quitaban todo momento.
Ahora, y leyendo su carta de 16 de diciembre último, me cabe escribirle, evitando como usted cumplidos.
El concepto que de usted merezco es noble y grandemente satisfactorio y creo no desmentirlo jamás. Yo y muchos lo queremos en el Cusco a usted, reconociendo en todos instantes la benéfica obra que realiza y el singular talento que posee. Nuestro compañero claro que es usted honrosamente.
Con su hermano no tuve la oportunidad de hablar. La representación de Minerva cumpliré con agrado en este Departamento. La Escena Contemporánea se vende en la librería de Agustín Rivero. Libros y Revistas, remítame algunos ejemplares y así también anuncios de Amauta, oriénteme sobre lo que será y comenzaré a avisar a los cusqueños que ha de aparecer ese poderoso exponente de la literatura peruana.
En próximo correo escribiré a su hermano. Mi concurso en la obra de juventud que hacen ustedes deben contar seguro y leal.
Compañero, su libro estoy leyendo. Nada igual conozco hasta ahora sobre los asuntos que usted trata. Es admirable la forma como se dedica usted al estudio del movimiento político-social del Universo. Le agradezco el envío.
Ordene en mí siempre con la confianza de que le serviré con agrado.
Su amistad y compañerismo harán que me ayude cuando reinicie mi labor periodística, ¿no es verdad?
Le envío algunos ejemplares de Kosko.
Suyo.
Roberto Latorre

Latorre, Roberto

Carta de Quintiliano Saldaña, 6/5/1926

6 de mayo de 1926
Sr. Dn José Carlos Mariátegui
Mi querido amigo:
Su amable envío de La Escena Contemporánea, con las Horas de lucha, de González Prada, que a U. perteneció, anudan una relación intelectual entre nosotros. Quisiera que no se rompiera nunca. Por el amigo Villavicencio sabe U. en qué medida coinciden nuestras ideas. A él le digo, en carta de hoy, todo lo que pienso acerca de su hermoso libro, que acredita al maestro de la alta crónica ideológica y política, en la más serena y total visión del momento presente.
Cordialmente suyo
Q. Saldaña

Saldaña, Quintiliano

Carta de Enrique Cornejo Koster, 28/5/1926

Buenos Aires, 28 de mayo de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui. Lima.
Querido amigo:
Seguramente, ha de causarle sorpresa el recibir carta mía después de un lapso de tiempo demasiado largo. Lo cierto es que soy demasiado perezoso para escribir.
Ud. encarga a Herrera me diga me ocupe de la cuestión universitaria, pensé y tuve la mejor voluntad del mundo para abordar el tema, pedí informes a los escasos antiguos líderes universitarios que actuaron los años de la Reforma, me remitieron tal cantidad, de libros, folletos, periódicos, memorias, que me asustaron, con el material tenía no para un artículo sino para un libro, quise trabajar pero me convencí que no estoy hecho para la labor de historiador y roedor de papeles. En cuanto al actual espíritu universitario argentino, es mejor no ocuparse, pues es enormemente burgués, egoísta y reaccionario, en veces se viste con un trajecito revolucionario.
Su libro ha causado por estas tierras muy buena impresión, y refiriéndome a ello, voy a comunicarle algo así como una anécdota:
El ejemplar que tuvo Ud. la gentileza de mandarme, lo presté a Del Mazo y éste lo hizo llegar por intermedio de un amigo a la embajada italiana, a los fascistas diplomáticos lo primero que les llamó profundamente la atención fue que el autor fuera un latinoamericano, no querían creerlo, cuando se convencieron uno de los que habían leído dijo refiriéndose a los artículos sobre el fascismo que era de lo mejor que había leído y que en ellos había encontrado argumentos para defender la tesis fascista, que ni los mismos ideólogos y apologistas del fascismo habían empleado.
Qué dice la A.P.R.A. Se ha organizado algo o siguen aún los muchachos en el período romántico. Aquí se ha organizado la liga anti imperialista y se fundará pronto la U. P. José Ingenieros. Estamos por ahora trabajando en este [...]
Muchos saludos a su señora y Ud. reciba un afectuoso abrazo del compañero:
Enrique Cornejo Koster

Cornejo Koster, Enrique

Carta de Alejandro Peralta, 7/8/1926

Puno, 7 de agosto de 1926
Señor don José Carlos Mariátegui.
Lima
Compañero: Mucho placer me ha dado el saber que llegó a sus manos mi libro "Ande", i también la recepción del suyo: "Escena Contemporánea". Jugoso i moderno libro, que he saboreado con la delectación que todo lo que Ud. escribe.
Confío en que querrá Ud. darme a conocer su opinión sobre mi obra. Su voz es la única autoridad crítica en Perú. La espero con ansia.
Con un saludos
Alejandro Peralta

Peralta, Alejandro

Carta de Alcides Spelucin, 6/10/1926

Trujillo, 6 de octubre de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi querido José Carlos:
Mucho tengo que agradecerle a Ud. su bondadoso juicio acerca de mi libro, y, sobre todo, de mi persona.
Dejando aparte toda pueril modestia protocolaria, creo sinceramente que no estoy en un estado de gracia capaz de merecerlo. Es por eso que mi agradecimiento va a Ud. sencillamente, atendiendo sólo a la cariñosa voluntad que me parece adivinar en todo aquello en que mi obra o mi vida tienen algo que ver con Ud.
Yo no me creo un gran poeta ni mucho menos un genio como es frecuente en mis colegas. Juzgo sí que he venido a cumplir una finalidad y que procuro realizarla con toda la lealtad que me es posible. Las limitaciones que no pueda superar mi vida o mi obra, pertenecen, por lo tanto, a designios que están más allá de mis propias posibilidades. Soy pues, ante todo, un sincero. Procuro no traicionarme y por eso me doy en la medida de mis fuerzas. Un poco rústico en el fondo, como Ud. ha tenido la certeza de decirlo, o quizá si un equivocado o un anacrónico como parece apuntar nuestra inteligentísima Magda, he dado la primera modulación de mi mensaje lírico de acuerdo a mi indudable destino y a mi propia naturaleza.
Sé muy bien que no pertenezco a la vanguardia literaria de esta hora y no pretendo simular tampoco una estética que no se ha hecho carne viva de mí mismo. Por felicidad o por desgracia ––¡sabe Dios! ––cabalgo sobre dos épocas: una, en la que ha llegado a fermentar hasta lo insoportable un preciosismo modernista curvado ya hasta la decadencia; y otra, en la que se pretende flamear una bandera artística de ‘semáforo’ y de ‘velívolo’ que denuncia a las claras una absurda contextura de pastiche. Entre estos dos estercoleros he optado por modular la romanza de eternidad que me era posible oír en el fondo de mí mismo. Fácil me hubiera sido transformar este haz de intenciones estéticas de mi libro en algo acrobático, vestido de una adjetivación de moda, y presentar una obra aparentemente sintonizada con este instante; pero no; he preferido darlas como nacieron, porque acaso su vestimenta original fue ya todo un destino estético al que ni su propio genitor tenía derecho a deformar.
Esta es la razón que me mueve a justificar su presencia ante cualquier opinión equivocada o malintencionada que quiera cruzarles el camino. Yo creo sinceramente que sólo es inoportuna la obra estética que no aporta ninguna virtud auténtica y sustancial. Si mi libro está en ese caso, es, indudablemente, inoportuno. Inoportunidad vigente en cualquier año en que se hubiere publicado. Pero si, lejos de esto, se trata de una cuestión técnica, de factura retórica únicamente, no creo en la oportunidad ni la inoportunidad. Al menos, son factores a los cuales no concedo beligerancia alguna. Las altas disciplinas del pensamiento y de la sensibilidad, cuando penetran a cierta intrayema categórica, están ya fuera de esta clase de contingencias meramente epidérmicas. Han vencido, en una palabra, al tiempo y a la circunstancia. No se les puede juzgar por el traje Luis XV, o 1920 o 1926, que puede cubrirles. Júzgaseles ante todo por los quilates de belleza auténtica o de pensamiento vivo que tengan en sí. Ahora bien: esta belleza o este pensamiento está en relación directa a la inteligencia receptiva; cualquier prejuicio retórico que se interponga entrambos, deformará, en pro o en contra, la calidad de la obra. Así, pues, a las fuentes de belleza sólo ha de irse rigurosamente desnudo.
Perdone Ud. esta insoportable digresión; pero, responsable al fin y al cabo de la publicación de mi libro, he querido manifestarle mi punto de vista a Ud. que tan bondadoso ha sido para con él.
No he recibido carta de su hermano en la que me dé instrucciones acerca de Amauta. Como la mayor parte del lote que me ha remitido lo envío yo a mi vez a mis agentes del Valle de Chicama y de la Provincia de Pacasmayo, necesito instrucciones para indicarles la comisión que han de percibir. Juzgando de importancia, he hecho imprimir unos recibos del modelo que le acompaño, para contratar algunas suscripciones. Esto último me será fácil a partir del segundo número pues hay el temor de que la revista no siga saliendo. Yo creo que hasta el tercer o cuarto número podemos contar con unas cien suscripciones seguras de pago semestral adelantado. Adjunto a ésta le acompaño un cheque a su orden por S/. 30.00, que espero se sirva abonármelo en cuenta. La segunda remesa de La Escena Contemporánea la he repartido toda en la sierra. Aún no he recibido el valor de ella pero creo que será en mi poder dentro de pocos días. El Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez se ha abarrotado casi por completo. Las pocas personas que en esta ciudad se interesan por dicha clase de estudios, ya lo habían adquirido de otro caballero que trajo dicha obra con anterioridad a la remesa de Uds.
La nota de los que habían adquirido La Escena Contemporánea no se la remití por juzgar que quizá sería mejor para Uds. la de los que suscribieran a Amauta. Esta sí pienso remitírsela en cuanto haya un número de suscriptores más o menos numeroso.
Espero carta de su hermano, o, en su defecto, suya, para dar instrucciones a los agentes.
Reciba Ud. cariñosos saludos de todos los de esta casa y un cordial saludo de mi parte.
Alcides Spelucín

Spelucín, Alcides

Carta de Andrés Fernando Dasso Hoke, 25/1/1927

Lima, 25 de enero de 1927
Señor D. José Carlos Mariátegui.
Como descendiente del señor doctor don Francisco Javier Mariátegui, me es honroso invitar a Ud. a la sesión solemne que celebrará el Concejo Provincial de Lima, con asistencia del Sr. Presidente de la República, el jueves 27 del presente a las 6 y 30 pm, en conmemoración del Centenario del 1er Cabildo abierto realizado en esta Capital desde la proclamación de la Independencia.
Aprovecho la oportunidad para reiterar a Ud. los sentimientos de mi consideración distinguida.
Dios guarde a Ud.
A. F. Dasso

Dasso Hoke, Andrés Fernando

Carta de Juan Mantovani, 5/5/1927

Bueno Aires mayo 5, 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima.
Estimado Señor.
El amigo Gabriel del Mazo le enviará algunos ejemplares de los números 1 y 2 de este año de "Nueva Era", órgano de la Sección Argentina de la Liga Internacional de la nueva Educación. En el número de abril último, se publica una carta de su compatriota Víctor Raúl Haya de la Torre.
Los pocos compañeros que formamos "Nueva Era", conocemos los prestigios de Ud. como intelectual y revolucionario, a través de sus frecuentes publicaciones de "Amauta", y por su libro "Escena Contemporánea" muy difundido entre nosotros.
Fácilmente se explicará Ud. el interés especial que tenemos en publicar en "Nueva Era" algunas páginas suyas, su fuera posible con un tema educacional o que tenga relaciones con la educación nueva.
Conociendo la amistad que une a Ud. con Haya de la Torre y con Gabriel del Mazo, ambos amigos míos también, a quiénes les dispenso los mejores afectos, me he permitido dirigirle estas líneas a nombre de todo el pequeño grupo de compañeros que en "Nueva Era" trabaja por propagar ideales y prácticas de una nueva educación en consonancia con los nuevos tiempos.
Saludo a Ud. con el mayor aprecio y consideración.
Juan Montovani
Calle Bustamante 313
2 Piso. F
Buenos Aires

Montovani, Juan

Carta de Marisabel de Pinilla, 24/7/1927

Lima 24 de julio de 1927
Estimado amigo:
Mucho me alegró lo que me dijo sus esposa ayer sobre su mejoría. En cambio yo comienzo a sentirme mal q creo que mi ingreso a la clínica es forzoso! Mucho me he arrepentido de mi estreno. Parece que la Compañía a quién pretendí ayudar aprovechando de mi ausencia, dio los papeles a gente que le quedaban grandes!. Eso me dijo ayer mi marido q vio la pieza. Pero hay un pequeño incidente q pienso referirle (ya que las coincidencias a veces originan cosas grandes). El presidente Leguía fue al teatro y le gustó mucho la obra, y le dijo a Ojeda el ministro de España, q esperaba q los críticos alentaran ese esfuerzo y mas que nada mi generosidad de patrocinar el Teatro Nacional con [...] además, pues parece q al leer una crítica de pésimo gusto q saliera no se donde (ya que por evitarme disgustos no me han dejado leer sino lo grato) habló conmigo en casa de su hija, antes de ayer. Estaba muy disgustado de la incompetencia de los escritores. Yo que hacía? A quién le había dado la obra? Yo le dije q estaba en poder de la única persona q a mi juicio era una autoridad cuya opinión contara para mi. J. C Mariátegui. Pero entiendo me dijo q los llamados "vanguardistas" no la permiten tener "autonomía"? Entonces aproveché de decirle todo que pienso al respecto y la pena que me da q "Amauta" que era un exponente de cultura hubiera desaparecido. Se quedó muy pensativo, y me dijo q averiguará muy bien los hechos y se los refiriera. ¡Lástima no poder charlar con Ud. al respecto! ¡Pero antes de terminar, me quedaré sin decirle que espero de su amabilidad mas palabras de aliento y comentario sobre mi trabajo. q serán oportunos, ya q la obra sigue en el cartel. De preferencia en Variedades.
Suya afma.
Marisabel de Pinilla

P.D. Sírvase entregarle mi manuscrito al portador.

Pinilla, Marisabel de

Carta de Baldomero Sanín Cano, 28/12/1927

Bogotá, 28 de diciembre de 1927
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima.
Distinguido colega:
Por favor del Coronel Zárate, adicto a la Legación del Perú en esta capital, he leído las generosas líneas que le ha dedicado Ud. a mi actividad literaria.
Conocía de hace mucho tiempo su nombre y he admirado la forma y el pensamiento de Ud. en trabajos que me ha cabido la fortuna de leer en revistas peruanas o reproducidos en otros periódicos del continente.
Me apresuro a darle las gracias por su gentileza no sin asegurarle que me sería gratísimo recibir noticias suyas y de las obras que ha escrito o tiene en preparación.
Le deseo toda suerte de venturas en el Año 28 y muchos muy felices en lo porvenir.
Su admirador
B. Sanín Cano

Sanín Cano, Baldomero

Carta de Fernán Cisneros,4/10/1928

Buenos Aires, 4 de octubre de 1928
A José Carlos Mariátegui.
Compañero y amigo:
Para escribirle he esperado la llegada de sus anunciados artículos. Ahora le digo que no he recibido absolutamente nada y le escribo en la certidumbre de que ya no vendrán. Mejor está así porque Gerchunoff no está ya en El Mundo, habiéndose convertido este diario en una ‘empresa’ periodística regida desde la administración y a tanto el adjetivo. Yo pensé colocar sus colaboraciones, para el caso de que llegaran, en alguna revista de aquí, pero veo que ya no ha de tener Ud. mayor interés. Lo lamento únicamente porque me priva de la oportunidad de mostrarle todo el afecto y la admiración que le guardo a despecho de todo.
Estoy, a pesar de mis 21 años, muy por encima de una interpretación de conventillo para nuestro movimiento. Me tienen sin cuidado los chismes de las mujeres de México y de Buenos Aires. He tenido siempre para poner al servicio de un ideal, una gran pureza de espíritu y una fe que sólo quiero que tenga el tamaño de una disciplina. Ud. es lo suficientemente talentoso como para saber que la disciplina a que me refiero no tiene nada que ver con el orden. Todos los motivos de nuestra discusión ideológica son tan pequeños, en lo externo, que han desaparecido avergonzados ante la trascendencia que suscitaron. En lo interno, es decir, en el pensamiento, no puede haber crítica porque no hay casi nada hecho hasta antes de ahora mismo. Crítica no; pero discusión sí. Y discusión precisamente para darnos una vida política organizada. Porque creo sinceramente que la política no es otra cosa que la organización misma de la vida. Organizarnos ideológicamente y con sentido cabal de la disciplina, que es la etapa más seria de la moral, es lo que nos falta. Pero para ello no hay que recurrir, creo yo con toda sinceridad y con todo cariño, ni a los adjetivos disimulados que vienen de México, ni a las críticas e ironías de Ud. Tiene Ud. un amor desmesurado por la polémica. Habilidad en el retruécano; fácil gimnasia mental. Pero creo que son armas para gastar con el enemigo y no contra nosotros mismos. La serenidad ha permanecido escondida en toda esta discusión postal y puramente adjetiva. Hay en Ud. un exceso de crítico. Es natural, admirado compañero Mariátegui. Pero yo me trepo por toda la escalera de mi cariño para pedirle que aun a costa de achicar mi admiración se serene dentro de la forma. Creo, de todas maneras, que es Ud. en su vida, la figura de más pureza que tenemos los jóvenes del Perú; y en su obra, uno de nuestros casos intelectuales más serios. Ya ve, pues, que no me anima al decirle esto que le digo, otro propósito que el de la cercanía en la comprensión.
Crea que no me interesa que se llame Ud. José Carlos Mariátegui, como no me interesa, tampoco, que tengamos otro muchacho fuerte que se llama Haya de la Torre. Me interesa, únicamente, cómo piensan los dos. Y me agrandaría la fe si supiera que todos estamos de acuerdo en los propósitos y en los métodos.
La célula de aquí le ha enviado ya un proyecto que hemos preparado para consultar a todos los compañeros. Esperamos su respuesta.
Créame que me he ampliado el cariño para Ud. y que le estrecho la mano fuertemente.
Fernán Cisneros
Fernán Cisneros (hijo)
c. Pellegrini 1057
Dep. 1 7
Bs. As.

Cisneros, Fernán Luis

Carta de Emilio Vásquez,15/10/1928

Ilave, 15 de octubre de 1928
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.
Dirección de Amauta.
Grande y querido amigo:
Creo que me siento en el derecho de llamarlo así, toda vez que me considero colaborador suyo en la obra que tan afanosamente llevamos a cabo, a fuer de tantísimos sacrificios. Es un maestro normal de indios quien le habla de esta manera.
Desde cuando era estudiante primario, he seguido con vivo interés y creciente simpatía, la obra de bien que Ud. lleva adelante, y que la nueva generación, a pesar de la especulación del Estado, de burgueses, practica sobre sus éxitos. Es practica sobre sus éxitos. Esto, desde luego, ni nos amilana ni puede hacernos retroceder de la línea de combate; más bien nos reconforta. Felizmente nuestros recursos no se agotarán. La reacción será general, ampliamente decisiva. Todos los que hacen porque la Revolución sucumba, no hacen más que inyectarnos de mayores dosis de elementos energéticos. Alguna vez veremos al fin, a este pedazo de suelo incorporado al fraternal campo al que tratamos de llevarlo; y a sus moradores liberados de tanta iniquidad que vive.
Algunos días hace, un señor Cuentas Zavala se ha dirigido a ésa con el propósito de editar una cosa que la llama Monografía y Álbum de la Provincia de Chucuito en su Centenario. Así lo hará.— Las miras de este señor es conseguir con dicho trabajo un puesto de Legación o sopa tinta en alguna oficina pública. Los antecedentes de este individuo son tan amorales que con decirle que de estudiante universitario aparece como indigenista, y en éste su pueblo es un latifundista de baja escala, que adquiere sus terrenos exaccionando, si se quiere a balazos, creo que le digo todo. Posiblemente ha de querer aportar a la casa de Amauta, a fin de desglosar algunas páginas (así lo ha dicho), y, como es enemigo en el campo de la práctica de la revista, me permito participarle, por si pudiera constituir un hecho sorpresivo para lo posterior. Toda vez que sus ideas son sacar un provecho lucrativo con esos medios, estará Ud. conmigo, que no vale la pena ni de ser atendido. Aparece ante quienes ignoran los pormenores, como el que rinde homenaje a su suelo natal, con dicha Monografía, pero es lo cierto que la edición ha de costearla el vecindario de Juli, Ilave, Yunguyo y demás pueblos de la Provincia.
Disculpe querido amigo mío, que me permita hablarle de esta manera, tanto más si es primera vez que me dirijo a Ud. en forma tan franca. Pero cuando queremos un Ideal, estamos los que comulgamos de él, en el deber de velar por sus fueros. Tal sucede en el presente caso. Mi estimación por Ud. y por Amauta me impulsan a hablar, como lo he hecho hoy.
Con todo afecto, de Ud. con un fraternal abrazo, desde esta lejanía, que Ud. tiene en gran estima:
Emilio Vásquez S.

Vásquez, Emilio

Carta de Alberto Hidalgo,21/12/1928

Buenos Aires, 21 de diciembre de 1928
Querido Mariátegui:
Hace unos días recibí, y ya los he leído, sus estupendos 7 ensayos. Algunas de sus páginas me eran ya familiares, y entre ellas he hallado algunas, las que a mí se refieren, que como ya se lo expresé en mi carta anterior, nunca sabré agradecerle bastante.
Siendo este libro el más importante que ha escrito usted, es también el mejor libro que me llega del Perú desde hace muchos años, y es por supuesto una de las obras fundamentales, una de las columnas básicas de las letras americanas. Le digo a usted más: le digo que este volumen le consagra como el más grande crítico hispánico de nuestro tiempo. Yo no hallo en América un solo escritor que pueda comparársele equitativamente. Cierto muchacho de Buenos Aires es un gran estilista. Ud. lo cita a menudo. Pero no tiene una sola idea respetable en la cabeza. Y además, así en lo moral como en lo ideológico, es un perfecto sinvergüenza. Es un alquilón de las ideas y de la conciencia. Se ha dicho por ahí que es él el mejor escritor de América, en el sentido del estilo. Yo creo que es muy bueno, pero no tanto porque al fin y al cabo es un escritor barroco, gongórico, fuera de la época. Ud. junta a un estilo sobrio, claro, preciso —el estilo verdaderamente moderno— un constante contacto con el sentido íntimo, profundo, de las cosas y de la vida. Ud. no pasa sobre las cosas sino que las araña para ver lo que se oculta bajo su epidermis.
Yo no estoy de acuerdo con muchos de sus postulados. Es más. Estoy en contra de ellos. Así por ejemplo usted es nacionalista, así en política como en arte. Ha caído usted en la trampa del comunismo ruso, hecho con fronteras y divisiones raciales. Pero como es tan grande su inteligencia, ha ejercido vasta influencia en aquel ambiente. Y yo creo que esa influencia ha sido, en el terreno del arte, simplemente perniciosa. Le digo esto después de haber visto los cuadros de Sabogal, a quien su ideología nacionalista— la de ud.—le ha tomado como presa de experimentación. El horrible fracaso de Sabogal en Buenos Aires, que él le habrá referido, se debió, lo creo firmemente, no a su instrumentación pictórica sino a su motivación subalterna, llena de partipris. No se pudo hacer nada por él aquí. La juventud de Buenos Aires, nuestra juventud, le ha menospreciado sinceramente, sin siquiera detenerse a estudiarlo. No le ha consagrado atención simplemente. Y él se vio a causa de esto obligado a entregarse al despreciable grupo de los hispanoamericanizantes y literatillos ‘incaicos’ que aquí forman barra, secundados por la Legación del Perú. Y en cuanto a lo literario, veo por los libros que me llegan del Perú que la mayoría de los mejor dotados se hallan borrachos de nacionalismo. Hay ya allí una poesía vernácula. Han hecho parcelas de poesía, parcelas con sus caciques y sus banderas. Esto es simplemente horrible. Y ud. es un poco culpable de ello, querido Mariátegui.
Si le digo estas cosas con tanta claridad, es porque sé que ud. va a comprender exactamente su significado, y no va a pensar que mi posición marque una disidencia con lo fundamental de sus campañas. Yo estoy con ustedes en Amauta y en sus ramificaciones sociales, con toda el alma. Y aun puedo asegurarle que si viviera o volviera al Perú, lo estaría en alma y cuerpo. Es decir ofreciendo también mi brazo.
Amauta, en su nueva forma, me parece muy bien, no obstante que el antiguo aspecto me parecía magnífico. El tamaño actual resulta acaso un poco burgués. No sé por qué las revistas de esa dimensión se me antojan innaccesibles al pueblo, al obrero especialmente. Éste las mira con un poco de prevención. Yo soy más partidario de las revistas breves y ágiles.
Habrá usted visto en mi último libro, que al incluir mi poema a Lenin, acepté una sugestión suya respecto a lo que primitivamente decía de la mujer. Esto le demostrará el alto aprecio que su mentalidad me inspira. Viéndolo a usted del tamaño que ha alcanzado y viendo a dos o tres muchachos, no sabe ud. cómo me siento de orgulloso de nuestra generación. Ud., Eguren, Valdelomar, Vallejo y Falcón son toda la época.
Le ruego que se sirva anotar mi nueva dirección: Belgrano 1705.
¿Pero cómo diablos ha hecho ud. para recordar mi chaqué arequipeño? A mi mujer le ha hecho esto una gracia enorme.
Salude a su gente, y reciba un cordial, más bien un cardíaco abrazo de su antiguo admirador y amigo, Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 11/1/1929

Puno, 11 de enero de 1929
Querido compañero Mariátegui:
Anduve lleno de múltiples atingencias en estos días, a punto de haberme visto privado casi siempre del tiempo necesario para atender a mi correspondencia.
Los primeros minutos los dedico a usted, para desearle un nuevo año repleto de esperanza y para agradecerle el obsequio de Siete Ensayos, cuya lectura, ciertamente, ha sido mi mejor regalo de estos días. Ya sé yo que es mucho lo que se tiene que aprender en sus enseñanzas y por ellos mismo es que anhelo una continuada bienandanza en su salud.
Algo que me ha llamado fuertemente la atención, es la prescindencia que hace de Alejandro al ajustar un momento de nuestra literatura. Veo que alcanza usted a Mamani y olvida por modo sorprendente el papel histórico de Ande en nuestras letras, y en nuestras letras cuando vienen a representar un síntoma político. Juzgo, en todo caso, que usted ha omitido involuntariamente la crítica de "Ande" y de su tendencia, ya suficientemente generalizada y valorizada para que sea posible olvidarla.
Desgraciadamente estoy en deuda con usted. Y ahora creo que se concluye mi paciencia. Los agentes de provincia toman a broma mis circulares, y me obligan esta vez más a cancelar yo sus deudas como ya la vez pasada ocurrió. Así, lamentando el fracaso de mis entusiasmos, tengo que optar por una resolución definitiva, que le ha de comunicar Martínez.
Un gran abrazo de su compañero y crea siempre en su admiración y cariño.
Churata

Nota: Le envío certificados libros que para usted mandan Pablo de Rocka y su mujer, Winet.-ale

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de John A. Mackay, 6/3/1929

Montevideo, 6 de marzo de 1929
Dn. José Carlos Mariátegui,
Lima.
Muy estimado amigo:
Hace poco llegaron a mi poder los dos últimos números de Amauta y un ejemplar de su admirable libro sobre problemas peruanos. No he podido hasta ahora sino saborear este último, pero lo tengo a mano para darle una lectura detenida en las próximas semanas. Me interesa sobremanera el capítulo “El problema religioso”. Tendré ocasión de referirme a sus opiniones en un nuevo libro que estoy preparando en inglés, y que pienso sacar luego en castellano, bajo el título de Fuerzas y tendencias espirituales de la América del Sur contemporánea. La edición inglesa debe salir antes del fin de este año.
No recuerdo hasta qué fecha estoy o estaba suscrito a Amauta. Tengo la impresión de que adeudo a la Administración. En todo caso voy a escribir por el mismo correo al Sr. Karl Johnson de la Asociación Cristiana de Jóvenes para que abone lo que debo y a la vez que pague por adelantado el valor de la suscripción por dos años, a partir de la fecha.
Es muy probable que yo estaré en Lima por el mes de setiembre u octubre próximo, para estarme allí un mes. Tengo grande deseo de conversar largo con Ud. sobre una serie de asuntos. Cuando pienso en Ud. y en la lucha que libra contra dificultades que hundirían a cualquier otro, sólo por estar consagrado a una causa en que cree con la cabeza y las entrañas, yo me siento más fuerte para mi propia obra.
Me complazco, entretanto, en enviarle por separado un ejemplar de mi libro Mas yo os digo y dos artículos míos.
Reciba Ud. los saludos afectuosos y un abrazo de su amigo
J. A. Mackay

Mackay, John A.

Carta de Baldomero Sanín Cano, 21/3/1929

Bogotá, 21 de marzo de 1929
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima
Mi excelente amigo:
Estoy en deuda con Ud. No puede figurarse el placer tan grande que me ha proporcionado la lectura de su invaluable volumen de Siete ensayos de Interpretación de la Nacionalidad Peruana. A más de ser un análisis fecundo de la vida de ese pueblo tan interesante, tan lleno de alternativas, es una obra de justicia del punto de vista americano y del de la moral universal. Es una vindicación razonada, “Materialista”, como Ud. dice, y antirromántica de una clase social y de un principio. El caso del Perú que Ud. describe y desmenuza con tan agudo sentido histórico y con tan estrecho contacto con las realidades es el de algunos departamentos de Colombia. Para los pocos que aquí nos ocupamos en el estudio de esos problemas su libro es un derrotero, a trechos es una revelación.
Movido por los mismos sentimientos de equidad que Ud., tampoco soy criollista en el sentido estrecho que los literatos y algunos filósofos americanos (libreamericanos) le dan a este concepto. Mi educación oficial, tuve que rehacerla al comprender lo falso e incompleto de su contenido al llegar a la edad madura. Si a esa edad no hubiera pasado 16 años de mi vida en Europa, tratando de rectificar las nociones recibidas en la escuela y en los colegios y de corregir la experiencia de muchos años de lucha en este país, yo sería un ente todavía más incompleto de lo que soy. Me siento como Ud. occidental, aunque profundamente “libreamericano”.
Son muy atinados sus juicios literarios, de los cuales hay algunos que aprecio sin conocer la obra de los autores a quienes se refieren. Los que tratan de autores que me son conocidos me parecen muy bien fundados. En todos ellos la doctrina es amplia, desinteresada del punto de vista literario y bellamente expresada. La expresión es la virtud predominante del libro: hay una claridad, un desembarazo, una sencillez que cautivan al lector y le dan realce al pensamiento. Su bella manera de escribir justifica aquella definición de Oskar Loerke: “Der Geist des Stoffs heisst Form”.
Recibí también los números de Amauta y de Labor que ha tenido la gentileza de enviarme. La obra que Ud. realiza en esas dos publicaciones impone admiración y respeto por la tenacidad del empeño y por la fe de que dan testimonio en la exposición de la doctrina. Reciban Ud. y sus colaboradores el aplauso más sincero, nacido de mi deseo y de mi incapacidad de imitarlos. Mi país pasa en estos momentos por un período de achatamiento en lo ideal, que debe asemejarse mucho a la represión causada en el Perú, según Ud. la analiza, por la fiebre del guano y del salitre. Media una diferencia. Aquel estado provenía en su patria de una prosperidad efectiva que resultó efímera, el estado actual de Colombia es más peligroso porque se funda en una esperanza: ha sido designado con gran precisión en mi sentir con el título de “prosperidad a debe”. La frase de Jaurès citada por Ud. acerca de la incertidumbre de la prosperidad industrial en estos días de adelanto inesperado en la técnica, es para nosotros una amenaza.
Su libro es una obra libreamericana de valor incontestable por la enseñanza que contiene y es, por la forma, de una eficacia cautivadora. Reciba mis felicitaciones y crea en la amistad y en la admiración de
B. Sanín Cano

Sanín Cano, Baldomero

Carta de Samuel Glusberg, 20/4/1929

Buenos Aires, 20 de abril de 1929
Mi querido amigo y compañero:
Por fin puedo acusarle recibo de su carta y contestar a su pregunta acerca de la edición en Buenos Aires de su Defensa del marxismo. Creo que le voy a encontrar editor aun en el caso de que La Vanguardia no acepte la obra. Puede pues, enviármela. En cuanto a las condiciones me parece que pueden regir las mismas que le ofrecí para editarle El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy en Babel. Vale decir: una quinta parte de los ejemplares para Ud. en concepto de derechos de autor y otra quinta parte consignada a Amauta para su venta en el Perú al precio y comisión que Ud. indique. Así de hacerse 1500 ejemplares que es lo que yo pienso que se debe hacer de la Defensa del marxismo 600 irán al Perú y 900 quedarán aquí para ser vendidos en la Argentina y demás países de América
Cuando conozca todo el material de El alma matinal le diré cuantos ejemplares hará Babel.
Ha fracasado la edición de Seis ensayos en busca de nuestra expresión. En pocas revistas americanas se han ocupado del libro. Hice mil ejemplares; se quedaron con 50 en España; le di al autor 100 y se habrán vendido aquí otro tanto o menos. ¿Por qué no hace Ud. un artículo sobre este libro para Amauta? Me permito indicárselo porque vi en su “Proceso de la literatura” una referencia muy amable para el autor.
La Vida Literaria reapareció al fin. Su carta no ha influido poco en mi decisión de sacarla por tercera vez. Creo que ahora aparecerá regularmente una vez por mes. La imprimo en los talleres de La Vanguardia y a un precio ventajoso. Este primer número que Ud. recibirá con esta carta ha salido con numerosas erratas. A causa del 1° de Mayo y de las tiradas extraordinarias de los periódicos obreros lo han hecho con premura y sin corregir varias páginas. En mi nota sobre su libro se deslizaron varios cambios de palabras, un estilo culto que choca mucho y otros disparates menores. Desde luego, su obra merecía una página más detenida. Pero yo no estaba ni estoy en condiciones de hacerla. Es mucho para un solo hombre buscar las colaboraciones, los anuncios, corregir las pruebas y llenar unas cuantas columnas. Sobre todo, los inconvenientes materiales lo aplastan a uno y lo inutilizan cansándolo. Pero seguiré porque creo que se puede hacer una obra necesaria. Cuando pueda envíeme su colaboración. ¿No puede opinar sobre el tópico hispanoamericano? Me interesa conocer su opinión aun cuando la sospecho a través de muchas de sus afirmaciones de Amauta.
Aquí padecemos en los diarios y revistas burgueses la colaboración excesiva de los españoles y no de los mejores. Por un Araquistáin o un Pedroso, un Camba o un Ortega y Gasset hay treinta galleguetes dispuestos a quedar bien con los editores de Madrid remitiendo notículas sobre las traducciones que publican allá.
Los principales enemigos de L.V.L. fuera de los reaccionarios y clericales de Criterio y otras revistas católicas son los libreros españoles.
Yo no soy nacionalista ni americanista pero creo que no puede ser óbice para que yo defienda el libro nacional y la colaboración de los americanos cuando uno y otros son superiores. Claro que eso no sucede siempre. Pero en La Nación, en La Prensa, en Caras y Caretas, El Hogar, etc., se pospone la colaboración local y no la de cualquiera sino la de un Quiroga, un Cancela, un Gache para publicar las genialidades de Ramón y otras cosas peores o menos interesantes. Y es que se procura halagar el patrioterismo de los almacenes españoles que dan avisos. Y es que los directores de las revistas argentinas son españoles y se pasan la vida hablando de la madre patria y dando cuenta de todos los homenajes al Rey y a la reina. Bueno. Le estoy dando la lata. Pero es un placer cambiar unas palabras con Ud. a través de tanta distancia.
Y a propósito: me dijeron que Ud. piensa venir a Buenos Aires. ¿Qué hay de cierto en eso? Si no lo acaparan los desterrados profesionales, tipo Fernán Cisneros y otros latinoamericanistas, creo que Ud. puede hacer un gran papel aquí y hasta ganar una buena cantidad de pesos dando conferencias. Cosa que supongo le hace falta a Ud. y a Amauta para seguir viviendo.
La Sociedad de Escritores que preside Lugones estoy seguro de que lo ayudaría grandemente y todos los que lo admiramos y estimamos también, cada uno en lo que puede.
Espero sus noticias y el envío regular de Amauta y Labor. Mientras le mando un abrazo de compañero y amigo
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Blanca Luz Brum, 13/5/[1929]

Buenos Aires, 13 de mayo [de 1929]
Queridísimo Mariátegui
hace no sé cuántos años que no sé nada de Ud. estoy casi enojada.
dígame si no recibe mis cartas y mis poemas. ahora le envío otro. yo no quiero que Amauta me olvide; Yo estoy celosa. Tengo cosas interesantes que chismearles pero temo no las reciba.
tengo una carta de Serafín Delmar muy estúpida y muy envenenada contra ustedes. A mí me da asco esa gente que viene sembrando la discordia sistemáticamente, debe Usted estar alerta. Nosotros somos más que nunca suyos su espíritu es motivo de admiración casi religiosa para mí, yo soy brutalmente mariateguista—
hasta que me muera y después de muerta en Eduardo, mi hijo.
lo respeto y lo admiro profundamente. nunca sentí la presencia de un espíritu tan fuerte y hermoso como el suyo, tiene yo no sé qué cosa superior y extraña, algo de santo guerrero, perdone estas expansiones mías pero quiero que sienta nuestra adhesión verdadera y sangrienta por sobre todas las canalladas y las envidias ¿recibió Guerrilla? mandé 50 ejemplares, dirigidos a minerva con un sobre de camauflage. ¿qué es el apra? yo no lo entiendo ni quiero entenderlo. yo soy revolucionaria sin cartelito— ¡Saludos! hermano
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Guillermo R. Hohagen, 8/6/1929

Paysandú, Uruguay, 8 de junio de 1929
Camarada Mariátegui:
Hace mucho tiempo que no tengo noticias suyas; sin embargo, confío, como confían todos los que nos hallamos luchando por la libertad del Perú, en que proseguirá Ud. siempre con la misma entereza defendiendo al pueblo que ha humillado el déspota Leguía.
Nada sé de Blanca Luz ni de Miró Quesada, ni de Manolo; presumo que continuarán orientando al Apra por el verdadero sendero.
Yo resido desde hace cerca de un año, en este pueblo uruguayo, hidalgo como los pueblos del Perú antes de la dictadura de los Leguías, y en donde la libertad y la democracia es efectiva e inculcada desde la niñez en las enseñanzas escolares. Aquí la vida tiene un gran encanto; los que luchamos contra las tiranías del mundo encontramos fuerzas estudiantes y obreros que nos secundan, por eso he sido uno de los que ha querido que Ud. venga con su palabra vibrante a contar a los hermanos del Uruguay el dolor y la agonía del pueblo peruano; y ojalá así sea. Creo que es en el Uruguay donde debe formarse con estudiantes y obreros, el grupo revolucionario más grande de América. Aquí, donde se recibió al presidente Hoover al grito de ¡Viva Sandino! ¡Viva Nicaragua! ¡Abajo el Imperialismo Yanqui!!
Tengo especial interés en que designe Ud. corresponsal de Amauta en Paysandú, a Julio Armando Speroni Venner; éste es un muchacho inteligente y capaz de desempeñar con brillo la misión que Ud. le encomiende. Vinculado con el elemento estudiantil y con el obrero, también, laborará, como lo está haciendo ya, por el fiel cumplimiento del programa que imponen las actuales circunstancias a la juventud americana: lucha contra las dictaduras del mundo; emancipación económica del capitalismo yanqui y defensa de nuestra hegemonía americana, amenazada por el principio intervencionista del Imperialismo norteamericano. En fin, la mejor presentación que puedo hacer de mi recomendado es adjuntarle el recorte que ha publicado hoy el diario más importante de Pdú.
Al designarlo le ruego le envíe el carnet correspondiente y algunos ejemplares para hacerle propaganda y para la venta también.
Estoy editando la Guía Hohagen— del departamento de Paysandú y es muy probable que la impresión se haga en Alemania por convenir así a mis intereses. Desde allá le enviaré mis noticias. Aunque Ud. me ha designado corresponsal de Amauta, quisiera que me envíe el carnet que me ofreció. Puede ser que tenga necesidad de él en Europa y también me servirá para representar a nuestra Revista en algún acto.
La dirección de Speroni es: Calle 8 de octubre y Piedras. La mía, Hotel Concordia. Paysandú las dos.
Perdóneme que no le haya enviado alguna colaboración; estoy atareadísimo y no me queda tiempo para nada.
Le desea muchos éxitos su camarada y amigo
Gmo. R. Hohagen

Hohagen, Guillermo R.

Carta de G. M. Facundo Solorzano, 16/6/1929

Huánuco, 16 de junio de 1929
Señor José Carlos Mariátegui,
Lima.
Muy señor mío:
Admirador de su personalidad intelectual, y lector de sus obras, me permito solicitar de usted: su colaboración y su cliché, para el Número extraordinario de Serranía, revista mensual, que corre bajo mi dirección, con este plan: Ideología indigenista, problemas indolatinistas y deportes; cuyos ejemplares, desde el N° 1 hasta el N° 9-10 he enviado en calidad de canje a Amauta; de manera, conocerá usted a fondo. Estoy actualmente en preparación del N° 11-12 del Mayo-Junio, para terminar el año de brega y comenzar el segundo año con un Extraordinario.
Confío recibir de usted, su colaboración, la que enaltecerá mi revista. Con esta oportunidad me suscribo de Ud. su muy atto. y su S. S.
Salud y Solidaridad
G. M. Facundo Solórzano
Director de Serranía

Solórzano, Facundo

Carta de Guillermo de Torre, 16/6/1929

Buenos Aires, 16 de junio de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Mi querido amigo y admirado compañero:
Le agradezco mucho el envío de los últimos números de Amauta y de su magnífico y convincente libro 7 ensayos. Me ha sido grato volver a adquirir contacto con sus escritos y con su revista, de la que había perdido casi la pista —con excepción de algún número que encontré aquí en la librería de Samet— desde que dejé Madrid. Pues aunque le parezca extraño —y ésta es una simple observación, sin que pretenda complicarla con ningún argumento “meridiánico”— desde Madrid se tiene —el que quiere y puede tenerla— una visión más completa y global del movimiento literario de todos los países de América que desde Buenos Aires. Esto no quiere decir que desde aquí no se vean, a su vez, muchas cosas, y especialmente Europa, tan bien como por el espectroscopio de Keyserling...
No quiero decirle nada aún de su libro, porque sé que a Ud. no le satisfaría un elogio banal y porque antes quiero leer en su integridad todos los capítulos. Después si ningún colaborador de Síntesis (trabajo en La Nación, en su suplemento literario, como sabrá, pero allí apenas escribo con firma) se me anticipa —cosa no presumible— le haré ahí una nota efusiva.
Le agregaré que me han interesado mucho sus estudios sobre Defensa del marxismo. En unión de la lectura sincrónica de un libro recientísimo de Emmanuel Berl —Mort de la pensée bourgeoise se llama— han contribuido a despertarme una apetencia de curiosidad sobre un sector de ideas políticas, que yo antes— totalmente entregado a las de índole estética y filosófica— no creí poder ‘sentir’ de cerca. Así se lo he dicho a nuestro común amigo el uruguayo Morenza, felicitándole por el artículo que le ha dedicado a Ud. en La Cruz del Sur.
Si Amauta sigue publicándose —¿qué tal esas dificultades?— me gustará mandarle más adelante algo mío, con algún dibujo de mi esposa Norah Borges, de la que ya salió algo en esas páginas.
Enhorabuena por sus actividades y un saludo amistoso de su afmo.
Guillermo de Torre

Torre, Guillermo de

Carta de José Natusch Velasco, 21/6/1929

La Paz, 21 de junio de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui.
Lima.— Perú.
Distinguido compañero:=
Hoy cumplo con un deseo largo tiempo anhelado, cual era el de ponerme en contacto espiritual con Ud., ya que es una nuestra misión histórica que tenemos que cumplir frente a los problemas palpitantes de América, y una también nuestra mira ideológica para borrar del escalafón burgués la irritante injusticia social.
He seguido paso a paso vuestra sincera y franca prédica ideológica, llegando a consustancializarme con ella; porque nace de un alto espíritu revolucionario templado en el sacrificio y la lucha, que determina pautas fijas y realistas a las juventudes americanas para marchar resueltamente hacia la verdadera emancipación político-económica de los pueblos supeditados en estos momentos a la influencia avasalladora de los imperialismos capitalistas extranjeros y ahogados en un ambiente conformista por la reacción torpe de la burguesía. Sin tapujos de ninguna naturaleza le expreso mi adhesión categórica.
Adjunto a la presente encontrará Ud., un número del suplemento de La Razón, en el cual se registra un ligero pero sincero comentario que dedico a 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, libro verazmente medular que ha enfocado con un realismo marxista la situación del Perú.
Reciba, compañero Mariátegui, el afecto de un compañero de lucha.
Atentamente.—
J. Natusch Velasco

Dirección:
José Natusch Velasco.
Apartado - 140
La Paz-Bolivia.

Natusch Velasco, Joséc

Carta de Eduardo N. Martínez, 7/11/1929

Tulcán (Ecuador) 7 de noviembre de 1929.
Señor Dn.
José Carlos Mariátegui y V.
Lima
Muy distinguido señor:
La prensa de mi país, acaba de dar a conocer al público ilustrado acerca de su portentosa obra de historia nacional peruana, trabajo éste de gran aliento y que abriga generosas investigaciones de carácter histórico de enorme trascendencia no sólo para su país, sino también para los hispano americanos que advierten todos la agitación de importantes problemas americanos.
Al dirigirle la presente, abrigo el propósito de felicitar a Ud. muy calurosamente por cuanto sus trabajos van encaminados a despejar la incógnita sociológica de la incipiente cultura de nuestras nacionalidades. Las ideas que Ud. vierte por la escasa información que tenemos-han despertado un fervoroso anhelo de conocerlas, por cuanto, estamos seguros que su robusta mentalidad ha elaborado un plan ideológico nuevo, en íntima palpitación con los sentimientos que la humanidad en esta hora solemne riega nerviosamente en el fecundo campo de la ciencia.
En mi condición de profesor de historia de un colegio de enseñanza secundaria de este lugar, y confiando en la generosa amabilidad suya, me permito, pues, solicitarle muy respetuosamente las obras de índole histórica que Ud. tuviere menester
facilidad para conocimiento y estudio de los alumnos del plantel, quienes se mostrarán agradecidos por la importante deferencia suya. De otra parte, insinúo a Ud. mi admiración y respeto, confiado en que Ud. sabrá en esto aquilatar mi íntimo pensamiento dirigido a un verdadero compañero que labora afanosamente por la cultura americana, en esta época en que los sentimientos fraternales y sindicalistas forman el lazo de unión más indestructible entre los hombres que no bregamos sino por la justicia social.
Esperando ser favorecido con su atención, en nombre de mis alumnos y en el mío propio, anticipo a Ud. - mis mas profundos agradecimientos, y teniendo a mucha honra suscribirme de Ud.
Muy atento compañero.
E. N. Martínez
Dirección:
Eduardo N. Martínez
Prof. del Colegio Nacional "Bolívar"
Tulcán (Ecuador)

Martínez, Eduardo N.

Carta de Alberto Ostria Gutiérrez,24/12/1928

Lima, 24 de diciembre de 1928
Señor Don José Carlos Mariátegui.
Mi distinguido amigo:
Sin pretender discutir los términos del comentario que, acerca del reciente conflicto boliviano-paraguayo, publica Ud. en el último número de la revista Variedades y que se merece el más alto respeto por venir de Ud., me permito en honor a la verdad expresarle lo siguiente:
1°, Que la situación del gobierno del Dr. Siles no ha jugado ningún rol en dicho conflicto, motivado exclusivamente por el sorpresivo ataque al Fortín “Vanguardia”, que ha sublevado muy justificadamente el sentimiento patriótico de todos los bolivianos.
2°, Que el gobierno del Dr. Siles no es un gobierno de facción, pues con él colaboran dos partidos de opinión —el nacionalista y el republicano—, además de varios eminentes hombres públicos de los otros partidos políticos.
3°, Que si bien en Bolivia como en todas partes del mundo el ejército contribuye a la estabilidad del gobierno, cumpliendo así uno de sus fines, que es el mantenimiento del orden público, el Sr. Siles no “se ha asido —como Ud. por error afirma— a la oportunidad para constituir un gabinete de concentración” (cosa que pudo haber hecho a su voluntad y en cualquier momento) sino que, dando evidente prueba del más elevado patriotismo, ha realizado lo que el renunciamiento a los intereses de la política interna aconsejaba realizar en una hora de prueba: la unificación nacional, para afrontar con el concurso de todos el peligro de la guerra. En esta virtud, la formación del gabinete de concentración no ha obedecido, pues, al deseo de atraer a los partidos de oposición, sino al deber de defender el país contra la agresión extranjera.
Rogándole hacer públicas estas aclaraciones y agradeciéndole anticipadamente, me repito su atento amigo y S.S.
A. Ostria Gutiérrez

Ostria Gutiérrez, Alberto

Carta a Ricardo Vegas García, 5/11/[1924]

Miraflores, 5 de noviembre de [1924]
Querido Vegas:
Ahí va el artículo sobre las elecciones inglesas. Le mando también un Baldwin de un diario francés. Puede Ud. ilustrar el artículo con fotografías de Lord Curzon, Sir Robert Horn, Lady Astor y otros ejemplares de la fauna torie. Seguramente, Ud. lo habrá hecho así ya.
Me complace que mi artículo sobre el pasadismo coincida con su opinión. A propósito de Las Tapadas le diré que las reniego con todo el énfasis y la sinceridad de un hombre a quien no le disgusta rectificarse. Son uno de los pecados literarios de Juan Croniqueur. Y Juan Croniqueur, como Ud. sabrá, fue sepultado por mí mismo, sin epitafio y sin tristeza. Y, sobre todo, sin duelo. Pero, en fin, dejemos estas cosas. Ud. está enterado de que soy, por reacción acaso contra el ambiente, el menos autobiográfico de los escritores de esta tierra. Lo que no es modestia sino orgullo.
Me parece que el tema obligado del próximo artículo es la política norteamericana.
Para después podemos tener en salmuera a Zinoviev con motivo de las cosas que se le achacan o que, tal vez, ha perpetrado.
Lo abraza afectuosamente su amigo y compañero.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 6/4/1925

Miraflores, 6 de abril de 1925
Querido Vegas:
He sentido mucho la enfermedad de su hermano. Me complazco grandemente de su convalecencia. Trasmítale Ud. mis saludos.
Me parece que la política francesa domina la actualidad. El artículo sobre las elecciones alemanas puede coincidir con la realización de éstas a fines de abril. El elegido será, probablemente, Marx. Y no vale la pena predecir, fácilmente, la elección del candidato del bloque republicano. Mejor es comentarla, una vez producida, para fijar sus consecuencias en la política alemana. En tanto, conviene estudiar los diferentes sectores de la política francesa, a fin de que el público conozca precisamente las ideas y los grupos en contraste. Habiendo enfocado ya el sector radical-socialista y sus figuras Herriot y Caillaux, me ocuparé esta semana del sector socialista, en el cual se ha incubado el proyecto de prélevement del capital que motiva la presente agitación y que origina la defección del grupo de Loucheur de la mayoría ministerial. Las fotografías que necesita Ud. buscar para este artículo son las de Vincent Auriol, porta-palabra del socialismo en la cámara en materia financiera, Paul Boncour leader socialista parlamentario y uno de los pacifistas más conspicuos de la Sociedad de las Naciones, Paul Faure, secretario del partido socialista y director de su órgano el Populaire. Le envío a León Blum, uno de los mayores leaders socialistas y de los más importantes colaboradores e inspiradores de Herriot; a Renaudel, responsable de la famosa frase Nous prendrons l’argent où il est que tanto bulla hizo por ser la primera amenaza formal del bloque de izquierdas a los capitalistas; Jean Longuet, nieto de Karl Marx y leader dentro del partido socialista de la oposición al sostenimiento semi-incondicional de Herriot; y Compere-Morel otro de los pejes gordos del grupo parlamentario socialista y de la directiva del partido. Claro que si Ud. encuentra de estos tipos fotografías que valgan más que los apuntes, la elección no será dudosa.
Me consternó profundamente la noticia de la muerte de Julio Portal a quien siempre estimé mucho.
¿Transmitió Ud. mi encargo a Porras?
Muy afectuosamente lo saluda su amigo y compañero
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

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